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Fin, un día menos. Cada vez que terminaba un día de clase recordaba que me quedaba un día menos en Londres, la ciudad de sus sueños.

-May-se escuchó una voz detrás de mí.

Era Brooke, mi amiga del alma. Nos conocíamos desde hace unos cuatro años y, aunque vivíamos en España, ahora nos encontrábamos aquí, en su ciudad. Gracias a ella había conseguido estar pasando unos tres meses de intercambio. Gracias a esta chica rubia oscura con toques cobrizos, ojos claros, alta, en la que se posaban todos los ojos y que siempre termina consiguiendo la mayoría de las cosas que desea. Éramos diferentes y a la vez iguales.

-Te he estado llamando y no me hacías caso, mira que estas empanada-me dijo con una sonrisa.

-Gracias, yo también te quiero.

Nos encaminamos por los largos pasillos del instituto. Seríamos los mayores del instituto, pero yo muchas veces sentía que eso no era así.

Seguimos por nuestro paseo habitual hasta nuestra casa, donde vivíamos y solo teníamos que limpiar, porque al estar de intercambio nos facilitaban la casa y la comida, aunque vivíamos solas. Teníamos poco que hacer en aquella maravillosa casa. Brooke hablaba de la fiesta del fin de semana pasado y yo no prestaba atención, iba a ser verdad que estaba en otro mundo.

Antes de proseguir voy a presentarme. Soy Mayleen, Mayleen Evans, aunque todo el mundo me llama May. Soy española, aunque mi padre es inglés, de ahí mi nombre que nunca pronuncia nadie bien en España. Si me tuviera que definir diría que soy alta, normal, pelo oscuro y ojos marrones, nada extraño. Y me encanta la música, me envuelve en un mundo perfecto difícil de definir. Además toco un poco la guitarra.

Al llegar a casa, cada una subimos a nuestras respectivas habitaciones. Si pudiera me llevaría la habitación a España. Es amplia, cuenta con lo necesario, pero me encanta, y más cuando me siento en el banco de la ventana a escuchar música, tocar o leer.

Bajamos y comimos, nada diferente, aunque Brooke estaba un poco rara, más de lo normal.

-Brooke, me voy a trabajar, si necesitas algo llámame- me despedí y antes de salir escuché un ‘vale’ que procedía de la cocina.

Trabajaba en un bar, café o algo así, ya que tenía diferentes funciones, para sacar un poco de dinerillo. Es el típico café inglés, lo cual me encantaba, y a su vez hacía de pub algunas noches. No hacia gran cosa: servir, limpiar… lo típico, tampoco había mucha actividad ya que se encontraba un poco alejado del centro, pero me gustaba esa zona.

Cuando quedaba una media hora para mi salida, mi teléfono sonó:

-May AHHHH ven, ya, pronto, corre, AHHHHH, joder, no es posible, AHHHH-escuché a una voz chillona desde mi teléfono.

-A ver Brooke, tranquilízate y explícame las cosas despacio.

-Tía, tienes que venir ya, esto no puede ser verdad, nuestro sueño se va hacer realidad.

-Sabes que hasta dentro de media hora no salgo, pero intentaré estar allí lo antes posible.

Y colgamos.

-Adiós señora Pons, hasta mañana- me despedí de la dueña del café, no me podía caer mejor esa señora.

´Nuestro sueño se va hacer realidad’ esa frase retumbaba en mi cabeza durante todo el camino. ¿Qué quería decir con eso? Tampoco he hecho nada para que alguno de la inmensidad de sueños que tengo se cumpla. Por ahora se ha cumplido uno, que era venir a Londres, y ya está.

¿Qué podía ser? ¿Qué habrá hecho ahora para que algo se haga realidad? No lo sé, pero miles de opciones pasan por mi cabeza. Y mi subconsciente me repite: ‘No te hagas ilusiones May, que siempre terminas decepcionada’. Cuánta razón tiene…

Espero que os haya gustado. Y hasta que no tenga unos 4 likes no creo que vuelva a subir.

Muchas gracias a todos los que lo leéis :)

Won't give up || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora