Desde los albores del tiempo, se cree que la muerte es un demonio desalmado y sádico, al que le da lo mismo a quien se lleva. Pero en realidad, es un ángel que siempre está vigilando y evaluando.
En cada momento está allí decidiendo cuando será el momento para recibirte en sus brazos. Así me pregunto si sería suerte, o él no a querido llevarme, pues en muchos momentos pensé que mi vida iba a acabar, pero milagrosamente lograba salir ileso. Por eso me empecé a cuestionar el porque de aquellas veces en las que me salvé arañando las paredes.
Ahora pienso que lo que la humanidad a visto por generaciones como un mal augurio, tan solo es un ángel que vela hasta ese preciso momento para darnos la bienvenida. Parece algo descabellado, pero, ¿quién pude decir a ciencia cierta lo que es en realidad?
A mi me gusta verla como un niño a un amigo imaginario, porque tal vez ese amigo que todos tuvieron de niños, siempre estuvo allí. (Parece mentira, ¿"pero pude ser posible", o no?) eso queda a criterio de ustedes.
Aquí tengo una pequeña historia que les dejo;
Hace años -ya más de los que me gustaría admitir- tenía un can al cual nombré "Bonito", quien siempre me protegió con todas sus fuerzas, que en varias ocasiones me salvó la vida y me acompañó en largas noches de tormenta, lloviera o granizara.
En un día con mucho viento, salí a caminar por un monte cercano a mi hogar. Mi padre había atado a Bonito y no lo quería soltar para que me acompañara, y para mi sorpresa, apareció a los pocos minutos de que entrara al monte arrastrando la cadena.
Se detuvo justo enfrente de mi dándome la espalda y enseñando los dientes con mucha agresión.Con miedo en la voz le dije;
-¿Qué pasa bonito?
Pero no reaccionaba a mis palabras. Me empecé a asustar, pues nunca había actuado así. Mi corazón latía con fuerza por el miedo que lentamente se apoderaba de mi. Entonces le volví a decir;
-¿Qué pasa bonito?, calmate.
De repente, de entre los árboles salieron dos perros, uno simarrón y el otro cruzado con pitbull.
Los miraba con un escalofrío que recorría mi espalda, los observé y en sus hocicos habían manchas de sangre.
Quedé paralizado al instante, y pensaba como salir de allí lo mas rápido que pudiera.Pero antes de poder reaccionar, se abalanzaron hacia mi.
Iba a echarme a correr despavorido, pero Bonito arremetió contra ellos impidiendo que me dañaran.Aunque traía las de perder, no lo dudó y comenzaron a pelear, y yo no sabía que hacer.
Se defendía con todas sus fuerzas, mordiendo y laserando la carne de aquellos perros.
A uno lo mordió con tal fuerza, que le quebró una de sus patas traseras, dejándolo con una profunda herida por la cual yo podia ver a través de ella. Este se intentó alejar, dejando al otro solo.
Bonito se posicionó entre el cruza y yo.
Lo miraba aterrado y con miedo de que lo fuera a matar, y entonces dió unos pasos al frente y comenzó a rondar enseñándole los dientes de los cuales, goteaba sangre del otro can.
En un instante se atacaron con intención de extinguir la vida del otro. Colisionaron con fuerza y se paraban en sus patas traseras, tratando de poder morderse los cuellos.
Gruñían y se tiraban tarascones, mientras chocaban y se tiraban con fuerza al suelo, y, en uno de los empujones, él logró acestar la mordida al cuello de ese cruzado.Lo mordió con ira en su mirada y cada vez más fuerza, y así, hasta que la vida abandonó al cruzado y lo soltó.
Me miró como si me quisiera decir; "Tranquilo que ya todo está bien, no hay nada que temer" entonces lo abracé con fuerza y lágrimas en los ojos, porque estaba lastimado y era por mi culpa.
Lo llevé a casa donde limpié sus heridas y le agradecí por protegerme. Y junto a mi se recostó un momento.
Ahora me pregunto; ¿cómo fue que logró hacer sacar la cadena de la estaca sin romperla? nunca lo sabré como nunca lo olvidaré.
Una ultima reflexión; Si la muerte fuera un demonio, ¿porqué liberó a Bonito para que me salvara?
Como esta tengo varias historias más, pero les dejo esta hoy.