• Sushi

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Durante el resto del día, Yuu estuvo recibiendo orientación de su carrera y también ensayando el baile en conjunto del concurso con sus demás compañeros; fue cansado y bastante trabajoso y al final la noche golpeaba la universidad

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Durante el resto del día, Yuu estuvo recibiendo orientación de su carrera y también ensayando el baile en conjunto del concurso con sus demás compañeros; fue cansado y bastante trabajoso y al final la noche golpeaba la universidad.

En ese instante, se hallaba metiéndose en su cama tranquilamente; se había puesto una mascarilla especial en el rostro y tenía algunos mangas que leer. O eso habría hecho si su teléfono no hubiese sonado.

—¿Qué pasa, Shiho? —saludó tras contestar la llamada.

Vamos a beber. 

—¿Qué? Ayer fuimos a beber, ¿y quieres ir hoy de nuevo? —se rió—. No gracias, no quiero que me salgan espinillas.

—¿Cuidándote? —se burló.

—Cállate, si no lo hiciera, no tendrías como amigo al Moon de la facultad de ciencias —se defendió.

—Ya deja de decir estupideces —suspiró—. Tú solo quieres estar lindo para alguien.

—Ya, muérete —rodó los ojos y le colgó.

Iba a retomar la lectura, pero no pudo hacerlo, pues tocaron a su puerta, y él quiso fingir que no estaba únicamente por la pereza de levantarse a abrir.

—¡Oye! ¡enano de los batidos de fresa! ¡abre ahora! —gritó Mikaela sin dejar de golpear.

O eso habría hecho si no fuese porque era el rubio quien tocaba.

Con la pereza evaporada de su cuerpo, Yuu rápidamente abrió la puerta asustando a Lacus, Yoichi y al mismo Mikaela por la mascarilla que llevaba en su rostro.

—¿Qué es eso, Yuu-kun? —se rió el castaño.

—Es un fantasma —se burló el pelipúrpura también.

¿Qué demonios le estás haciendo a tu cara? —preguntó el ojizafiro mirándolo entre confundido y burlesco.

—Cállate, deja de ser tan molesto por al menos unos segundos —espetó el azabache.

—Déjalo, Mikaela; el concurso está cerca y es normal que se cuide —defendió el castaño con una sonrisa.

—Pues seguirá igual de feo que antes —suspiró el rubio; el ojiesmeralda hizo mala cara—. Ah, y necesito que le devuelvas estas hojas a Chess —informó—. No sé a qué horas llega, pero no puedo esperarla.

Yuu, después de verse obligado a agarrar las dichosas hojas, levantó su mano hacia Mika en un gesto de que esperaba pago; el rubio arqueó una ceja, ofendido.

—No voy a hacer esto gratis —aseguró.

Yoichi y Lacus veían aquella interacción con cierta gracia, sobretodo por la pálida mascarilla que usaba el más joven de todos.

2Moons [MikaYuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora