Parte única.

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Hello! Aquí la tipica nota del autor que molesta a todos(?), traigo un nuevo fanfic(increiblemente), en este caso un oneshot que hice para una feria, ¡Espero les guste!

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Kim Jong Woon, mejor conocido como Yesung, era un chico completamente normal de 34 años, el cual solía tener de mascotas a tortugas, le gustaba mucho la naturaleza. Aquel chico vivía junto a sus dos amigos, a los cuales de broma llamaba "omma" y "appa", puesto que ambos actuaban como una pareja casada y él, por supuesto, era su hijo.

Un día tranquilo de sábado por la noche, los tres amigos estaban en la sala de su departamento, estaban tomando por un descanso del trabajo y otras responsabilidades, lo típico en un mal tercio y una pareja que ya pasaban de los 30 años como para irse de fiesta y despertar en un departamento desconocido sin recordar nada.

-Quiero volver a la universidad.- Reprochó Yesung, haciendo un pequeño puchero, ocasionando que el mayor de los tres riera.

-¿Quieres volver a hacer el ridículo bailando frente a toda la escuela? ¡No gracias!- Exclamó KangIn, cruzándose de brazos mientras reía por lo que recién dicho, recibiendo un golpe por parte de Leeteuk, quien le miraba con desaprobación.

-¡Yo bailé genial!- Ahora el mayor de ambos, que se suponía había regañado a KangIn se estaba riendo, provocando otro puchero en Yesung.

Luego de unas cuantas bromas por el fascinante baile de Yesung, los chicos empezaron a hacer unas "peleas" de broma, empujándose y golpeándose con almohadas, sacando una que otra pluma a alguna de esas caras que nadie tiene en su casa. Sin embargo, todos sabemos que KangIn es algo fuerte, y por accidente, le pegó un empujón muy fuerte a Yesung, provocando que este cayera y se pegara en la cabeza con un mueble.

-¡Idiota! ¡¿Qué hiciste?!- Lo último que escuchó Yesung fue a su grandiosa madre gritándole a su estúpido padre.

El chico tortuga, despertó en un lugar que no era su cuarto, era más bien un cuarto con paredes de madera con un color intenso, y encima de esta había unos cuantos cuadros de cosas desconocidas las cuales no entendía para nada, cosa por la que hizo una mueca. Lentamente fue sentándose en la cama, tallando suavemente su cabeza, pues sentía el dolor de aquel horrible golpe ahí.

-Mataré a KangIn.- Murmuró haciendo una mueca, y seguidamente se sobresaltó al ver la puerta abriéndose, dejando ver a un joven de cabello gris con un traje del mismo color, el cual mantenía una mirada divertida y una sonrisa de lado.

-Hasta que despierta joven Kim Jong Woon.- Dijo aquel hombre, haciendo que el menor temblara un poco.

-¿Quién eres y por qué estoy en una cama sin saber qué ocurre? ¿Dónde estoy?- El chico de cabello gris río ante las preguntas y de puso en una posición poco normal, agarrando una botella de agua.

-Soy Lee DongHae, puedes llamarme Hae.- Se presentó el chico, "tomando" agua de la botella, la cual estaba cerrada, cosa que le hizo fruncir el ceño y luego reírse, contagiando a Yesung, pues ya había visto que el chico era muy tonto como para hacerle algo.- Y estas en SeMarnat, una escuela hecha para chicos como tú.

-¿Cómo yo? ¿Al fin notaron mi talento para bailar? Espera... ¡Tengo 34 años! ¿Se supone que vaya a la escuela así?- Hae sólo empezó a reír, negando con la cabeza.

-Hace muchos años atrás, un joven hibrido de caballo nos robó la gran tortuga filosofal, la cual era sumamente importante para la escuela, pues la utilizábamos para equiparnos, y ahora estamos desprotegidos, la reina nos gritó mil veces que devolviéramos aquella piedra, pero ninguno ha sido capaz de ir sin morir, salvo tú, Yesung, la reina hizo que el rey se encargara de traerte, y ahora estas aquí para ayudarnos, los brujos apuntaron a que tu serías quien nos salvaría a nosotros y la escuela.- El chico de 34 años estaba mirando con cara de idiota a Hae, frunciendo el ceño por tremenda historia digna de un libro.- Sígueme.- Pidió el peligris, y Yesung, sin mucha opción siguió al chico, mirando las paredes llenas de cuadros, algunos se movían. Al llegar a las escaleras sintió fatiga; estas se movían, iban a distintas direcciones y se acomodaban, no sabía si quiera donde había visto eso antes.
Con mucho cuidado y nervios fue bajando con ayuda del chico con cabello gris, el cual parecía estar paseando en el parque un domingo en la mañana después de tomar un jugo de naranja y un huevo con tocino, cosa que a Yesung no le hacía mucha gracia, pues estaba más mareado que nada por el movimiento. Había más personas ahí, ninguna se le hacía conocida, al contrario, cada vez se confundía aún más.

Yesung y la tortuga filosofal.Where stories live. Discover now