Un día como cualquier otro.
Me despierto y observo el techo de mi apartamento de color azul con las paredes de color blanco ya un poco desgastadas, tengo que ver cuanto las vuelvo a pintar, pero ese no es el punto ya ni siquiera se cual es el punto de mi vida es solo...
Trabajo, trabajo, y más trabajo.
Odio tener que trabajar pero sino trabajo quien me va a dar la vida que me doy.
Restaurantes de lujo, ropa de marca, etc....
Estoy un poco viciado con las compras y consentirme a mi mismo.
Total tomo mi celular abriendo una app de citas que ya hace un tiempo me recomendaron.
Observo algunos chicos lindos y unas chicas muy guapas.—Valla —digo sorprendido al ver la foto de uno de mis compañeros de trabajo. —le voy a escribir.
"Hola, quien lo diría tu eres Gay"
Lo ve.
"¿Qué haces tu aquí? Osea en la App."
"Nada dándome el lujo de ver a unas cuantas chicas lindas."
"Pues yo también" Creo que lo tengo preocupado.
"Ay si ajá, pero si en tu perfil dice que tuviste 2 relaciones con 2 chicos" Sonrió.
"Eso no es de tu incumbencia" O tal vez nervioso.
"Claro que lo es" Sostengo la sonrisa.
"Ya hablaremos en trabajo de esto." Si lo tenía nervioso.
Se desconecta.
Trabajo.
Esa palabra rebotaba en mi cabeza.—Diablos —veo la hora que es 4:00a.m.
Ya tenía que estar allá.
Suspiro.
Me siento en la cama haciendo a un lado las sabananas, me dirijo al baño y haciendo mis necesidades, termino y me miro al espejo.
—Soy tan hermoso joder.
Salgo del baño y me pongo el esmoquin que es necesario para el trabajo.
Ya 4:30a.m wow si que soy rápido.... Espera ¿Tenía que ir de corbata o de moño?FLASH BACK.
—Y recuerden, tienen que venir de moño porque mañana viene un invitado muy importante.
FIN DEL FLASH BACK.
Ñe, me pondré corbata.
Termino de cambiarme y pido un .uber.
No demora mucho en 2 o menos llega.
—Hola Sr Iván ¿A donde tan guapo? —pregunta Xavier el tipo que siempre me lleva al trabajo cinco años más grande que yo.
—Donde siempre Mr Xavier —tomó su mano y la enlazo con la mía, como siempre.
—Ok, Mr importante —me da un beso en la mejilla.
—Ok, pero ya hay que irnos —sonrió.
Todo el camino íbamos hablando de estupideces sin soltarnos de la mano.
—Servido —sonríe.
—Gracias.
—¡Epa! ¿Dónde está el beso de despedida?
—¿Es enserio?
Lanza una mirada pícara.
—Esta bien —ruedo los ojos.
Le doy un beso en mejilla pero antes de llegar a ella me me da un beso en los labios haciendo que me enoje.
Me separo de él.
—¡¿Q-qué fue eso?! —me pongo nervioso.
—Un beso ¿Acaso no los conocéis?
—Si pero...
—¡¡Iván ¡¿QUÉ SON ESTAS HORAS DE LLEGAR?—Un viejo canoso me grita. (mi jefe)
—Adiós mi bello ángel —sonríe.
Doy media vuelta sin despedirme.
—¡ESPERO Y TENGAS UNA BUENA EXCUSA LLEGAR TAN TARDE!
—Si, lo siento.
—¡Ahh!
—¿¡Qué ahora que hice?! —digo con pavor.
Me toma de la corbata.
—¡Dije que vinieras de moño! ¿ACASO NO ESCUCHAS IDIOTA? —me grita y casi me revienta el tímpano.
Me arranca el moño y lo avienta al suelo.
—S-se me olvido.
—Pero te digo que eres un idiota con ganas —mierda lo hise enojar ¿ahora me va a a correr?
—L-lo siento —tengo mucho miedo
—Mira por esta vez la voy a dejar pasar, pero no te voy a pagar este día.
—¿¡Qué?! ¡Usted no puede hacerme esto! —le grité.
—Oh, ¿Me estas retando? Por que claro que puedo y quiero, y si no te parece te me vas ahora mismo.
—Esta bien —hago un puchero.
Entro con la cara de odio mi vida, pinché viejo pendejo, algún día me las de pagar y aventandole la madre en mi mente.
—¿A dónde vas? —pregunta el viejo.
—A trabajar ¿A dónde más?
—No, tu no vas a trabajar...
—Entonces ¿A dónde chingados voy? —no dejo que termine la frase.
—Vas a ir con el invitado del que ayer te conté. —Abro toda mi boca.
—¿Qué? Pero...
—Pero nada ¿Quieres qué te pague este día?
Hijo de perra.
—Pero ese es el trabajo de Lucas —el Gay.
—No me importa él pidió el día libre y ya que desobediste mis ordenes te toca a ti.
—Esta bien, solo porque es viernes y mañana no tengo nada que hacer.
—Ok, es en el sexto piso y recuerda por las escaleras de servicio —sonríe el mendigo viejo.
Aprieto los puños.
—Esta bien —sonrió con odio en la sonrisa.
Pero ¿Acaso nadie piensa en los recamareros? ¿Porqué tenía que ser en el sexto piso? Son como cien escaleras, literalmente odio mi vida.
Creo que me he parado con el pie izquierdo.
Y hay voy subiendo las escaleras como si llevará colgando piedras en la espalda.
—Ya, solo, falta, diez, escalones, más —tomó un suspiro y en el último caigo rendido.
Música, era lo que se escuchaba atrás de la puerta que estaba enfrente de mi.
—Maldita sea —resongue.
Me levanto y me sacudo el traje, tengo que verme lo más fino, sino... Niego con la cabeza de solo de pensar en que me despidan.
"Toc, Toc"
Los primeros toques a la puerta para que alguien me reci... Espera yo tengo que entrar, que estoy idiota el día de hoy.
Tomo las llaves de la habitación y logro entrar.
—Santa madre de todas las fiestas.
Cien chicos con o sin bóxer, más de doscientas chicas en bikini y otras sin ropa y por supuesto no podía faltar él típico chico que organiza toda esta orgia.
—Hola, buenos días, señor —saludo con sarcasmo.
—¿Hum? —me mira con rareza. —¿Qué quieres niño? —¿Me dijo niño? Estúpido.
—Yo... Solo quería saber si nesecitaba algo más señor —. yo agacho la cabeza ¿en señal de respeto?
—Ya que lo dices... Si, si necesito algo... —erupta en mi cara. Asco. —. Que te largues —empieza a reír como un estúpido. Idiota.
—Esta bien...
Doy media vuelta y me dirijo a la puerta pero antes de que llegue un chico más alto que yo, de esmoquin, muy elegante a mi parecer, subo la mirada para poder observarle mejor. ¿Otro Recamarero?
—¿Quien eres tú? ¿Eres nuevo en el hotel? Porque si es así, no me dijo nada él... —Pone un dedo en mis labios haciendo que no termine la frase.
—No, no lo soy —sonríe.
—¿Entonces?
—Entonces, te me vas —dice con sarcasmo.
—Eso justamente iba hacer —frunzo el ceño.
—¿Porqué te vas sin siquiera saber si quiero algo? —toma de mi cadera.
—Porque tú no eres nadie para orderme —digo obviamente.
—Claro que lo soy —luego la otra.
—¿Así? ¿Acaso eres mi jefe o qué? —miro fijamente sus ojos color miel.
—Pues se podría decir que soy más que eso. —sólo me ve se arriba hacia bajo.
—Por favor ¿Qué? ¿Eres un niño multimillonario? —digo con tono de burla.
—Sin tan sólo te digo que sere el que te quite este trabajo me estarías mamando los zapatos. —entonces él es... No mames ¿Qué hice?
—Yo... Disculpe mi señoría —tomó fuerzas y me separó de él —. No sabía que era usted, pensé que era él de allá. —señaló con miedo.
—Demonios, no en mil años espero verme así.
—Si, bueno mi señor ¿Qué le apetece?
Me arrodilló ante él como si enfrente tuviera al mismo Dios.
—Lo único que quiero es que te quedes conmigo todo el día hasta que de me antoje —susurra en mi oido —. Claro si quieres conservar tu trabajo.
Sin escuchar la música ni saber lo que esta pasando a mi alrededor, escucho su voz haciendo eco.
—Claro a sus órdenes.
—Así me gusta —podía escuchar su risa —. Pero primero ponte de pie.
Asiendo.
—Sigueme.
Empieza a caminar y lo sigo.
—Bueno tendrás que tomar algo para que dures todo el día ¿Qué te parece un (whisky)?
—Lo que tú quieras. —sonrió falsamente.
Sólo por favor no me droges.
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Mi Recamarero favorito
RomanceTodos los días el mismo hotel distintas fiestas... "-Sería muy malo que me aproveche ¿no?."