El diablo vestido de persona. |h.s|

El grito ahogado, una melodía.

El cuerpo de la humilde chica yacía recostado en el piso llorando silenciosamente, Phoebe Irwin, era otra víctima de las terribles muertes que Harry Styles causo. 

Su mirada perdida en cualquier punto de la habitación rogaba que alguien venga a ayudarla, pero muy bien sabia que ninguna víctima de el joven, había podido escapar de sus brazos.

Todas caían en los pies de Harry, y todas morían. Era su obsesión. Si debía matarla, debía matarla. Ninguna de sus chicas, debería estar con otro hombre que no sea el, entonces si no quieren estar con el, quieren estar con la muerte.

-Es una lastima, que no quieras estar conmigo.- La navaja del joven rozó el cuello de Phoebe de manera lenta.- Te pierdes tanta diversión.- Lo rozó de nuevo.

 La joven solo lograba llorar y esperar que un milagro sucediera, pero eso no iba a hacer posible, Harry Styles iba a matarla, e iba a disfrutarlo.

-Estas demente, todos tienen que saberlo.- Phoebe lo miró con odio.- ¡Alguien que me ayude, por favor!- Volvió a sollozar silenciosamente.

-Cariño, solo estamos tu y yo, como queríamos, solo tu y yo.- Y sin pensarlo, la navaja de Harry Styles había sobrepasado el estomago de la joven.

Sus ojos se perdieron en el vacío y su mano fue directo a la herida, la cual ardía de dolor. 

-E..eres.. Eres un monstruo.- Pudo hablar. 

Harry Styles sonrió satisfecho por lo cometido. Pero hasta no escuchar el grito ahogado de la chica, el no iba a parar. La apuñalo una vez mas. La chica dió un grito ahogado, y la melodía llego a los oídos de Harry quien no dejaba de sonreír.

-Así es bonita.- El cuerpo de la chica cayó sin vida. 

Otra vez mas, Harry cumplió con su objetivo.