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Han pasado trescientos sesenta y cinco días desde la última vez que te escuche reír
Tan poco tiempo pero aún así se siente como la eternidad
Aquella que prometimos algún día estar
Trato de recordarte pero es un vago recuerdo
Tan borroso como mi vista entre lágrimas la vez que te fuiste
Trescientos de esos días,
te lloré, te pensé y te extrañé
La melancolía era parte de mí, era mi amiga y sentía que era la única en quien podía confiar
Tu recuerdo, tus ojos avellana, y tu sonrisa de mil estrellas acompañaban mi día a día, y cada cosa que escribía
Sesenta de esos días busque refugió en la escritura, entre sus alas me resguarde pensando que todo estaría bien
Los recuerdos se aparecían cuando menos los esperaba, era aquella visita no deseada pero que esperabas
Los últimos cinco restantes, no pude evitar pensar en lo que había perdido
No solo a ti, sino también trescientos sesenta días de una vida que apenas comenzaba
No me importaba decir que los había perdido, porque en el fondo sabía que había aprendido algo más que una cifra

Aprendí que si el amor es egoísta, entonces no es amor
Aprendí que si el amor no te deja continuar, no es amor, es algo más tóxico que un insecticida
Aprendí que si lo tienes que dudar, entonces para que lo necesitas
Porque el amor no es duda, no es egoísta, no es celoso, ni mucho menos mezquino
El amor es seguridad, y la sientes de una vez, el amor es compartir parte de ti, sin restricciones, ni ataduras
El amor es amable, es dulce, es generoso porque no solo entregas parte de ti, también te entregan una mitad para cuidar, amar y respetar
El amor sin amor, no es más que simple palabrería

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2018 ⏰

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