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Hoy era Viernes de... Ya es viernes, pedon, gastar gastar dinero, mamarse la raya. Antro, antro, racismo cadenero, antro, vergasos.
Todas la semana entraba al bus y a lo primero que veía el pelinegro era a un terroncito de azúcar negra. El cual que lo recibía feliz y cálidamente, gracias a que todos los días hablaban habían ganado confianza.
Pero se pondría triste por ya no poder ver al moreno por el fin de semana.
Aparte que la ultima vez que lo vio seria la ultima.
Porque ya eran las 7 de la noche y lo vio en la mañana.
Tuvo que quedarse en al casa de Taehyung para a completar una exposición para electrónica, y era muy difícil.
No se habían dado cuenta de la hora pero el caso es que salio de la casa de el azabache a las 7:00 p.m.
Y tenia que caminar a casa solo.
Aunque quisiera agarrar un camión no podría por dos buenas razones. 1- Ya era demasiado noche y no habría camiones ya. Y 2- Ya no tenia ni 5 pesitos.
Así que con sus libros en la mano fue caminado hasta su casa.
Lamentablemente la casa de su amigo estaba en una colonia de cholos, cualquiera lo podría violar.
En fin, faltaba poco para llegar a su casa, pero tenia que pasar por una calle sólo de los que vivían en esta, osea, CHOLOS Y MALANDROS ALV PRRO.
Fue caminado con el alma en un hilo y la cabeza baja. Hasta que a lo lejos escuchó muchos ruidos de voces, alzo un poco la cabeza y era un grupo de CHOLOS en el patio de una casa - horrible - humilde. Cuando paso todos se le quedaron viendo sin pizca de disimulo.
— Buenas noches — Dijeron en voz ronca.
— Buenas noches — dijo Jin con miedo haciendose notar y apretar su bolso por el temor.
Los sujetos se empezaron a acercar haciendo creer que irían a otro lado.
— ¿Ha donde vas mi amor? — lo rodearon tratando de quitarle el bolso. El pelinegro trato de pedir que lo soltaran pero fue en vano.
— ¡Hey! — escucha una voz a unos metros. Era el Namjoon (pues si le había dicho su nombre en toda la semana — ¿Que mierda raza? — extiende los brazos en sentido de pregunta.
— Hay que divertirnos con este werito — jala de el cuello de la camisa de este haciéndolo sollozar.
— Ya les he dicho que no se diviertan de esa forma idiotas, a parte que es mi amigo dejenlo — eso fue suficiente para que el cholo soltara al castaño.
— Ahora vallan a escular hormigas o yo que se... — el silencio se hace presente — ¡QUE VALLAN ALA VERGA! — Y eso basto para que lo negrito ojo claro se marcharan.
Jin ertaba demasiado asustado-temblando a tal grado de estar estérico.
— Oye Jin, tranquilo — se empezó a acercar lentamente — Vamos, te llevare a tu casa.
Y eso basto para que el negrito ojo negro se fuera a acompañarlo. O a ser su sostén, porque el werito estuvo todo el camino sosteniendo su brazo.
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