17 de agosto de 2015.
Miro el largo pasillo escuchando el ruido de las maquinas, doctores corriendo de un lado a otro, familias reunidas esperando noticias sobre sus seres queridos, gente naciendo y muriendo en un mismo lugar. Sin dudas un hospital es más que un edificio, si tiene tanto poder en su interior deberíamos llamarlo no sé... ¿regulador de personas?
Comienzo a percibir el sudor de mis palmas, las limpio rápidamente sobre mi jogging, me encuentro sentada en el piso. Miro a mi hermano, Thomas, que se durmió sobre mi hombro. Es incómodo, pero no lo corro.
Debe ser más difícil para él que para el resto. Levanto la vista a mis padres, mamá se encuentra apoyada sobre la puerta del quirófano y mi padre caminando de un lado a otro. Suelto un suspiro cansado.
Horas antes mis padres junto a mi hermana Aria se encontraban haciendo una de las revisiones semanales, cuando se dieron cuenta que el tumor cancerígeno de uno de sus riñones había crecido más de la cuenta y se había esparcido en el otro riñón. Inmediatamente la internaron de urgencia.
Mis padres nos avisaron tarde, por más que ya suponía que pasaba, no se lo mencioné a mi hermano que aún esperaba que Aria cruzara el umbral de la puerta con una de esas sonrisas que tanto la identificaban.
Nos llamaron hace unas horas, cuando por fin comenzaron con la operación. Y no, no encontraron un donante compatible de riñón. Yo les daría el mío porque ¿Para qué necesito dos? Pero mi hermana se negó rotundamente al ofrecimiento de cualquier familiar, yo sé que muy en su interior sabe cuál es su destino y por más que yo o cualquiera lo quiera cambiar, sin su ayuda no podemos hacer nada.
Sobreviviendo con diálisis ya no pudo aguantar. Para los que no sepan que es ese tratamiento se podría decir que es mierda en una tasa de mierda, pero si quieren una explicación médica sería algo como: una maquina filtra los desechos del cuerpo que tus riñones no pueden desechar. En fin, después de tantas semanas no conseguimos donantes. Y aquí estamos: esperando que una inútil operación extirpe el tumor de su pequeño órgano.
Hay tantas probabilidades de que la operación salga bien a que salga mal. Y yo me estoy sosteniendo sobre las buenas probabilidades.
Siento que alguien se sienta a mi lado y es mi primo, Daniel. Él es mi mejor amigo, hijo de la hermana de mi padre. Prácticamente somos como mellizos, casualmente nació un día antes que yo y eso hizo que creciéramos juntos. Si me preguntan ¿Cuál es el primer recuerdo que se te viene a la cabeza? No es un recuerdo, es una persona. Y esa persona es mi primo. Dan toma mi mano y sonríe tristemente:
-¿Estas bien? - pregunta cerrando con más fuerza su mano en la mía.
-Eso creo- digo mirando la pared de en frente-. Estoy asustada.
-Yo también.
Así nos quedamos, unos largos minutos esperando. Mi mente rondaba por pensamientos tan feos que no pude aguantar y una lágrima salió. Dan a mi lado me atrajo en un abrazo haciendo que Thomas casi se caiga de frente al piso. Sin evitarlo una suave risa escapa de mí y me convierto en un ser humano raro que sonríe mientras llora.
Escucho un sollozo fuerte y veo a mi madre en cuclillas llorando. Mi padre viendo a la nada misma. Mi tía corre hasta donde se encuentra mi madre y la abraza. Thomas, en un momento que no identifico se pone de pie y yo me quedo ahí. Pensando. Logro escuchar la voz del doctor:
-Aria es fuerte. Ahora se encuentra consiente- mira a mi madre y luego a mi padre-. No pudimos hacer nada. Era ya muy tarde cuando nos dimos cuenta de la magnitud del tumor. Detuvimos la operación al darnos cuenta que los estudios fallaron y no se puede hacer nada para extirpar el problema.
-¿Por qué los estudios fallaron? -. pregunta mi tía en medio de su propio mar de lágrimas.
-A veces esas cosas pasan y...- ya no escuchaba.
No escuchaba nada, solo los latidos del estúpido órgano que me mantiene con vida retumbando en mis oídos. Veo en cámara lenta como mi madre se levanta y entra a la sala. Mi padre va tras de ella. Thomas me mira sin poder creer que su melliza no va a poder seguir adelante con su vida. Dan me tira hacia arriba para que me ponga de pie.
Los tres agarrados de las manos vamos hasta el quirófano. Sé que usaron anestesia total y que después de varias horas casi toda se fue. Mi hermana se encuentra aún medio adormilada y sonríe cuando entramos. Y eso es lo que me parte el corazón, alguien tan alegre no merece esto.
Mamá no deja de llorar y papá se acerca a mi hermana y besa su cabeza calva. Alrededor de sus verdes ojos hay unas grandes ojeras, siendo resaltada por su pálida piel. Sus labios si color aún se encuentran abiertos en esa sonrisa tan única. Y todo ella me impone una cosa: es una luchadora.
Thomas corre hasta ella y la abraza suavemente. La abraza y llora. Llora tanto que dudo si se quedó deshidratado.
Mis labios comienzan a temblar y veo como cada uno de mi familia besa a mi hermana en la cabeza. Yo me quedo congelada en mi sitio, no lloro, no grito, siento que no respiro, no hablo. Estoy en un gran estado catatónico.
Cuando ya todos la hicieron sonreír y sacaron otra de sus magníficas carcajadas me acerco. Mi tía y primo se retiran para dejarnos más privacidad supongo. Thomas saca un sollozo y sale corriendo del lugar, mamá lo sigue gritando su nombre y papá va hasta la puerta porque escucha a su hermana llorar en el pasillo. Y yo quedo ahí, parada sintiendo de todo y a la vez nada. Me acerco con una temblorosa sonrisa y le doy un beso en la frente.
-Creí que no te ibas a acercar jamás- dice para aligerar el ambiente.
-Mi corazón se está rompiendo- digo y una lágrima sale de mí.
-Yo creo que tristemente el de todos hermana- y agradezco al cielo que me haya regalado otra de esas sonrisas que merecen ser dibujadas y pintadas para luego ponerla en las galerías más reconocidas del mundo-. Siempre fuiste alguien tan fuerte, tan feliz que temo que tu luz se apague cuando la mía lo haga- su voz es temblorosa-. Quiero que vivas por ambas, por favor. No te apagues y no dejes que Thomas se deprima.
<<Eres nuestra hermana mayor, por un año, pero de todas formas eres mayor. Siempre en los momentos difíciles tú fuiste el eslabón fuerte que nos mantuvo de pie. Por favor, no quiero que las cosas cambien cuando me vaya.
Lagrimas comienzan a caer por mis mejillas, pero aún sigo fuerte, por mi familia, por ella y por mí.
-Las cosas van a cambiar Aria, queramos o no, se va a sentir la falta de tu alegría en casa. Pero con vos aprendí más de lo que cualquiera haya podido enseñarme. A ser fuerte. Y te amo muchísimo. Te prometo que los cuidaré por ti- digo en una sonrisa-. Thomas no se deprimirá y viviré por ambas.
Comienzo a llorar y siento que no puedo parar. Mi corazón nunca ha pasado por tanto y siento que me estoy desmoronando poco a poco.
-Te amo. - dice con su voz ronca.
-Yo también te amo. Y muchísimo.
Mis padres vuelven a entrar seguido de unos enfermeros. Escucho los gritos de Thomas en el pasillo y los de Dan diciendo que se calme. Miro a otro lado cuando lo hacen, la desconectan. Sé que ya no hay nada que hacer, sé que si la dejamos conectada ella sufrirá mucho más. Sé que no hay vuelta atrás con su enfermedad. Sé que Thomas está afuera por qué si no entrará y hará que no la desconecten.
Vuelvo la vista a la camilla donde mamá se encuentra acostada a un lado de Aria, papá se encuentra sentado en una silla agarrando la mano de mi hermana. Pasaron los minutos y poco a poco el hermoso color verde de sus ojos pierde el brillo. Mi tía llora cerca de la ventana, yo me quedo parada en un costado.
Escucho como Thomas entra jadeando:
-¡¿Por qué la desconectaron?!- grita-. ¿Por qué lo hicieron? Capaz que podía haber otra forma, darle mi riñón, otra diálisis...
Sus ojos tan rojos enfocan a Aria y va hasta ella y la abraza corriendo a papá. Dan entra y me abraza, y yo lloro sintiendo mi pecho estrujarse, mis piernas entumecidas, mis parpados hinchados. Solo lloro.
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Explosión de supernova (antes dinamita)/EN CURSO.
Novela JuvenilBianca y Liam, ambos en su propia fiesta interna. Cada uno tan extrovertido y sonriente. Lo que no muchos saben son los verdaderos sentimientos que cargan estos personajes. Te invito a adentrarte a esta historia llena de emociones y dulzura. A ena...