Prologo:

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Complejo de los Vengadores.

- Y tu Nath? No vas a intentarlo?- Sonrió el capitán mirando a la espía rusa mientras se sentaba al lado de Tony, para después tomar su mano, no era secreto para ninguno de los presentes que nuestros héroes principales mantenían una firme relacion desde hace tres meses en los cuales el genio se había sentido completamente feliz. 

Después de hablar con Pepper y recuperar su amistad por pequños incidentes, se enteró de la boda de esta con Happy, solo esperaba que la hiciera tan feliz como merecía serlo.

Tan sumido estaba en sus pensamientos que no se percató del sonoro beso que el capitán le había dado en su mejilla mucho menos de las miradas insistentes que un joven peli-plata le dedicaba a un arquero, el cual solo sonreía y correspondía a estas miradas. Se podría decir que la fiesta de nuestros chicos iba de viento en popa, hasta que un ruido extraño de metal siendo arrastrado y el gotear de algún líquido oleaginoso les llamó la atención; todos dirigieron su mirada al lugar del cual provenía, al posar sus ojos sobre aquel robot perteneciente a la Legión de Hierro y el hecho de que no respondiera a las órdenes de su creador, supieron que algo malo había sucedido y que era enteramente culpa de Tony. 

Tras la primera pelea con Ultrón -como les dijo Bruce que se llamaba- y las siguientes de las cuales, tampoco resultaron victoriosos; Steve decidió intervenir, alegando que lo mejor era irse de aquél lugar para pensar claramente y de paso, resguardarse no solo debido a la prensa, sino que también necesitaba buscar una forma de hablar con el genio de lo que había sucedido y de paso necesitaba disculparse con urgencia por la discusión que había tenido con el amor de su vida.

Steve nuevamente dirigió su mirada al genio, el cual estaba sentado al lado de Bruce, intentaba por todos los medios aunque sea tener un poco de contacto visual con él, necesitaba reflejarse en sus enormes ojos chocolate aunque sea un momento, pero este no miraba a nadie, tenia la mirada perdida en un punto fijo del suelo de la nave, como si este fuese la cosa más interesante del mundo.

Intentó nuevamente no recordar sus palabras para con el amor de su vida, entonces soltó otro suspiro y nuevamente empezó a repasarlas, solo por el simple hecho de torturarse un poco más. 

*Stark-rugió desde lo más profundo de su garganta mirándolo tan serio como nunca antes lo había hecho, ni siquiera cuando le pidió noviazgo, o la primera vez que miró sus hermosos ojos color chocolate- ¿Qué fue lo que hiciste? por qué si de algo estoy seguro es que esto es toda tu culpa-dijo acercandose a paso firme-*

*Yo solo trataba de buscar una solución, una forma de poder salvar el mundo, de despertar tranquilos por una jodida vez en nuestras vidas-dijo el genio de la misma forma que su hasta el momento muy molesto novio-* 

*Y tu forma de hacerlo es creando una inteligencia artificial que nos desea matar a todos? En serio? ¡Dios Tony!, a veces dudo si de verdad eres el genio que dices ser y si definitivamente dejaste de ser el mercader de la muerte-dijo Steve encarandole, sabía que se había pasado con lo ultimo pero tan molesto estaba que hasta después de decir todo reaccionó a sus palabras- *

* ¿Y a cuánta gente mataste tu en la guerra? Eres un hipócrita, No te excedas Rogers, tampoco eres un genio ni mucho menos un santo, yo busco el bien para todos tu solo velas por ti-con todo su esfuerzo trató de evitar que su voz se quebrara y le dio la espalda buscando con la mirada lo que fuese pero no quería mirarlo, no ahora que le había recordado su fatidico pasado, sinceramente lo esperaba de todos, de absolutamente todos, menos de él. 

*Ahora te haces la víctima? Bien, lo que sea, solo te puedo decir que lo por lo que resta de toda esta pesadilla no se te ocurra dirigirme la palabra porque juro que no me contendré- y dicho esto salió, dejándolo completamente solo en la misma habitación en donde habían; por primera, vez consumado su amor. 

Steve sacudió su cabeza tratando de alejar los demonios que le atormentaban, necesitaba hallar una forma para acercarse a su Tony sin lastimarse ambos en el proceso. Soltando un nuevo suspiro miró con envidia hacia donde se encontraba Clint platicando muy comodamente con el joven Maximoff, si no fuese porque Wanda se encontraba cerca diría que allí hay algo.

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