23. Volviendo a ti.

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Lena

—Un menú vegetariano para mí, por favor.

—¿Lo acompañará con algún tipo de gaseosa, o jugo natural?

—Sólo agua está bien. Muchas gracias.

Cuando la auxiliar se alejó por el estrecho pasillo entre las filas de asientos de la clase ejecutiva volví a despatarrarme en mi asiento, cerrando los ojos y suspirando con cansancio. Honestamente, aunque no me disgustaban los aviones, estaba cansada de viajar de un lado a otro del continente por cuestiones de trabajo. El dolor de cabeza que había acarreado desde la mañana todavía no había cedido, a pesar de las múltiples aspirinas que me había obligado a tragar antes de abordar.

—Si vas a tener esa expresión de disgusto todo el viaje, mejor no hubieras venido.

Oh. Tener a Alex Danvers sentada a mi lado tampoco ayudaría a mi malestar.

—Sabes, Alex; ese fue un comentario irónico de tu parte —repliqué sin mirarla, demasiado entretenida buscando una lima de uñas en mi pequeño bolso de mano. —Porque a pesar de haber transcurrido siete años, tu cara de estreñida no ha cambiado en lo absoluto.

Le oí gruñir en respuesta, pero no pareció encontrar una contestación adecuada para mi comentario. Punto para Lena.

Encontré la lima en mi bolso y me dediqué con infinita paciencia a mis uñas, intentando hacer caso omiso a lo que hacía ella, sentada a mi lado. En verdad no me importaba mucho mientras la sensación de vértigo y nervios se apoderaban de mi, al pensar constantemente en Kara.

—♩ Time, it needs time
To win back your love again
I will be there, I will be there...♩

Apreté los dientes, todavía con los párpados fuertemente cerrados mientras intentaba convencerme de no asesinarla lentamente con el cuchillo de plástico que me habían traído junto con el almuerzo.

La cabeza me palpitaba furiosamente desde que el avión había tomado altura, y como si necesitara aún más motivos de irritación con tan sólo dos horas de vuelo, Alex canturreaba a mi lado, ajena al casi completo silencio que se había instalado entre los pasajeros fuera del volumen exageradamente alto de su viejo walkman.

—♩ Love, only love
Can bring back your love someday
I will be there, I will be there...♩

¿Es que acaso era imposible echarme una siestecita tranquila en este viaje?

Me moví hacia la izquierda y adelante, asegurándome de darle un buen codazo entre las costillas al acomodarme simulando estar dormida. Le escuché soltar un jadeo y una maldición entre dientes y tuve que reprimir una sonrisa de satisfacción. Al menos había logrado que se callara.

Diez minutos después, cuando ya llevaba contadas doscientas diecinueve ovejitas saltando sobre una pequeña cerca de madera en un lindo prado florido, sentí unos rítmicos golpecitos en el apoyabrazos donde tenía la incómoda almohada de avión que servía de descanso para mi cabeza adolorida. Abrí un solo ojo para ver los dedos de Alex tamborileando sobre el plástico a sólo unos centímetros de mi nariz.

Levanté la mano que tenía enroscada debajo de la almohada y le di un golpe seco para detenerla.

— ¡Ouch! ¿Qué demonios te pasa, Luthor?

—Quédate quieta, maldita sea. ¡Déjame dormir!

Alex alzó las cejas con aire de prepotencia.

— ¿Que te pasa, Lena? ¿Estas bien?

— Si, estoy bien —Repliqué con los dientes apretados, irguiéndome para acomodarme mejor en mi asiento. Ya no tenía caso que intentara dormir. – Bueno, en realidad estoy muy nerviosa. – dije dando un pesado suspiro – encontrar a Kara finalmente, me llena de mucha emoción más sin embargo, me aterra que tenga una reacción negativa al verme.

Desobediencia II Parte - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora