monedas de chocolate | taekook

❁Epílogo❁

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Taehyung acarició la mejilla del joven Jungkook que aún conservaba sus ojos cerrados, el cabello revuelto y sus belfos separados tan sólo un poco.

—Mmm... Hyung—sonrió el mayor besando los labios de su esposo, sonaba tan bien.

—Seokjin dijo que vendrá con Nam y su pequeño—avisó Tae dejando pequeños besos en sus labios—. Debes levantarte.

—Mhm, adelántate y voy luego.

Se giró dándole la espalda, su ancha espalda desnuda llena de lunares que Tae acarició, uniendo aquellos puntos cafés oscuro y claro en su suave y tibia piel.

—Taetae, ¿Sabes si ella nacerá pronto?

—Ayer la llamé, dijo que pateaba bastante y quizá nacia mañana—besó su hombro—. No debemos preocuparnos tanto, la vamos a agobiar—rió besándole la oreja.

—Pero... si nace, somos los padres y... bueno—se mordió el labio al momento de girarse y mirar el rostro de su esposo, con ese cabello rosa chicle que tanto amaba.

—Pequeño, te he dicho que nacerá mañana—rió tierno, tirándole el cabello lejos de la frente—. Llamaré ahora de todos modos, espero que esté despierta.

Jungkook vió como Taehyung salía de su habitación sólo en boxers, además de ser negros y bastante acomodados en el trasero. Rió al pensar esas cosas, era temprano para andar con esas cosas.

Se levantó poniendo sobre su cuerpo la polera de pijama de Tae, además de su pantalón negro de algodón. Estiró su cuerpo que fue sacudido por un grito, luego de eso la puerta fue abierta de par en par.

—¡Nuestra hija está por nacer Jeon Jungkook!, ¡Te pasa por ser jodidamente sexy!—tomó los mismos jeans ajustados del día anterior—. Mi madre me dijo que serías un peligro para mí mismo si actuabas así—murmuraba mientras se vestía, al igual que Jeon pero éste último ya estaba vestido.

—No me quejo por verte en esos boxers negros, eso es delito grave y pecado mortal, quizá pecado capital.

Ambos salieron corriendo de esa habitación, un ladrido de Yeontan hizo devolver al mayor, no había tiempo.

—Tannie, come lo que quieras y hace pipí donde debes—abrió la bolsa tirándola al suelo esparciendo todo el alimento por el piso flotante.

Corriendo llegaron al ascensor, del cual Namjoon estaba a punto de salir junto con Seokjin. Tae los tiró dentro mientras le contaba rápidamente la historia además de ciertos reclamos sobre Jeon siendo provocativo y sexy en la madrugada.

No, Tae nunca cambiaba.

Ahora, por fin y al fin eran libres. No habían prejuicios, no habían miedos, nadie les criticaba. Los admiraban.

Por fin Jungkook caminaba tranquilo sin sentir que su padre lo vigilaba, él ya estaba tras las rejas por varios años.

Por fin Taehyung podía llevar a Jungkook a cualquier lado, sin sentir los comentarios negativos, sin su ex novio rondando por un repechaje.

Todo estaba en su lugar, cada pieza en su lugar y por fin el rompecabeza completado.

Ahora, el rompecabezas tenía nombre; Kim Taehyung, Jeon Jungkook y la nueva Iseul, que tenía ojos redondos como Jeon y una sonrisa con forma geometría como Kim.

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