¿Puedo tomar tu mano?

Capitulo 2

Jena al notar que un chico entró a la cafatería, levanto su rostro y no pudo dejar de ver sus ojos.

-Son f-fascinantes...-murmuró para sí misma.

Lucas sintió que alguien lo observaba, voltió para buscar de donde venía esa mirada. La encontró, era de una chica, estaba sola en una de las mesas.
Al chocar sus miradas, a Jena solo se le ocurrió volver a dirigir su mirada al celular.

-Es...linda - balbuceó Lucas.

Al notar que todo el lugar estaba lleno y la única silla desocupada era donde estaba aquella chica que segundos antes captó su atención, se dirigió hacia ella.

-Emm disculpa, ¿puedo sentarme aquí?, como verás no hay lugar donde sent-tarme y pues...- dije tímidamente-
¿Por qué me siento así? -pensé.

Pero me dí cuenta que parecía que no me había escuchado.
Me alerté, tal vez es zordo-muda, no se hablar con señas ¿Ahora que hago?, pero noté que tenía audífonos y le quite uno de esos para llamar su atención.

- Hola, ¿Puedo sentarme aquí?, no hay otro lugar. -mostrando una sonrisa.

Ella me respondió afirmando con su cabeza.
Me senté al frente de ella, no podía dejar de mirarla y no sabía por qué.
Me gustaron sus ojos marrones, su cabello que estaba despeinado y alboratado, pero de alguna manera era increíble. ¿Como describirla con una palabra?, era tan...tan perfecta...
No creó en eso del amor a primera vista, pero siento que la conozco de alguna parte, la cosa es que no sé de dónde.

Quería hablarle, necesitaba hablarle, saber su nombre y escuchar su voz.
Y decidí hablar con ella.

-Oye qu- No pude terminar lo que quería decir porque sonó su celular.
Maldije ese tonto celular, aunque el tono era de una banda de k-rock que conocía.

-Disculpa, un segundo- me respondió y procedió a contestar.

- ¡JENAAAAAA!- Se pudo escuchar un agudo grito a traves del bendito celular.
-¿Jena? ¿Así se llama?- Tenía miles de preguntas en ese instante, hasta ese nombre me resulta familiar.

-Nancy, tranquilizate, casi me rompes los timpanos.-protestó ella.

Ví que estaba leyendo un libro, no alcance a ver su nombre y eso me dió mas curiosidad. Ya que no conozco a muchas personas que leen, siendo sincero no soy mucho de leer.

-¿Cuál es la dirección de tu casa?, ¿Estás bien?,¿Ya comíste?,¿Hay chicos guapos?- preguntó su amiga.

-wou, wou, una pregunta a la vez ok?
Primero, estoy en la casa de mis primos Edan y Lena, a la vuelta del instituto. Segundo, estoy perfectamente bien. Tercero, todavía no he comido, pero ya comeré. Cuarto, von lo de chicos guapos, no he visto ninguno, supongo que no hay, jajaja.- Sonrió ella.

Me sentí ofendido yo se que no era como un actor de cine pero, vamos no podía negarlo soy guapo, y ella lo sabe.
Siguió hablando cosas con su amiga, pero no les preste atención, ya que me distraje con mi celular.

Quien lo diría creo que me enamoré o no, no sé ¿Pero por qué se me hace tan familiar?.

De pronto se colgó la llamada y se levantó de su lugar.

-Disculpa, ¿Te llamas Jena?- pregunté.

-Eh sí, ¿Cómo lo sabes?- declaró ella.

Lo dijiste en tu llamada, tienes un bonito nombre. Gusto en conocerte-Sonrió, esa maldita sonrisa me cautivó.

-Pues ¿gracias supongo?- sintió conocida esa voz, pero hizo caso omiso- Bueno adiós.

Cuando ella se hiba me quede viendola hasta que desaperciera a través del cristal de la cafetería.

Bueno parece que vendré más seguido a la cafetería, que se puede hacer. ¿La volveré a ver?

Ví que se olvidó una libreta. La tomé entre mis manos, era un diario se que no debería husmear ni nada, pero quise saber más de esa chica, que se me hacía tan familiar.
Al abrirlo observe que habían varios escritos y cosas apuntadas, creó que escribía sobre su vida o algo así.
Tenía una bonita e inusual letra. Bueno la comparé con la mía y pues, la mía no era tan bonita que digamos.

Cuando salí a buscarla no la encontré.
Así que decidí ojear un poco más.
¿No haría daño, verdad?- pensé.

Mientras me dirigía a mi casa comenzé a leer las primeras páginas.

 Pues comencemos, mi nombre es Jena, Jena Roberts Anderson.
Un nombre común para una chica común, así me concidero.
Se que lo qué sufro no es nada comparado con lo que otros viven, pero es que no puedo olvidar, me duele cada vez que pienso en esto, debo haber perdido la cabeza para estar escribiendo mi vida en una libreta pero, ya me cansé de finjir que estoy bien, necesito decirselo a alguien, no puedo guardar esto para siempre.
No se ni por qué intenté hacerme daño, pero me dí cuenta que no valía la pena hacerlo. :c