The Pure

"017' La verdad"

Muchos demonios nos atacaban de manera increíble.

Eran unas 4 veces más que la última vez.

Nosotros éramos más claramente pero un demonio nunca era fácil de enfrentar y estos eran más poderoso que uno normal.

Lo que me preocupaba éramos muy fuertes claro que si Dominik era el alfa de alfas aún así sabía que no era el lobo más poderoso y que el puesto se lo quitarían dentro de un año.

No era de sangre limpia y eso afectaba mucho el hecho de no ser el más poderoso.

Veía a mi gente morir y ser herida, cosa que me dolía y molestaba.

Las brujas hacían todo lo que podían Izzy se veía cansada y preocupada.

En estos dos meses muchas cosas le pasaron a mi querida mejor amigo el amor de su vida resultó estar vivo pero con una bruja maleada ocupando su cuerpo está lo tenía encerrado en el sótano prohibiéndole usar sus poderes con un hechizo que le costó mucho encontrar ya que su novio era uno de los brujos más poderosos de la historia.

Por lo tanto la chica tenía semanas sin dormir o comer solo buscando la manera de sacar a aquella bruja del cuerpo de su novio.

Por lo que entendía su estado físico y de ánimo pero me preocupaba.

Teníamos brujas muy fuertes pero la más fuerte y por aquello la asignada de proteger al alfa era Izzy sin ella seríamos más vulnerables.

Me convertí sin dudarlo para comenzar a luchar.

Pensaba en todo lo que había pasado como mi vida había cambiado de un día a otro.

La muerte de mi tía, la muerte de mis padre.

No resistiría perder a Nik, Darrel o Izzy.

No podía perder a nadie de mi mamá da tampoco.

Era su luna y mi deber era protegerlos aunque perdiera la vida haciendo aquello.

Tenía un plan.

Si todos estos demonios hacían esto debían tener un amo ya que eso pasaba con los demonios.

Eran como los lobos tenían un tipo de manada, controlada por un demonio mayor que podían ser usados como armas asesinas como en este caso.

Debía buscar al líder.

Y algo me decía que era aquel idiota que se hacía llamar el destructor.

Luchaba con todos los que podía.

Narrador

Toda la manada se encontraba peleando lado a lado, tenían miedo.

Nunca habían sido atacados de aquella manera.

O al menos no desde que los puros desaparecieron.

Esto los devastaría.

Pero muchos sabían que podían vencer teniendo una pura de su lado y un alfa fuerte.

Dominik se encontraba preocupado pedía a la diosa luna que Hayden decidiera liberarse al igual que Izzy solo si aquella dos se unían podrían ganar aquello.

Sabía que ambas tenían un lazo que crearon cuando jóvenes y eso sería lo que los salvaría.

Pero lo principal era que Hayden por fin aceptara aquel lado tan poderoso que tenía.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un grito.

Uno de los demonios peleaba con una mujer.

Mejor dicho este se acercaba a la mujer sin tocarla.

Los demonios tenían forma de persona pero eran cubiertos de un líquido baboso negro con unos ojos del mismo color completamente.

—Johannes— gritaba al mujer al demonio cosa que lo sorprendió.

Conocía a aquella mujer era Kathenis Rans y Johannes fue su hijo.

Este había muerto hace años en la extinción de los puros.

El demonio no ataca a la mujer inclusive cuando esta se acercó y acarició sin ningún temor el rostro de aquel pudo ver que aquel líquido baboso caía y inmediatamente un Johannes de ahora unos 23 años se dejaba ver.

Los ojos amarillos del hijo de un puro seguían intactos como cuando era un niño.

—Madre — decía el ya no tan niño a la mujer.

En ese momento Dominik entendió que Black no mató a los puros.

Los había convertido en malditos demonios por eso quería a su mujer.

Con el poder que le fue dado a Hayden por ser la última creación de su raza convertida en un demonio sería tan poderosa como para destruir manadas de manera fácil.

Maldigo internamente.

Dejo saber por el link de la manada lo que había visto para que trataran de dormir y no matar a los demonios.

Necesitaba buscar a Hayden y protegerla.

Esa era su misión.

Hayden

Corrí hacia el hombre que se encontraba de espalda con una sonrisa arrogante.

Me transformé detrás d runos árboles rápidamente tomando ropa que siempre teníamos en estos.

—Oh mi querida Hayden— hablo el hombre aún sin dar la cara—me parece hora de que sepas la verdad.

Con esto dejo ver su rostro, aquellos ojos rojos que me habían perseguido en pesadillas desde que era una niña se encontraban frente a mi.

—Tu.