-Voy a ver qué pasa, tú quédate aquí.- dijo Alan a Alissón, que permanecía con los ojos atentos a cualquier cosa extraña que sucediera y con ello, se refería a las extrañas descargas que corrían a sus anchas por su cuerpo. Estas eran totalmente distintas a las que podían ocasionarte una descarga eléctrica causada por un rayo o por cualquier cuerpo extraño, pero era tal la sensación que te infundía, que parecía como si un alma estuviera intentando introducirse en el interior de tu cuerpo, produciéndote una sensación de malestar y viendo cosas que no se correspondían con nada de lo que te había pasado, era como si estuvieses dentro de una persona muerta.
Alan, levantándose de su butaca, se dirige hacia la cabina de mando, donde cuatros hombres aporrean la puerta sin obtener respuesta alguna. Luego, acercándose hacía estos les dice:
-¿Qué ocurre?-
-El comandante y el copiloto siguen ahí dentro, pero no nos abren la puerta.- contestó uno de aquellos hombres, alterándose a cada minuto que pasaba.
- Si está pensando lo que me estoy imaginando mentalmente, se equivoca totalmente. Ambos siguen vivos y están ahí dentro, los oigo- indicó el otro hombre, mirando fijamente a los ojos a Alan.
-Y ¿Por qué no abren la puerta?- preguntó de nuevo Alan, acercándose más hacía la puerta para intentar escuchar algo. Con la oreja pegada a la puerta, percibió como unas voces lejanas susurraban incesantemente palabras entrecortadas y poco entendibles que parecían estar de lo más alteradas. Luego, aporreo la puerta varias veces con gran intensidad, pero nada ocurrió. Las voces del interior siguieron sonando libremente y de forma constante sin más, como voces del más allá. Él que no se iba a dar por vencido, cogió y agarrando un mechero dijo:
-¡Como no abran la puerta inmediatamente y nos den una explicación razonable, juro que prenderé fuego el avión!.-
-¡¡Se ha vuelto loco o qué!!-exclamaron aquellos hombres al verle dispuesto a quemar el aeroplano. No obstante, el mismo les hizo una señal como indicativo para que le siguieran el juego, cosa que tranquilizo un poco a los hombres.
-Vamos a prender fuego el avión como no abran y salgan a dar la cara. Merecemos una explicación.- inquirió este.
Acto seguido, se abrió la puerta ligeramente dejando entrever por ella una larga mano, que agarró a los hombres y los entró al interior. Dentro, una apagada y sombría cabina del avión, se extendía ante ellos en la cual había dos hombres, el comandante y un copiloto. Ambos les miraban fijamente con ojos alarmados y de terror, cosa que les inquietó tremendamente.
-¿Qué está pasando aquí? ¿Porque no nos abrían?-preguntó el joven Alan, girando la cabeza de un lado a otro, al tiempo que observa toda la estancia intentando buscar algo que le haga indicar, el motivo del silencio. Sin embargo, todo permanecía ordenado y sin ninguna alteración perceptible.
-No sabemos a dónde nos dirigimos, el avión va solo. No nos permite pilotarlo ni marcar el rumbo, diría que es completamente autónomo- soltó el copiloto con voz baja, al tiempo que dirigía su mirada hacía las enormes cristaleras del mismo.
-¿Cómo que va solo? ¿Qué están tratando de decirnos?- preguntó de nuevo Alan, sin creer lo que estaba oyendo.
-Eso es imposible, estos dos deben de haberse vuelto locos –dijo otro de los pasajeros junto a Alan.
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Vuelo espectral (relato corto)
ParanormalRelato corto de género paranormal, terror y fantasía.