Habían pasado cinco años desde que París quedó libre de akumas. Marinette ya había dejado atrás el ser la heroína de traje moteado y, por tanto, había perdido todo contacto con el que era su compañero de batallas.
El tiempo la trató bien, pues a sus 19 años ya había conseguido entrar en la Universidad a cursar su carrera como a diseñadora de modas; así mismo, consiguiendo un trabajo por las tardes y fines de semana como manager de la banda del grupo de Juleka y su hermano.
Atrás quedaron los días de instituto en los que su corazón latía por el varón Agreste, sobre todo cuando éste marchó a Nueva York para continuar con su carrera de modelo.
Al principio, su ausencia creó un vacío en el interior de la joven. Sin embargo, esa falta fue perdiendo importancia al frecuentar con el varón Couffaine.
Su involucración con la banda de música le había permitido conocer más al guitarrista y ¿por qué negarlo? Había descubierto que además de ser un apuesto muchacho, ambos se compenetraban bastante bien. Incluso podría decir que se habría enamorado, pero eso era algo que no logró aún exteriorizar.
Un viernes por la noche, el grupo tenía concierto en el centro, así que, como ya era de costumbre, la azabache era la encargada de que todo estuviera a punto para la puesta en escena.
— Vale. Tenemos los instrumentos, las luces, equipo de sonido… — murmuró chequeando una libreta de forma pensativa.— … ¿Falta algo?
— Sí... — susurró el muchacho de melena oscura y mechas azuladas mientras se apegaba a la espalda de la muchacha, inclinándose peligrosamente sobre su hombro, echando así un vistazo a las anotaciones de su compañera. — Cervezas, cigarrillos y groupies.
Un escalofrío recorrió la columna de la joven, removiéndose ansiosa por el inesperado acercamiento del zagal.
— ¡Lu-luka, me has asustado!— exclamó asustadiza con una risita nerviosa.— Y en cuanto a lo demás… N-no creo que todo eso sea necesario para el concierto.
<< Sobre todo las groupies… Sobran… >>
El guitarrista soltó una suave risa, rodeando la cintura de la pelinegra mientras la abrazaba y la atraía a su cuerpo de forma mimosa.
— Oh, vamos sugar cube... — descansó el mentón sobre su hombro, apegándose a su trasero con descaro.— Necesitas relajarte, no todo tiene que ser trabajo.
Ella restó paralizada en su sitio, ruborizándose ante las atenciones del varón, mismo que sonrió victorioso al ver los efectos que su encanto tenía sobre ella.
Si bien, era un par de años mayor, algo en esa joven de mirada celeste y oscura cabellera provocaba en él una tremenda atracción. No solo lo había cautivado con su dulzura y su belleza desde el primer instante en que la vio de pie frente a la puerta de su camarote, sino también por lo asombrosa y maravillosa que ella había demostrado ser durante todos los años que llevaba de conocerla.
— ¿Y bien? — ladeó el rostro para mirarla de cerca.— ¿Me dejarás ayudarte a divertirte esta noche?
<< Oh, dios mío. Me va a dar algo… >>
— ¿A-ayudarme?— sus zafiros se perdieron en ese mirar salvaje que la tentaba en demasía, tragando grueso a la par que su corazón latía a un ritmo frenético bajo su pecho.— ¿Có-cómo? E-es decir… Y-yo ya me divierto viéndote… ¡Viéndolos! ¡Al grupo!
Las mejillas de la menor se sonrojaron con virulencia, cada vez más nerviosa y con la cabeza hecha un verdadero caos.
Luka sonrió, depositó un corto beso en su mejilla y la liberó de su agarre, tomándola de los hombros para girarla hacia él y poder así, mirarla a los ojos.
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❝ STORM TO PASS ❞ ϟ OS • LUKANETTE [+18]
FanficCinco años han pasado desde que Marinette dejó de lado aquello a lo cual jamás pensó renunciar: Su rol como heroína de París y su amor no correspondido por Adrien Agreste. No obstante, la convivencia y el permitirse ver con otros ojos a su amigo, Lu...