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¡Hola! ¿Cómo están? Lamento la demora, pero aquí les dejo la siguiente parte, espero les guste;

Luego de limpiarlo y curar sus heridas, se recostó un momento para descansar.

Salió mi padre furioso porque el se había escapado, lo iba a encadenar de nuevo pero entonces le dije lo que había ocurrido, y si Bonito no hubiera llegado no estaría allí sentado. Entonces lo miró con arrepentimiento en la mirada y le dijo;

Gracias por cuidar de mi hijo, gracias Bonito-

Lo levantó del suelo y lo entró a la casa colocándolo sobre un almohadón frente a la estufa, y me senté a su lado hasta que quedé dormido.
Mi padre me llevó a mi cuarto y me dejó en la cama.

Al salir el sol, los rayos de luz atraviesan mi habitación iluminando la misma. Yo me enderezo y veo a Bonito que estaba echado a los pies de mi cama observándome, le sonrío y le acaricio entre las orejas. Este se levanta, camina hacia la puerta y me mira, yo me levanto y salgo detrás de él.
Caminamos hasta la cocina y él se sienta esperando su desayuno, se lo sirvo y me preparo una leche chocolatada.

Me apronto para ir a la escuela, lo acaricio y salgo de casa. Él me siguió hasta el portón y allí se quedó viéndome hasta que me perdió de vista en la esquina.

Pasaron las horas y llegó la hora de volver a casa. De camino, en una esquina, me disponía a cruzar, cuando siento algo que jala mi túnica con fuerza justo antes de que baje a la calle, y en ese momento pasa un auto a alta velocidad que no respeta la zebra, hasta incluso pasa demasiado cerca del cordón de la vereda. Cuando me di vuelta no logré ver a nadie detrás de mi. Me quedo sin palabras, agito un poco la cabeza y cruzo la calle.

Seguía sin entender que había ocurrido, en eso fui pensando hasta que llegué a la calle de mi casa.

Me iba acercando al portón, y veía a Bonito que estaba echado esperando que llegara de la escuela para salir a caminar, como todos los días.

Dejé mi mochila en la cama y también la túnica, sali del cuarto y lo observo sin decirle nada.
Pienso si debería sacarlo a caminar aunque estuviera lastimado, aparto mi vista hacia la puerta del comedor y cuando la devuelvo me detengo, al ver que Bonito había comenzando a caminar hacia la puerta del corredor que daba al patio.

Salgo detrás de el y veo como avanza hacia el portón, justo antes de llegar se detiene y me ve de la misma forma de ayer, y le digo;

Okei Bonito si quieres salimos a pasear un rato-

Devuelve su vista al frente y avanza. Abro el portón y salimos, caminamos por el barrio hasta que ibamos llegando al centro, y me detengo en la rotonda.
Miro hacia ambos lados antes de cruzar y avanzo, llego al otro lado de la calle y giro a la izquierda, voy caminando por la acera con Bonito a mi lado.
Siento un escalofrío que recorría mi espalda, cuando lo veo me ve un tanto confuso porque me había detenido, al notarlo sacudo un poco la cabeza y le sonrío.
Seguimos caminando a la par como si nuestros pasos fueran intencionalmente sincronizados.

Caminamos a lo largo de 5 cuadras, hasta que llegamos a la plaza y cruzamos hasta esta para descansar a la sombra de un pino bastante viejo. Estábamos disfrutando de la sombra, cuando por aburrimiento empiezo a mirar alrededor, y veo que el carrito que estaba al otro lado de la plaza, lo estaban abriendo. Enseguida reviso mis bolsillos, y encuentro un billete de veinte y una moneda de diez.

Lo veo a bonito y le digo;

Vamos amigo, ¿o no se te antoja una torta frita?-

Enseguida se levanta y me hace fiesta, salimos rumbo a el carrito, nos acercamos y le pido a la muchacha.

Dos tortas por favor-

Si por supuesto enseguida las hago-

Nos dimos media vuelta, y nos sentamos en el borde de un cantero que allí había, aunque ya no quedaban flores.

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⏰ Last updated: Aug 22, 2018 ⏰

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El ángel de la muerte Where stories live. Discover now