Capitulo 4

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Zayn despierta con los pies congelados y trata de recordar por qué está desnudo. La realidad lo golpea fuerte, se sienta sobre la cama con un gruñido irritable y busca a Liam. La habitación está llena de luz, lo cual es insultante para su estado de ánimo. Esperaba que el resto de su vida el clima fuera lluvioso y con niebla.

Otra vez su primo le ha dejado ropa al pie de la cama. Se queda acostado por unos minutos más y luego se viste tan rápido como puede, maldiciendo el frío que hace en la habitación. Toma su celular de la mesita y enciende la calefacción al máximo antes de salir.

Se salta el desayuno y camina directo hacia el huerto donde había estado Liam el día anterior. Está vacío, lleno de insectos y calentándose con la luz del sol. Zayn se frota los brazos y deambula por el otro huerto hasta que encuentra a su primo metido en una pequeña ciénaga que lo cubre hasta la cintura, sostiene un tubo de ensayo contra la luz y observa algún tipo de alga que ha capturado.

-¡Hey!- grita Zayn y Liam se encoge. Casi suelta el tubo de ensayo, pero lo agarra a último momento y lo presiona contra su pecho. Zayn se queda en el borde de la ciénaga y le frunce el ceño, pero no dice nada, no encuentra nada que decir, se siente torpe. Zayn medio recuerda haber tenido un sueño en donde su primo lo desvestía y le daba un baño de esponja, se sacude con el recuerdo.

-¿Cómo te sientes?- pregunta, como si Zayn estuviera enfermo. Se complace por tanta atención, pero sólo se encoge de hombros petulantemente.

-¿Necesitas ayuda?- se escucha decir. Su primo lo mira con sorpresa.

-Claro, Zayn. 

Regresa a la casa y se pone uno de esos raros pantalones para caminar en el agua, demasiado grande y casi imposible de mover. Se le une dentro del espeso lodo. No está seguro de por qué hace esto, y no quiere considerar la posibilidad de que tal vez sea porque no quiere estar solo. Liam le platica sobre cada una de las plantas que va recogiendo, y finge escucharlo. Las aves trinan desde las ramas de los árboles que rodean la ciénaga y el día por fin se calienta, pero Zayn todavía siente rastros del aire frío que proviene de la costa.

-¿Podemos ir a la playa?- pregunta cuando regresan a la casa para almorzar.

-Mañana,- dice su primo.- O… tal vez puedas ir hoy. Tengo trabajo que hacer, pero te puedo decir cómo puedes llegar.

Zayn se encoge de hombros, mejor se queda en la casa tomando un largo baño y una siesta mientras Liam trabaja con sus reportes.

Cuando despierta la luz se ha convertido en color naranja. Sale de la habitación y mira la mesa, hay un sobre en ella.

-¿Qué es eso?- pregunta.

-Una carta de tu padre,- contesta Liam sin levantar la vista de sus apuntes.

-Demonios.- Zayn no se mueve de la puerta.

-Sí.- Su primo lo voltea a ver, pero él no le presta atención. La carta comienza a crecer monstruosa y ensordecedoramente sobre la mesa, el pánico se apodera de su cuerpo cuando piensa en lo que puede venir escrito ahí.

-Prepararé la cena hoy,- dice. Zayn camina hacia la mesa y deposita la carta en el bote de basura. Liam observa esto y se levanta.

-Zayn.- Su silla se desliza por el suelo, pero su primo no le hace caso y abre el refrigerador molesto, no se da vuelta para verlo acercarse. Revuelve las cosas y finge estar buscando ingredientes.

-No,- le dice a Liam.- No me digas que debo leerla, y por el amor de Dios, no te atrevas a defenderlo.

-No lo haré.

Su primo está parado detrás de él, suficientemente cerca como para tocarlo. Zayn no está seguro de por qué le preocupa lo cerca que está Liam. Ni siquiera sabe qué demonios está pasando ahí, difícilmente lo sabe. Se entretiene con el frío aire que sale de la nevera, deja que la piel de su cara se refresque y que su pulso cardiaco vuelva a la normalidad.

Me Has Olvidado - Ziam (Adaptada) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora