Cap. 1 - Cambio de colegio

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-¡Señorito Leclerc! - Gritó la profesora Lloris. - ¿Puede hacer el favor de dejar de mirar por la ventana y atender, aunque sea una vez en la vida a mi clase, por favor?

Lewis odiaba la clase de Herbología con toda su alma. Nunca le gustaron las plantas. Y menos aún las mágicas, pues muchas de ellas eran tan odiosas como la propia profesora Lloris. Desde que su matrimonio con el Ministro de Magia francés fracasase, ya no era la misma profesora que todos deseaban tener.

-Sí profesora, perdone.

Lewis, oyó decir entre regañadientes a la profesora algo así como <<Este colegio ya no es lo que era...>>. Y en parte, era totalmente cierto.

La Academia Mágica de Beauxbaton era un colegio para magos con mucho renombre. Cuando llegaban allí esos niños inocentes de 11 años deseosos de conocer el mundo de la magia, lo hacían con mucho miedo, pues no eran pocos los rumores que hablaban de la dureza a la que sometían allí a los estudiantes. Pero eso era en el pasado. Desde que la directora Colette Faure-Dumont se hiciese cargo del colegio hace ya 20 años, la dureza y rigidez del colegio había descendido drásticamente. Faure-Dumont era partidaria de una educación más blanda para que los estudiantes aprendieran por el mero hecho del gusto por la sabiduría, y no debido a los múltiples castigos y torturas a los que se enfrentaron antaño los jóvenes magos franceses si suspendían una asignatura.

El acónito es una planta con propiedades mágicas. – La señora Lloris continuó con su clase de Herbología, aun sabiendo que el 80% de la clase no estaba escuchando. -Actualmente sólo se puede encontrar en lugares salvajes. Sus flores son útiles en la elaboración de pociones, pero sus hojas son muy tóxicas. Esta planta es más conocida como un ingrediente de...

Un sonido desagradable hizo que la clase parase. La campana que marcaba el cambio de hora era atronadora, y el chirrido podía perdurar durante medio minuto en los oídos de los alumnos. Todos aquellos aprendices de magos y brujas se levantaron corriendo, deseosos de marcharse de la clase. Por fin había llegado la hora de la comida. Todos, excepto Lewis que se quedó sentado en el pupitre de la clase de Historia que la señora Lloris había elegido para las clases teóricas de su asignatura. Hoy al menos, no había tocado pasearse por los jardines del colegio buscando todas esas plantas raras que la señora Lloris quería que conociesen. Lewis pensaba que aquello era una pérdida de tiempo, ya que si necesitaba consultar algo de esto cundo lo necesitase, solamente tenía que ir a su libro de "Mil hierbas mágicas y hongos", que para eso alguien se había dedicado a la tediosa tarea de escribir cada una de esas páginas. ¿Qué necesidad había de aprendérselas de memoria?

De repente, una sombra se acercó a Lewis, sacándolo al momento de todos aquellos pensamientos.

-¿Por qué razón la niña llorica del colegio no va corriendo a comer? ¿A caso los huerfanitos pueden sobrevivir sin comer?

En realidad, Lewis no era huérfano, pero era lo que pensaba la inmensa mayoría de los estudiantes y profesores del colegio, y desde luego, no era algo que desease aclarar en ese preciso instante.

-Sinceramente, Giroud, ¿no tienes a nadie más que molestar hoy? – contestó Lewis.

Para no faltar a la verdad, Giroud Martin era una de las mil razones por la que Lewis aún no se había levantado del pupitre. Martin era el típico chico guay que hay en todos los colegios del mundo, incluso en los colegios muggles. Su familia, y él mismo, eran supremacistas de la sangre limpia, partidarios de una Tercera Guerra Mágica con la que acabar con los "sangre sucia" y muggles, y, casualidad o no, eran idiotas. Martin hacía bullying a Lewis continuamente. Se metía con él y su familia (aunque realmente casi nadie conocía realmente a su familia), además de por ser uno de los alumnos con mejores notas en la historia colegio.

La Increible Historia de LEWIS LECLERCWhere stories live. Discover now