Pensamientos -Zabdiel de Jesus

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Mientras (TN) lee, sentada en el sofá nuevo de su casa, Zabdiel la piensa; Se la imagina bailando cuando está ebria y sonríe tierno. Porque le gusta (TN) cuando a ella no le importa lo que digan de como se comporta o de si está haciendo el ridículo. Le encanta. Le fascina esa faceta de mujer despreocupada que tiene a veces. Lo entorpece con su sensualidad sencilla y su lado infantil. Le gustaría poder tocar el pelo de (TN) mientras está dormida en sus brazos. O besarla cuando ella está sonriendo. O simplemente verla cuando pone sus audífonos y sus labios se mueven, cantando la canción que está escuchando. La quiere. Y (TN) también lo quiere a él. Pero son tan cobardes que no se atreven a mirar fijamente hacia el otro y decirlo todo. Ocultan sus sentimientos temiendo que el otro no corresponda a ese amor. Se piensan tanto que incluso han llegado a memorizar cada una de sus facciones. 

(TN) deja el libro a un lado y mira por el ventanal que tiene en frente, la noche está despejada, las estrellas resplandecen. Se queda mirando el cielo, buscando con la mirada a la luna. La observa, grande, brillante, completa. Se pregunta si acaso Zabdiel está mirando la misma luna, y se pregunta en qué estará pensando. Se cuestiona el por qué no ha sido valiente y ha declarado su amor al puertoriqueño. 

De pronto, el timbre suena. Sacándola de su trance mental. Se hace la pregunta de quién será a esas horas de la noche. Al momento de poner su ojo en la mirilla, su corazón bombea fuerte. Zabdiel está en su puerta. (TN) arregla su cabello y toma una bocanada de aire. Abre la puerta. Le sonríe a Zabdiel y luego pregunta por qué ha venido. Él titubea, pero logra articular las palabras que ha ido a decir. 

"No puedo dejar de pensar en ti, en tu forma de mirar, de sonreír... me tienes todo el tiempo pensando en ti y no sé qué más hacer con esto que siento." 

Ella queda estupefacta. Analizando cada una de las palabras pronunciadas por aquel joven que la tiene tan encantada con su sonrisa. Lo mira con ternura, tratando de transmitirle todo el amor que sintió en su corazón al momento de escuchar esas palabras. 

"¿Estás enloqueciendo, quizá?" pregunta ella. 

"Enloqueciendo de amor, definitivamente." confiesa él. 

(TN) se acerca a paso lento, quiere atesorar el momento. Levanta su mano derecha y suavemente acaricia la mejilla de Zabdiel. 

"Vamos a enloquecer juntos, entonces." le susurra. 

Él sonríe, pensando en que tomó la decisión correcta al ir por ella y confesar todo lo que tenía guardado en su pecho desde hace un par de meses atrás. Y entonces la toma por la cintura y saborea sus labios por primera vez, sabiendo que con ese primer tacto iba a volverse adicto a sus besos y dándose cuenta de que estaba enamorado, más de lo que creía estar.  

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