Parte 1

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En el aeropuerto internacional de Los Ángeles, con destino a Madrid, se disponía a realizar su salida el avión, Swiss internacional Air Lines, Luthansa, con 600 pasajeros a bordo. Dentro, una pareja de recién casados se dispone a viajar a la capital de España, para visitar a los padres de ella. Lo que no sabían estos ni ninguno de los pasajeros, era que durante el trayecto, tendría lugar un extraño fenómeno de origen fantasmagórico, que debido al lugar donde se encontraban sería imposible escapar.

-¿Te encuentras bien?- preguntó Alisson a su esposo, que parecía marearse un poco en los aviones.

-Sí, solo es que no me gusta demasiado volar, pero en cuanto me tome las pastillas que me recetó el médico, comenzaré a sentirme mejor.- respondió Alan.

-De acuerdo, pero si empiezas a encontrarte mal, me lo dices. Ahora tómatelas, creo que vamos a despegar ya.- le indicó Alisson de inmediato. Este metiendo una de sus manos en uno de los bolsillos de su pantalón vaquero, saca una pequeña caja de pastillas, y despegando una, se la toma con un poco de agua.

El avión ya comenzaba a coger pista para despegar, lo que quería decir que ya salían hacía su destino, un incierto e irremediable destino que no podrían cambiar. Después y levantando el vuelo silenciosamente, pone rumbo a Madrid.

 Mientras tanto, en la cabina del avión, el comandante percibe sorprendido como los mandos empiezan inusitadamente a moverse solos, que a pesar de que duró muy poco, enseguida se levantó apresuradamente de su sitio, preocupado por lo extraño del suceso. Después pone el piloto automático y se dirige hacía el copiloto, que descansaba en una de las butacas del fondo de la cabina. Este, al verle acercarse mirándole fijamente con cara adormilada y un tanto inquieto, le pregunta:

-¿Ocurre algo?-

-No, voy a dormir un poco ¿vigilas los mandos?- le preguntó el comándate, para después y con la mirada perdida, dirigirse hacia otra butaca y sentarse.

-Claro.- respondió el copiloto, pero su comandante no le escuchó, ya que permanecía con los ojos cerrados e inmóviles en su asiento. Luke tomando el lugar de este, se dispone a coger los mandos del avión, pero cuando lo va hacer, nota como los mismos comienzan a girar hacia el lado opuesto con gran fuerza, produciéndole al tacto una pequeña descarga electromagnética, que le hace apartar de inmediato las manos y echarse hacia atrás.

-¡¡Pero qué diablos!!- 

 Intentándolo de nuevo, los agarra con fuerza e intenta tomar el control de los mismos, pero estos cada vez lo hacen más complicado, propiciándole de nuevo descargas y moviéndose sin control alguno. Luke, con los nervios a flor de piel, se levanta a gran velocidad, dirigiéndose hacia el asiento donde descansa ahora su comandante Peter. Luego, dándole un pequeño golpecito en el hombro, le hace despertarse, el cual mirándole seguidamente con los ojos entreabiertos, dice con voz soñolienta:

-¿Qué ocurre?-   

             -No lo sé, los mandos se mueven solos y es imposible tomar el control sobre estos.- contestó Luke con tono un tanto nervioso.

-Lo sabía - soltó el comandante Peter, al tiempo que se desperezaba para posteriormente incorporarse sobre la butaca y levantarse de esta.

-¿Qué quiere decir?- preguntó Luke mosqueado ante las palabras de su comandante.

-Que cuando despegamos, ocurrió lo mismo. Sin embargo, no sé a qué es debido. Vayamos a comprobar que ocurre.-

Ambos, dirigiéndose hacia la cabina y ya en su interior, presencian horrorizados como tanto los mandos como toda la cabina, está siendo controlada por algo que no veían. Parece como si una presencia sobrenatural estuviese dirigiendo todo el avión hacía un destino incierto. Lo que resultó veraz, ya que cuando Peter se asomó para comprobar las coordenadas exactas y así averiguar su situación actual, vio asustado como la pantalla indicaba un lugar desconocido.

- ¿Dónde diablos vamos?- preguntó nervioso Luke.

   -Querrás decir donde estamos.- respondió Peter, mirando por la enorme ventana del aeroplano.

-¿De qué estás hablando?-

-Míralo tú mismo, pero lo que veo no se asemeja nada con la tierra.- indicó Peter, señalando a su copiloto para que mirará hacia el exterior.

Luke, fijando ahora su mirada hacia el exterior, comprueba absorto, como el cielo que hacía poco era azul, se había convertido en color azabache, con grandes masas nubosas, por donde salían disparados gigantescos relámpagos, que al impactar sobre algo desconocido, iluminaba de manera intensa e intermitente todo el cielo. Al hacerlo, vimos como grandes mausoleos se levantaban hacía nosotros, como si quisieran chocarse contra el avión, pero que una vez los sobrevolábamos, se desintegraban.

-¿Estás viendo lo que yo?- preguntó preocupado el copiloto ahora y sin poder creerse lo que estaba viendo.                      

  -Si- contestó escuetamente Peter.

- ¿Qué hacemos con la tripulación?- preguntó Luke a Peter, ya que si descubrieran lo que acabábamos de ver, comenzaría a cundir el pánico y eso era lo último que queríamos que ocurriese.

-Por ahora nada, no hasta que sepamos lo que ocurre ¿de acuerdo?- contestó Peter a su copiloto, el cual a cada segundo que pasaba, estaba más atemorizado.

-De acuerdo, aunque tarde o temprano se darán cuenta y más si ven que no llegamos a nuestro destino.- indicó su copiloto al mando.

Su comandante, sin contestarle, observa detenidamente en el exterior de la cabina, como aquellos mausoleos que se alzaban imperiosos junto a ellos, al compás de sus movimientos, parecían hacerse más y más grandes, al tiempo que se expandían dejando entrever unas bocas enormes que parecían estar dispuestas a tragarlos.

Mientras tanto, la tripulación del avión ajena a lo que estaba sucediendo, permanecían tranquilos y relajados mientras llegaba la hora de cenar, pero algo estaba a punto de ocurrir, algo que haría que se alterasen, pidiendo explicaciones de lo que estaba pasando y el porqué de que el avión había cambiado de rumbo. Los recién casados, sentados uno junto al otro y con la mirada fija en la pequeña tele que había situada frente a cada butaca, percibieron como algo extraño les recorría todo el cuerpo, produciéndoles una diminuta descarga. Luego Alan mirando a su esposa Alisson, le dice:

-¿Qué ha sido eso?-

-No lo sé cariño, pero ha sido como una descarga eléctrica.- contestó dulcemente, al tiempo que notaba como otra descarga recorría todo su cuerpo hasta finalmente desaparecer.

-¿Has notado eso otra vez?- preguntó ahora alarmado Alan, al tiempo que intentaba visualizar a la azafata. Sin embargo, la misma parecía haber desaparecido.

-Sí, ¿Qué está ocurriendo?, me estoy poniendo nerviosa.- respondió visiblemente alterada a causa de aquella extraña sensación. Los demás pasajeros, parecía estar pasándoles lo mismo que a ellos, ya que algunos incluso se habían levantado de sus asientos para dirigirse hacia la cabina del capitán y pedir una explicación. Pero permanecía cerrada herméticamente, por lo que no tuvieron más remedio que regresar a sus respectivos asientos con caras de miedo y de algo más que no sabíamos muy bien a que era debido. No obstante, la gente comenzaba a inquietarse, cuchicheando entre ellos y maldiciendo, porque no les daban ninguna explicación de lo que estaba ocurriendo y a que eran debidas aquellas descargas fortuitas. 

Vuelo espectral (relato corto)Where stories live. Discover now