Parte única

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Solo quiero enloquecerte — susurró Chuuya mientras masturbaba el miembro de su pareja y lamía y mordisqueba el lóbulo — Hacerte gritar mi nombre — siguió

El pelirrojo había perdido toda cordura esa noche.

Con un par de botellas de vino y una caja de cigarrillos había llegado hasta el apartamento de Dazai Osamu aquella tarde, iba con deseos de desestresarse luego de una semana complicada en la Port Mafia.

Luego de charlar, beber y bromear entre ellos, como usualmente lo hacían, desde que la Port Mafia y la Agencia habían hecho su tregua, las cosas comenzaron a calentarse... como también usualmente, sucedía.

Pero esa noche el vino había hecho mas que lo usual y Dazai se encontraba amarrado en una no muy decorosa posición.

El amarre... había sido hecho con algunas de las muchas sogas que tenía el castaño en su closet, de pies y manos en posición fetal, una cinta en su boca y la corbata de Chuuya cubriendo sus ojos. Todo eso, realizado solo con algunas llaves de karate del mejor artista marcial de la organización, aquellas llaves de las que Dazai, jamás podría liberarse.

El ojiazul se había desnudado completamente, mostrando su esbelto y bien proporcionado cuerpo, siquiera había tenido que tocar su propio mi miembro para endurecerse, la vista que tenía de castaño valía más que cualquier cosa.

El quería disfrutar de esa noche, y lo haría, no le daría clemencia a Dazai. Estaba posicionado detrás del más alto, moviendo su mano lentamente de arriba a abajo en la erección del otro,  haciendo círculos en la rozada punta, robándose gemidos y ruidos desde la garganta del excitado avellana.

no tengas miedo... de jugar este juego — volvió a decir el ojiazul mordiendo el lóbulo de la oreja del castaño.

Este último se tensó al escuchar la sensual y profunda voz de su amante, deseoso de seguir con aquel perturbador juego. Chuuya percibió como la piel de los brazos y la espalda del castaño se erizaba, estaba disfrutando.

No dudes... esta noche haré real todas mis fantasías — volvió a hablar esta vez quitando su mano del miembro del castaño y re acomodándose en la cama.

Se colocó delante de su amante, deleitándose de la vista. Ahí sumiso, con su abundante cabello castaño alborotado, sus mejillas sonrojadas, su miembro completamente erecto y amarrado.

Era suyo, completamente suyo.

Esto te va a gustar... todas las cosas que te haré... lo vas a disfrutar, te voy a tratar bien... durante toda la noche — habló el pelirrojo masajeando su ya levantado y duro miembro.

Unas pequeñas gotas de sudor comenzaron a llenar el cuerpo de Dazai. El no saber que sucedería, la anticipación y la ansiedad por ser llenado de placer por su pelirrojo, le volvería definitivamente loco. Sería un extasis total, enloquecer entre las piernas de Chuuya.

Podemos hacer cualquier cosa... te haré sentir como si estuvieras en el cielo y en el infierno al mismo tiempo... te llevaré ahí... —sonrió — todo lo que quieras lo encontrarás en mi... — dijo sacando la cinta de la boca de Dazai — si solo juegas mi juego

El castaño abrió la boca para hablar, pero Chuuya introdujo su miembro dentro de la cavidad bucal del otro. Sonriendo maliciosamente, enloquecido, descontrolado. Su mirada oscurecida, y aquella sonrisa ladina y traviesa que Dazai, no podía visualizar.

Enloquecerte *Soukoku*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora