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Las sirenas de los autos de policía hicieron que salga más rápido de lo que alguna vez corrió.

Sin darse cuenta del personaje que lo vigilaba.

Corría por un callejón húmedo, con los pies descalzos y pijama cubierta de sangre, no pasaba desapercibido como le gustaría, en seguida decenas de personas llamaban al 911 apenas lo veían.

Las sirenas lo perseguían, sus pies no daban más, y en cima escuchó personas gritar detrás de él, sin duda una experiencia que no se le desea a nadie.

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Ya muy cansado buscó lugares donde esconderse asegurándose estar muy lejos del cometido, al final optó por un basurero abandonado. Entró, habían ratas por todos lados, comida podrida, plásticos y más, ahí pasó.

La noche más fría de la historia con un adolescente de apenas 16 años quien se ha escondido entre las cajas del lugar intentando no pasar tanto frío, se quedó dormido entre el húmedo suelo y estrellas sobre su cabeza.

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Su cuello dolía, no podía mover sus manos ni pies, había una luz muy fuerte sobre su cabeza y una gran mesa de color plateado frente a él.

Despertó lento, sus ojos se abrían uno por uno gracias a la luz, poco más tarde se dio cuenta: estaba en un cuarto, como una cabina.

-¿Me atraparon?-bufó-

-Para tu suerte no.- habló puesto una máscara de conejo.- Al parecer le has encantado al jefe y quiere saber sobre ti.- caminando de un lado a otro.

- ah... ¿se puede saber quienes son?- habló sin rastro de miedo, analizándolo de arriba a abajo-Parecen ser de las típicas mafias monótonas y corrientes, ¿Qué les hace pensar que quiero estar aquí?

-¿Qué te hace pensar que puedes salir?- rió sutilmente, puso sus manos sobre la mesa- ¡Escúchame! No te pases de listo ¿entendido? No tengo mucha paciencia- alzó su camisa para mostrar su pistola escondida.

El sujeto salió de la habitación al final asegurándose de cerrar la puerta con seguro, con una sonrisa en su descarada boca.

*El muchacho no parecía tener más de 15 años* pensó en sus adentros.

Revisó el lugar habían en total 4 cámaras, una en cada esquina de la pared, sus manos y pies estaban atados con cadenas y un refuerzo de cuerdas, las cadenas tenían un candado, y el nudo de las cuerdas parecía de los que enseñan en campamentos, de esos que no se sueltan ni si quiera con el desatador más experto, y al final la puerta de acero tenía clave.

-Suspira- Estoy jodido.

¿Are you OK? -Yoonmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora