◤ мiทsυทg. ◢ ；ℓєτ мє кiss yσυ. ；

◤ ραrτє υทicα ◢

Advertencia: Contenido explícito.

『🍒』

Existen diferentes tipos de tensiones, desde las más ligeras y pasajeras, hasta las más insistentes e incontrolables.

Si hubiera que escoger una para esta ocasión, "culposa y rutinaria" encajaría perfectamente en la definición de relación que existía entre Lee y Han.

Vivir juntos no ayudaba.

Pensar en excusas tales cómo; "No podría salir con una persona que guarda su ropa en bolsas", "demasiado bullicioso para mi gusto", "no es una chica", entre otras más, al fin y al cabo no ayudaban.

Si alguien te gusta no puedes simplemente ignorar el sentimiento, no cuando se crean reiterados episodios en donde la cercanía es casi nula. Ambos chicos sabían bien a lo que se enfrentaban, pero asumirlo era lo que más les costaba.

Y fue tras terminar un v live en solitario que finalmente comenzaron a darse cuenta de que tan jodidos estaban.

El sofá era amplio, sin embargo sus muslos estaban juntos, rozándose y creando un ambiente íntimo. La idea de mirarse nunca paso por la cabeza de alguno, podría decirse que fue por mera curiosidad que los dos voltearon en el momento preciso, topándose con la usual falta de espacio personal que los caracterizaba.

─ Terminamos. ─ Murmuró Han, obviando lo evidente.

Y Minho no necesitó de palabras, no cuando acercó su rostro aun más al del menor. Creyó que se apartaría como era costumbre, que su juego también acabaría rápido.

Ambos olvidaron un pequeño detalle; no había cámaras encendidas.

La respiraciones colisionaban con suavidad, el perfume varonil de Minho golpeó los pensamientos de Jisung; noqueándolo de imprevisto.
Entonces, con un pequeño movimiento por parte del rubio sus labios se rozaron.

Aquella sensación suave descontroló las emociones guardadas bajo cuatro llaves de ambos, y por ser el mayor Lee pensó que sería propició dar el primer paso.
Se inclinó unos centímetros más cerrando toda distancia que pudiera separarlos. Después de tantos rodeos se habían besado, y el pecho de ambos latía con una fuerza inusual.

Mover sus carnosos con lentitud era lo único que podían hacer al inicio, torpemente, avergonzados. Quizás era un ósculo demasiado principiante para dos adolescentes.

El primero en separarse fue el azabache. Jisung no parecía complacido por su decisión, sus mejillas rojas lo delataban en conjunto a su lindo puchero.

─ No es necesario que te molestes, tonto. ─ Como si nada el más alto se levantó, no planeaba huir.─ Recuestate.

El pedido era descarado. Los párpados de Han se separaron con sorpresa y el rojo se extendió furioso por su cara.

─ Un momento, no. Hazlo tú. ─ Se rehusó imitando al de hebras negras, parándose inmediatamente.