Explosión de supernova (antes dinamita)/EN CURSO.

Capítulo 2: Graffiti.

10 de agosto de 2018.

LIAM:

Es curioso como Bianca hasta en este estado de ebriedad puede hacer que te sientas bien a su alrededor. No voy a decir algo como que me siento mal teniéndola entre mis brazos, porque es todo lo contrario. Sonrío ante las palabras que acaba de susurrar y alejo un poco mi cabeza de su boca para que los roces de sus labios con mi oreja no causen efectos secundarios en mí.

—Así que hoy besaste a alguien a quién apodaste de muchas formas – digo porque no sé qué más decir.

Confirma lo que digo con un sonido que parece más un gemido y debo sacudir mi cabeza para alejar los pensamientos que comienzan a venir a mi mente.

<<Te llevaré con Drake.

—No –pide-. Es divertido estar contigo.

Se hace un momento de silencio en el que ella sigue abrazándome. En estos minutos pude saber dos cosas de ella:

1. Es una de esas personas que se ponen cariñosas cuando toman de más.

2. Sin duda, su vestido verde pegado al cuerpo le queda de maravillas.

<< ¡Ya sé! – dice luego de unos segundos-. Vayamos a hacer un grafiti –exclama sin soltarme, siento que estamos en la misma posición hace días. Su boca comienza a hacer un recorrido desde mi mentón, recorre mi mejilla hasta las comisuras de mis labios.

Mi ceño se frunce automáticamente. Me alejo un poco.

—¿Un graffiti?

—¡Si! Hace mucho quiero hacer uno- comienza a hablar mientras da cortos besos en diferentes partes de mi cara ¿Qué carajos? – Tengo en mi auto muchos aerosoles de diferentes colores.

Se separa abruptamente de mí y casi me quejo, pero decido mantenerme en silencio. Baja los peldaños de la entrada y comienza a trotar hacia los autos estacionados en la calle.

<< ¡¿No vienes?! Iré con o sin ti. Tú te lo pierdes.

Tengo tres opciones.

1. Seguir a una chica en un estado de ebriedad a hacer un graffiti de no sé qué, en no sé dónde. Lo que conlleva a meterme en problemas seguro.

2. Dejar que se vaya y hacer que no vi nada. Puede que corra peligro. 

3. Seguirla, no realizar ningún delito y cuidarla. Podría decir que voy a supervisarla. 

Sí, creo que la tercera es la correcta. Comienzo a correr hacia ella y la alcanzo. Tomo su mano para evitar que tropiece y se caiga.

—Creo que estás loca –suelto de repente mirando sus ojos celestes vibrantes.

—Quizás lo estoy –dice encogiéndome de hombros-. Oye ¿puedes avisarle a Drake que estoy contigo?

—Si.

Saco mi móvil y mando un mensaje a mi hermanastro.

—Listo, Bian.

Llegamos a un bonito coche rojo. Ella saca de su chaqueta unas llaves y abre la cajuela. Saca un bolso negro y me mira cómplice. No sé qué estará pasando por su mente, pero decido no llevarle la contraria para ver hasta dónde llega con esto. Es divertido.

Sin más veo como camina hasta la pared de la casa de al lado dispuesta a comenzar a rayarla ¿Qué carajos? Miro a mi alrededor y solo hay gente en la lejanía, nadie podría vernos y la música que aún puede escucharse fuerte tapa el ruido que podamos hacer.