Capítulo 1
El calor húmedo de aquella noche se pegaba a mi cuerpo, la fina sábana parecía envolverme como una segunda piel.
Mis latidos se aceleraban por el temor a ser descubierto a la par que mi respiración se entrecortaba, producto del placer que me proporcionaba aquella visión.
-Derek...Derek.- Exhalé en el silencio de mi dormitorio mientras la sangre se acumulaba en mi pene, frotándome contra el colchón, recreándome en aquella secuencia, cada vez más rápido, más fuerte. Conduciéndome irremediablemente hacia el deseado orgasmo.
Abrí los ojos, jadeante, y pude sentir mi ropa interior mojada al intentar incorporarme. Me sentí aturdido, como drogado, influenciado por el recurrente sueño.
Una vez vestido me dirigí hacia mi preciado Jeep y en la oscuridad conduje con rapidez hacia la mansión. Me detuve mucho antes intentado así que no me advirtiera. Intenté recorrer la distancia que nos separaba lo más rápido posible. Las ramas crujían bajo mis pies. Mi conciencia me reprendía: "Te pillará estúpido, da media vuelta; aún puedes ahorrarte la vergüenza." Pero mi lujuria podía más, me arrastraba sin piedad hacia la gran estructura.
Me escondí tras un árbol desde el que podía observar el interior de la casa a través de una ventana enorme. Vi a Derek salir de la cocina, descamisado y bebiendo de una botella.
Me puse rígido al momento, necesitaba verlo más cerca aún, apreciar cada una de las líneas de su cuerpo. Me acerqué con sigilo, intentando no dar más motivos al Alfa para que saliera a regañarme.
Sabía que Derek ya me había notado, no podía ocular la esencia del miedo, la excitación y el olor dulzón del semen con el que desperté. No entendía por qué él, tan impulsivo y sincero, no daba señales de vida. Ni siquiera miró hacia la ventana.
El sonido de las pesas me sacó de mi ensoñación. Para mi deleite, el moreno se estaba ejercitando. Con cada movimiento cada uno de sus músculos se contraía definiendo cada una de sus fibras. Fue la primera vez que pude contemplar las venas de su cuerpo. Sentía el corazón mandando sangre a mi polla, me estaba poniendo muy duro. Aquello era mucho mejor que un sueño.
Pero, ¿por qué no salía? ¿Acaso disfrutaba de ser observado? Cuando empezó con los abdominales comencé a jadear. Lo deseaba. Sentí la primitiva necesidad de darme placer. Pensé en él mientras lo hacía, en una versión suya en la que estaba sudado e igual de excitado que yo. Cerré los ojos fantaseando, y cuando los abrí no lo vi. Palidecí y pude notar una gota de sudor frío bajar desde mi frente. El hecho de que pudiera pillarme en una situación como esa aumentó mi excitación y a la vez mi nerviosismo. Entonces noté un cálido aliento sobre mi nuca.
-¿Puedo hacer algo por ti, Stiles?- Preguntó con voz grave y rasgada.
"¡Todo!" Gritó mi cerebro.
No podía girarme una mezcla entre horror y vergüenza azotó mi cuerpo. Saqué fuerzas de donde no las tenía y lo miré. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho y me devolvió la mirada alzando una ceja. Fue entonces cuando me di cuenta: seguía sosteniendo mi pene. En ese momento solo quería huir pero mi cuerpo no reaccionaba.
-Derek...no te había escuchado.- "¿En serio, Stiles? ¿Eso es todo lo que se te ocurre decirle a alguien que te ha pillado masturbándote?" Me chilló mi cerebro. "Estúpido." Pensé. "Va a arrancarte la garganta con los dientes y morirás virgen"
-¿De qué estás tan asustado?- Todo mi organismo paró al instante, la sangre ya no circulaba por mis venas. Iba a matarme.
Con un ágil movimiento me agarró por el cuello de la camiseta y me levantó. Mi espalda chocó contra una de las paredes exteriores de la casa de Derek. Sin soltarme, el lobo pegó su nariz al nacimiento de mi cuello y lo recorrió con ella. Me estaba oliendo y eso me excitó más. Se detuvo y acarició la parte trasera de mi oreja con los caninos, gemí ante el contacto y supliqué en mi interior que siguiera. Un impulso eléctrico me atravesó. Lo deseaba. Quería que Derek me follara ahí mismo.
-Deberías irte.- Me ordenó dándome la espalda.
Opté por obedecer y fui directo a mi coche. Cuando me senté en el asiento del piloto sentí unas ganas incontrolables de llorar. Había jugado conmigo. "¿Realmente importa? Querías que Derek te desvirgara y aún lo deseas. Quieres que juegue contigo." Odiaba reconocerlo pero mi subconsciente tenía razón.
ESTÁS LEYENDO
Alfa.
FanfictionDespués de casi tres años de espera.... ¡os vuelvo a traer la historia!