-A la vida.- dijo esta secamente, concentrándose en tomar el control del avión, que aunque en un principio le costó un poco, al final se resistió y pudo controlarlo sin problema.
-¿Sabe dónde nos encontramos?- preguntó Alan a la mujer extraña que ahora pilotaba el aeroplano sin problema alguno.
-Por supuesto, por eso debemos regresar y para ello solo hay una forma.- le contestó aquella mujer sin mirarle.
-Y ¿cuál es esa forma?- preguntó ahora el copiloto del avión.
-Introduciéndonos de nuevo en el bucle, para regresar al punto en el que el avión tomaba el camino correcto hacía vuestro destino, pero que por motivos desconocidos, calló en uno de ellos, volviendo al momento en el que mi avión se quedaba sin oxígeno, produciendo la muerte de todo el pasaje e introduciéndose de súbito en vuestro avión, de ahí que notarais las descargas en vuestros cuerpos. –
-¡¡Ohhh dios mío!!- exclamó horrorizada Alisson al escuchar la verdad de todo aquello que estaba pasando.
Ahora entendíamos el por qué los mandos empezaron a moverse solos, las descargas a los pasajeros o la pérdida de control de una persona, como le sucedió al comandante. Sin embargo, no entendíamos aún, como pudimos meternos en un bucle de tiempo y no darnos ni siquiera cuenta de ello. Ahora y gracias a aquella mujer, muy pronto retomaríamos nuestro viaje a Madrid.
-Ayúdenos a regresar- indicó Alan a la mujer de naturaleza extraña. Esta le miró de reojo mientras le contestaba embozando una media sonrisa, que al hacerlo dejó entrever unos dientes en avanzado estado de putrefacción y consumidos por la muerte.
-Estamos llegando- anunció con plena seguridad.
-¿A dónde? ¿Al bucle?- preguntó este totalmente desconcertado, al tiempo que miraba por los ventanales del aeroplano y contemplaba todos aquellos gigantescos mausoleos que se alzaban hacía nosotros pero sin rozarnos ni lo más mínimo.
-Sí, ahí está.- señaló la mujer con rapidez.
Desviando nuestras miradas ahora hacía al exterior, contemplamos atónitos como delante nuestro se encontraba un gran vórtice, de intenso color violáceo, que parecía estar ejerciendo una enorme atracción en nosotros. Después y como si nos succionara un enorme tornado, envolviéndonos de manera simultánea mientras éramos introducidos en su interior, para finalmente ser trasladados al punto de partida.
Cuando por fin regresamos de nuestra estupefacción, comprobamos como aquella mujer que hacía escasos minutos se encontraba frente al mando del aeroplano, se había evaporado inesperadamente dejando vacío el lugar. Al parecer, esta formaba parte de ese avión en el que trágicamente falleció todo su pasaje.
-Mirad- dijo Alan, al tiempo que señalaba con el dedo el exterior del avión.
-¿Qué ocurre?- preguntó preocupado el copiloto, al escucharle. Pero pronto comenzó a sentirse más relajado, ya que cuando miró hacia fuera, vio como el cielo comenzaba a recobrar de nuevo el azul y nos aproximábamos al aeropuerto de Barajas (Madrid). Una vez que el aeroplano tomó pista, sentimos como un profundo sentimiento de tristeza nos embargaba a causa de lo vivido allá arriba, pero que muy pronto se vio ocultado por la enorme alegría de llegar a nuestro destino, uno en el que creíamos que jamás llegaríamos.
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Vuelo espectral (relato corto)
ParanormalRelato corto de género paranormal, terror y fantasía.