Capítulo uno: Introducción.

6.7K 478 274
                                    

Bienvenidos al mundo de aizawa shōta, un mundo injusto para él, un mundo en donde no podía ser feliz.

Pasé toda mi vida pensando que era un beta y sufrí de amor por eso. No era normal que te presentes como omega a la edad de 30 años y menos ser marcado por un héroe.

No es normal que un héroe sea el alfa de un villano, pero aún así estoy feliz, me gusta.

aizawa shōta o más conocido como eraserhead, miembro importante de la liga de villanos dirigida por shigaraki tomura; con un quirk de poder borrar las particularidades de las personas que están en su campo de visión, no incluye a heteromorfos.

Esa era información que se decía de mi internet, en si era cierta, pero a pesar de ser un villano no soy malo, no quise ser un villano, lo hice por amor y por eso soy un estúpido.

Dabi... un muchacho pelinegro me que había enamorado sin esforzarse en lo más mínimo, pero... Él no estaba enamorado de mi, lo sé, un gran inconveniente. Él era obviamente menor que yo a lo menos 10 años, nunca me ha dicho ni su nombre ni su edad, de hecho, no se lo ha dicho a nadie en toda la liga; como sea, por él estoy en esta porquería.

—qué haces aquí.

—buenos días, ¿como estás? que gusto verte. —Respondí con un fingido tono de amabilidad a ese muchacho pelinegro con costuras y piercings. —deberías respetar a tus mayores, mocoso.

—no es mi culpa que seas un anciano. —bufó. —como sea, no te quiero aquí.

Tomura me llamó y este es su bar, no puedes echarme. —sonreí de lado apoyando mi codo en la barra de tragos, mientras apoyaba mi rostro en mi mano, mirando a Dabi, cuanto ha crecido. —quería verte.

—ya me viste, largate. —dijo sin expresión alguna, este chico de verdad me detesta, auch.

—mah, ya que tanto lo deseas, me marcho. —me levanté de mi asiento para dirigirme a la puerta en donde estaba Dabi. Caminé hacia él, pasé de él para salir del lugar pero el muchacho me tomó del brazo evitando que prosiguiera con mi camino, eso es, aún me quieres aunque sea un poquito.

—¿estás ocupado esta noche?

—sabes que siempre estaré para ti. —respondí mirándole con una sonrisa.

—ok. —y sin más me soltó y me dejó ir.

dios, jóvenes.

recostado miraba su espalda desnuda, llena de cicatrices y quemaduras ¿por cuanto tuviste que pasar bebé?

con mi mano empecé a acariciar con suavidad, recorriendo de arriba hacia abajo, como si tratase de desvanecer toda cicatriz y así todo recuerdo del infierno que tuvo que pasar cuando niño, sin más abracé a Dabi por la cintura, escondiendo mi rostro en su espalda. Él nunca se percató de mis acciones pues estaba dormido, lindo.

W H O ?  ;  ERASERMIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora