Aunque no te pueda ver

El Encuentro

- Jajajaja... No, no soy Alexa, soy Kristel, que acaso ya no te acuerdas de esta pobre mujer. - Solo sonreí falsamente.

-¡Hola!... Kristel ¿Cómo estás?-

- Bien, bien, ¿y tú?, solo te desapareces de Alemania y ya no te acuerdas de tus amigos.-

- Lo siento, en verdad. - Me rasque la cabeza.- Hey, si le puedes avisar a Bill, que venga por mí, por favor..-

-¿Como?.- Escuche que se sorprendió.-¿ Ya estás aquí en Alemania?.- Pregunto emocionadamente.

-Si, asi es. -

- Bueno ya no será necesario avisarle, aquí esta junto a mí, te lo paso. -

- Si claro. - Con ansias quería escuchar a mi amigo.

- ¡Bueno!.- Contesto.

- ¡Hola!, Bill.- Conteste al instante.

- ¡Hola!, Tom, tanto tiempo sin saber de ti, ¿ Hombre, donde te habías metido?.- Me lo dijo muy contento.

- Pues ya vez, uno que se va a vivir lejos. - Rei.- Oyes, ya estoy en Alemania.- Dije con una sonrisa.

- Ooo... Voy por ti, va. - Lo escuchaba muy feliz.

- Claro, aquí te espero. - Colgué y espere.

Media hora después y por fin llego, me saludo muy feliz, y me ayudo con mi equipaje, las subimos en el coche y nos subimos a su coche.

Bueno a nuestra casa, porque viviré un tiempo con él, mientras encuentre una casa.

-Cuando dijiste que volverías, pensé que era broma. - Me dijo sin apartar la vista de enfrente, mientras yo me acomodaba en el asiento.

- Pues ya vez que no bromeaba. - Me acomode mi camisa.

- Ya veo. - Siguió su vista enfrente y encendió el coche.- ¿Y cuánto tiempo piensas quedarte en Alemania?.- Pregunto.

- Hombre Alemania es mi país natal, y pienso quedarme un buen tiempo... em... Para siempre. - Freno el coche.

- ¿Cómo dices?.- Dijo sonriendo con la boca entre abierta y los ojos como platos.

-Bill, ¿Estas bien?. - Lo moví tantito, como no reaccionaba.

-¿Estas hablando encerio?.- Volteo a verme.

-Si, nada mas regresare a Paris por mi familia. - Encendió el coche de nuevo.

Después de eso ya nadie dijo nada, todo el camino a su casa.

Por fin llegamos,, y si que su casa era super bonita, estaba muy grande, el lugar estaba super espacioso, tenía un jardín enorme con una camastro color beige.

Entramos a su casa y nos recibió una señora tan hermosa.

-Mira Adelina, ¿Te acuerdas de Tom?. - Adelina, solo me miraba de arriba abajo.

-Pues como no lo voy a recordar, si mi niña Alexa, se la pasaba hablando del.- Yo solo sonreí como un tonto.

- ¡Adelina!.- Dije sonriente y la abrase.

-Pero mírate como has crecido, cuando te fuiste de Alemania, solo eras un niño de 13 años, ahora mírate, has crecido y mucho. - Sonreímos todos.

De repente oímos unos ruidos de zapatos de tacón que provenían de arriba, volteamos arriba, pensé por un momento que por fin miraría a Alexa, miramos que se a somo el primer zapato y mi corazón empezó a palpitar rápidamente.

Por fin la vi, era muy hermosa, no lo puedo negar, pero la mire bien, y me percate de algo...