Bienvenida

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Una y otra vez cayeron a sus pies, tan inocentes, cual borregos llevados al matadero, creyendo todas las mentiras, acercandose a la luz, olvidando que desde pequeños nos enseñaron que no miraramos al sol porque este podria dañandos; y ese era Viktor Pluchik, un pequeño sol alrededor del cual orbitaban sus credulos alumnos sin percibir que este estaba cerca de su explosion.

Con un suspiro dio la bienvenida a la nueva caceria que se abrio paso hasta él bajo la ruidosa melodia de conversaciones y pasos procedentes del laboratorio central.

-Buenas noches queridos alumnos -una sonrisa llena de sádica satisfacción recorrió su pálido rostro- se preguntaran porque los invite esta noche, pero esta es la prueba final para aprobar y convertirse en los mejores médicos del país ¡Disfruten su velada!

Al terminar su bienvenida una sonora carcajada resonó en toda la estancia mientras la puerta frente a él se cerró solemnemente ante los confundidos ojos de los 12 alumnos allí presentes. El más joven e intuitivo intuyó lo que sucedería y desesperado corrió hasta la puerta intentando abrirla, pero eran demasiado ingenuos en comparacion con la experimentada deprevacion de su anfitrion; se hallaban atrapados desde un inicio y cuando el gas invadió toda la estancia uno a uno cayeron sumidos en el mundo de morfeo.

Doce estudiantes, doce habitaciones y una sola prueba. Con armoniosos pasos el Dr. Plutchik fue trasladándolos a cada una de sus estaciones para luego sentarse en el centro de todo y cual director de orquesta esperó acompañado por un buen vino tinto.

Una hora transcurrió hasta que todos despertaron, apartando el estupor mientras se enfrentaban a la cruda realidad, al estar todos con los ojos sobre el Dr. Plutchik este tomó el delgado micrófono entre sus dedos.

-Espero que hayan descansado suficiente y estén bien preparados para lo que viene ya que la cobardía será pagada muy caro, como por ejemplo con sus vidas -dijo mientras sonreia burlandose del miedo en los palidos rostros frente a el- y si realmente poseen el talento para esta carrera estoy seguro que disfrutaran la vista.

Allí todas las paredes eran de cristal, así que cada uno podía ver la desesperación en los ojos de aquellos que habían sido sus compañeros por cinco años, todos encerrados en una estancia circular cual cruel zoológico para un solitario y vil visitante.

Muchos años habian pasado para poder llevar a cabo su repulsivo sueño, siempre buscando el grupo adecuado y del mismo modo que las historias narran el amor a primera vista, Viktor quedo prendado ante este prometedor grupo de jovenes genios que podian ser la voz del cambio pero que simplemente cayeron en las telarañas del engaño volviendose los juguetes perfectos.

12 Habitaciones (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora