II

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I: EL GRIMORIO.

Pasaron dos semanas y ocho horas desde la desaparición de la hija mayor de los Whitemore. Brooklyn había caído en depresión y Alice comenzó a faltar a la escuela. Algo andaba mal, seguramente.

-No tengo ganas mamá. —Dijo entre medio en un susurro. La lluvia caía bastante fuerte y era casi inaudible la voz de la morena. —Sé que una Hoffman no puede permitirse esto pero también soy una humana.

-Hija mía —Su madre ablando la voz. Eso nunca pasaba, Brooklyn le presto atención —Tenemos que seguir adelante. La encontrarán.

-¿Dónde crees que este? —Preguntó con la voz temblorosa.

-Algunos dicen que se la llevaron fuera del país. Algunos dicen que está aquí, por algún lado.

-Pensaba que la encontrarían...

-Lo harán —Afirmó. –Ahora prepárate, desayuna y te paso dejando por la escuela.

-Hoy voy sola, tomare un paraguas.

-¿Segura? Hay una tempesta terrible.

-Sí. —Asintió.

Laila, la madre de la morena salió, Brooklyn posó sus manos en la fría ventana. Vio su reflejo entre las gotas de agua y se preguntó qué le estaba pasando últimamente. Una hoffman no podía estar triste. Eligió el bomber de porrista, se lo regaló Elisabeth cuando dejó el grupo, una semana antes de su desaparición. Tomó sus pantalones rotos, sus Dr Martens. Al salir de la puerta de casa, comenzo a caminar lentamente, odiaba aquella sensación de soledad.

FLASHBACK.

Lyn! Joder. Cúbreme, adoro la lluvia pero no quiero llegar empapada a la escuela —Sonrío tomándola por los hombros.

Brooklyn le pasó el paraguas —Su majestad. Aquí tiene.

-Idiota, cúbrete tu también, que odio verte enferma.

Se quedaron en silencio, las gotas de agua caían en el pavimento haciendo una melodía relajante. Los autos pasaban, las gotas que caían en los árboles se unían en harmonía.

-Beth... —Dijo, mientras caminaban.

-Dime Lyn.

-¿Por qué dejaste el grupo de porrista?

-Necesito cosas nuevas, no sé. Cambiar. —La miró los ojos. –A ti no te cambiaría nunca.

-Gracias. —Sonrío de lado. —¿Te gusta aquí?

-¿Está ciudad? Sí, me encanta, tiene mucha historia. Hablando de historia hoy salto la clase de Inglés para ir a la librería, estoy interesada en algunos temas últimamente.

-Luego cuéntame.

-Claro, Lyn.

FIN DEL FLASHBACK.

Al mirar su reloj, se dio cuenta que se quedó parada en medio del camino pensando, era tarde. Comenzó a correr, no podía tener faltas con el tiempo.

Atravesó la calle corriendo y chocó con algo, cerro los ojos y sin darse cuenta, se resbaló, cayó desde la orilla del pavimento hacia el bosque.
Rodó hasta casi llegar al río, retrocedió arrastrándose por la tierra. Tomó un poco de agua, y se limpió . Le dolía todo.

Era imposible volver por el mismo camino del cual llegó, era una colina gigante y temía caer nuevamente.

El bosque prohibido. Se encontraba en el bosque prohibido.

Vió su reloj, era demasiado tarde, necesitaba despejar la mentre en alguna manera, comenzó a caminar por la orilla del río. Era la primera vez que faltaba al instituto "Cuanto me haces falta, Beth." pensó. Escuchaba unos crujidos a lo lejos, se preguntó qué podría ser, así que con cautela se acercó, y justo detrás de unos arbustos se encontraba lo que parecía ser una casa abandonada.

Su móvil comenzó a soñar.
Respondió, cuestionándose si valía la pena.
-Brooklyn, soy Chloe. —Susurró. —Necesito que vengas al bosque prohibido, hay una casa abandonada, necesitas ver algo.

-Estoy justo aquí, ¿Entró?
-Apresúrate, si.

Comenzó a correr hacía la entrada y ahí estaba, "la rubia loca que cuenta patrañas." pensó la castaña.

-Ven conmigo, sé que no es de mi incumbencia pero el caso me intrigaba mucho —Explicó mientras se adentraban al lugar tétrico, habían telarañas y muebles viejos, algunas ventanas estaban rotas y habían un poco de papeles de periodico en el piso. —Elisabeth. Encontré una caja de mental con objetos, y entre ellos estaban un diario del 2002 y una foto de ella.

-Tenemos que llevarlos a la policía —Exclamó.

-Tenemos que investigar primero antes de dar cualquier cosa a la policía. Sígueme.

Chloe la guió por las escaleras que las llevaban, a el armario, toda la casa estaba hecha de madera y por alguna extraña razón las vibraciones de aquel lugar le causaban temor a Brooklyn. Entraron al lugar y en el alféizar de la ventana, estaba la caja metálica, era de un color rojizo, parecía ser un objeto antiguo.

-Hey hey. Hola bebé. —Sonrío la rubia tomando la caja con cautela, la colocó en el medio de la habitación, Brooklyn se acercó y la abrió atentamente. Dentro de ella, cómo Chloe había especificado antes había un diario del 2002 y una foto de Elisabeth. —Hay otras cosas que non he visto, espere a que pudiéramos verlas juntas.

Brooklyn sonrío de lado.

Sacó un pergamino, hecho de varias páginas de periódicos con desapariciones, un pequeño pedazo de cartón con escrito en una lengua desconocida. "Dohd Cazkaer.", habían varias cartas que parecían ser bastante viejas y vídeos en casetas, con encima varios números y letras.

-¿Qué dice el diario? —Preguntó Chloe colgándose del hombro de Brooklyn.

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2018 ⏰

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