Escuchaba atento los truenos, envuelto en mi sábana favorita con aroma a rosas. Estaba sentado en el sofá, con nada más alumbrando que la tenue luz de una lámpara y los ocasionales relámpagos que iluminaban el lugar. Miraba a través de la ventana, las gotas golpeaban y resbalaban por el cristal mientras yo sostenía una taza de chocolate caliente. Ahora mismo me siento tan relajado, y me pongo a pensar en todo lo que me ha ocurrido. ¿Cómo es que he cambiado tanto en tan poco tiempo? Estoy roto y no sé si puedo ser reparado. ¿Será que un día podré ponerme de pie otra vez? ¿Será que aun puedo tener esperanza en el amor? Sinceramente no lo sé. Por ahora sólo puedo seguir respirando y dentro de todo mi negativismo, trataré de encontrar algo de qué sostenerme para mantenerme en pie.
-¡Sale pizza de pepperoni con queso! - grité desde la cocina donde trabajaba haciendo pizzas. Allí fue donde comenzó todo. Mi compañero de trabajo, Chen, un gran sujeto y buen amigo insistía en que lo acompañara a una cita a ciegas.
-¡Vamos, Chanyeol! No seas aguafiestas, ¿hace cuánto que no sales a una cita?
-No lo recuerdo Chen. La verdad es que justo ahora no me interesa conocer a nadie.
-Mira, sólo lo harás por ayudarme. Si no te gusta tu cita, me haces una señal e inventamos un pretexto y te retiras, ¿qué opinas?
Me pregunto qué habría pasado si sólo hubiera dicho que no. ¿Quién sería hoy si no lo hubiera conocido? Sólo deseaba ser amado y dar todo este amor que había estado guardando para esa persona especial.
-De acuerdo Chen, pero si no me siento bien, me largo.
-¡Hecho!
Allí estábamos los dos, esperando. Sabía quién era la cita de Chen, ya que me había mostrado la foto, pero no sabía quién era la mía hasta que llegaron juntos. Quisiera tomarme mi tiempo para describir mi primera impresión de Kim JongIn. El hombre era alto y tenía un cuerpo atlético. Su piel parecía haber sido besada por el sol y de alguna manera aquello encajaba a la perfección con su rostro. Tenía rasgos tiernos, pero a la vez tan varoniles. Cuando los vi entrar, no pude evitar mirar al moreno como si todo alrededor se hubiese detenido. Las luces se apagaron, y en aquel momento, JongIn era el único que parecía brillar. Su cabello castaño se movía en cámara lenta y casi puedo jurar que escuché un coro de ángeles celestiales cantando en el momento que lo conocí. Sin duda quedé prendido de él desde el primer momento. ¿Por qué corazón? ¿Por qué nos equivocamos tanto? Dios, si sólo pudiera volver a ese momento, saldría corriendo de aquel lugar sin mirar atrás.
-Chen, es un gusto conocerte por fin en persona. Él es mi amigo Kim JongIn- los cuatro nos encontrábamos de pie en esa cafetería que servía un café terrible. Aun así, no querría volver allí, al menos no ahora.
-Me alegra mucho a mí también Minseok, él es mi amigo Chanyeol- algunas veces me junto con Chen y Minseok para recordar y no pueden evitar sentir algo de culpa. Sin embargo, nadie podía imaginar lo que JongIn escondía, lo dañado que estaba por dentro. Él era un maestro del engaño. Nos quedamos un rato en el lugar sin terminar de beber el café. Realmente pasé un momento agradable con él en esa ocasión. Era un gran conversador y teníamos un montón de cosas en común... ¡Oh! ¡Era tan ingenuo! Nunca tuve una pareja como tal a mis 25 años. Había salido un par de veces con chicos, pero tenían un pensamiento muy infantil y las cosas nunca se formalizaban. Esperaba a la persona correcta, esa con la que hiciera click desde el primer momento. Quería una historia de amor como en las películas. Si tú que me estás leyendo, piensas en algo similar, espero que al terminar de leer puedas cambiar tu perspectiva sobre las relaciones amorosas. No lo digo de forma negativa, en verdad no quiero parecer una persona a la que simplemente le ha ido mal en el amor y por eso habla de esta manera. Sólo quiero que estés al tanto de ciertas cosas de las que a mí nadie me advirtió y que hicieron de mí una presa fácil.
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BREATHE
Romancechanyeol creía que existía el príncipe azul y pensó que lo había encontrado en Kim Jongin