Capiulo 1

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Jena desde que tiene uso de razon siempre se pregunto porque su vida era así, tal vez en su vida anterior hizo cosas horribles, y que por eso lo estaba pagando.
Para las personas de su alredor todo era color de rosa pero, para ella todo, todo era negro y nada tenía color.

Su padres siempre discutian, su madre la goleaba de una manera enferma, dejandole moretones y hasta a veces le llegaba a sacar sangre.

   -¿Ninguna madre haría eso a sus hijos verdad?-esa duda siempre la perseguía.

Jena practicamente siempre estaba sola, cuando tenia que salir del colegio su madre nunca venía.
Sabía que sus profesores sentían lastima de ella, y le hacían sentir peor cuando le preguntaban por su madre y ella solamente mentía por que no sabía que decir.

  -¿Ninguna madre deja solos a sus hijos, no? -es una de las preguntas que vagamente pasa por su mente.

Pero ante todo siempre dejaba todo eso a un segundo plano y sonreía, aunque todo dentro de ella se derrumbaba.
En cuanto a su padre, las abandono, lo último que supo es que murió en un accidente y su madre al enterase se suicido.

Era su último día en esa casa, donde había llorado todas las noches, donde su sangre quedo grabada en el suelo y paredes de su cuarto por tantos golpes y caídas...

   Decidio ya no pensar mas en ello, se hiría a vivir a casa de su tía; Liliana, que siempre fue como una "madre", si lo que sentía por ella se podría llamar así, empezaría una vida nueva.

    -¡JENAAAA!!!!-Se escucho desde afuera, era la voz de su primos Edan y Lia.
Jena respondió -¡En seguida voy!
Y bajo, abrió la puerta y Edan la saludo con una linda sonrisa, mientras Lia se tiró encima de ella y la llenó de besos en toda su cara.

     ¡Eh!, para Lena me vas a dejar con baba- con un tono que parecía si estubiera diciendole eso a un perro.

   Lena hizo un puchero, parecía un cachorro -pensaron Jena y Edan.

Edan entró y abrazó a Jena y le susurró al oído con un tono seductor- ¿Me estrañaste, linda?

Ella solo atinó a reírse.
Subieron las escaleras por sus maletas, las bajaron y las pusieron en el carro de Edan.
  Edan no era primo de sangre con Jena, el era hermanastro de Lia.

   Jena cerró la puerta, retrocedió y observo su casa por última vez. Sentía varias emociones a la vez, en ella inundaba la melancolía, pero de alguna manera sentía que las cosas mejorarían, no ganaría nada si se ponía de esa manera.

Al llegar a la casa de su tía Liliana, le mostraron su habitacion y aprovecho para desempacar sus cosas.
Cuando termino de ordenar decidió salir y conocer el lugar.
   Les avisó a Edan y Lia que saldría, la quisieron acompañar pero ella se negó.
   -Vamos Jena, no seas así, es nuestro deber como buenos anfitriones que somos llevarte a conocer el lugar.- protestó Lia de manera divertida.

  -Nop, puedo ir sola, además debo conocer el lugar- y salió dejandolos con la palabra en la boca.

Se sentía bien salir a caminar, relajarse, ver el cielo.
Solo llevaba consigo un libro, su celular y sus audifonos.

   -No puedo vivir sin ustedes, bebés.-murmuró Jena, apareciendo en sus labios una sonrisa boba.

Cuando de pronto llego a una cafetería y le dió curiocidad así que fue a hechar un vistazo.
Cuando entró se sentó en una mesa y al poco rato el lugar se llenó, entro un chico alto.

-Parece un poste- pensó.

¿Puedo tomar tu mano?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora