La universidad.
Un lugar donde existían categorías en las que podrías identificarte de una manera rápida y concisa;Quienes buscaban un buen futuro a base de explotarse académicamente.
Quienes solo despilfarran dinero de sus padres para sentirse poderosos sin siquiera prestar la más mínima atención a clases o deberes.
Y finalmente, quienes buscan hacer conexiones para entrar a un mundo totalmente desconocido para muchos, pero lleno de peligro para quienes logran entrar.
Pero, hay personas que no encajan en ninguna categoría.
Entre ellas esta KIm Hyeon-ung, algunas veces conocido como Daniel o Bloo.
Ni destacable en el ámbito académico, ni un despilfarrador, ni rudo o alguien que buscara problemas por querer.
Solo alguien atractivo físicamente y con buenos dotes para socializar.
Deseado por la mitad de la universidad, incluyéndome.
Pero ¡vamos!
Soy la antisocial cara de drogada de la universidad. ¿Quién podría tomarme en cuenta?
Soy invisible hasta en las listas de asistencia.Pueden preguntarme a cuantas fiestas de la facultad he asistido por ser invitada y tendré que mentir diciendo que soy una persona muy ocupada como asistir a alguna. Solo para no pasar la vergüenza de decir que siempre soy ignorada.
—Paulina — escuché a lo lejos —. ¡Señorita Paulina! — un estruendo me hizo sobresaltarme y dar un salto en mi asiento sacándome de mi trance —. ¿Podría decirme algo de lo que leí? — alzó una ceja, tomando su enorme libro de mi pupitre
—No presté atención, pido disculpas. — Contesto avergonzada, sintiendo mi cara calentarse poco a poco.
—Detención. Salón B — fue lo ultimo que dijo para después seguir con su aburrida clase.
Si, detención a pesar a de estar en la universidad. Que lamentable situación.
Historia no era mi materia favorita, ninguna lo era a decir verdad. Aunque no se me complicaba nada, mis notas estaban decentes, no había menos de ochos en mis boletas y era algo que muchos profesores no comprendían, ni yo misma lo hacía.
El timbre sonó anunciando que era hora de detención.
Papá y mamá deben estar trabajando como siempre y llegarían hasta las once de la noche, así que no había problema si llegaba tarde a casa.
Caminé por los repletos pasillos, siendo empujada un par de veces hasta que llegué a mi destino.
Él salón de detención.
No era la primera vez que venía.
De hecho, era a la única que mandaban a detención dos veces por semana debido a mis distracciones—¿De nuevo aquí, Paulina? — el profesor Jae me miró con reproche, le había prometido que ya no vendría tan seguido
—Lo siento — murmuré entrando al aula y tomando asiento hasta el final
El profesor Jae no era viejo, tenía veinticuatro y llevaba siendo profesor tres meses en esta universidad.
—¿Puedo entrar? — cualquiera reconocería esa voz. Aunque yo no podía creer que lo escuchaba ahí mismo
—Adelante. ¿Cuál es tu nombre? Nunca te había visto por aquí. — dijo el profesor
— Kim Hyeon-ung, suelen decirme Daniel. — contestó con simpleza tomando asiento a dos lugares junto a mí
—Es extraño. Jamás creí que mandarían a alguien además de Paulina aquí — el profesor Jae soltó una sonora carcajada
—¿Quién? — preguntó confundido el chico tatuajes locos
Auch ¿Soy tan invisible en serio?
Me encogí en mi asiento haciendo una mueca de incomodidad.
—Tu compañera de detención se llama Paulina — el profesor me señaló sin dejar de sonreír
Sentí una pesada mirada sobre mí.
Podría jurar que podía hacer pesas con el ambiente tan denso.—La chica expansión — murmuró
Lo miré por el rabillo del ojo y pude divisar una sonrisa de lado.
—¿Y por qué razón estas aquí? — el profesor Jae cuestionó interesado
Me recuerda cuando yo vine por primera vez a detención.
—Hice un mural en la pared de la entrada a la universidad — Contestó, mientras una ligera risa salió de sus labios.
Y yo solo luchaba para no alterarme por el tono de su voz.
—¿Fuiste tú? — preguntó impresionado el profesor —. Es muy bueno, aunque hubiera sido mejor si lo hubieras hecho en otro lado y con su respectivo permiso para realizarlo.
—Quería que todos lo vieran — se reclinó hacia atrás —. Además, esa pared era muy sombría, debía hacer algo.
—Bien, pues bienvenido. No hacemos la gran cosa. Sólo les pido una plana de una hoja escribiendo "no volveré a hacerlo".
—Entendido.
Y así comenzamos a hacer nuestra pequeña plana.
De alguna manera era entretenido hacer esto, el tiempo pasaba más rápido.—4:45pm. Hora de entregar su plana — el profesor miró su reloj en la muñeca y nos miró sonriente
Entregamos nuestras hojas y nos encaminamos a la salida.
Los pasillos estaban solitarios ¿y como no? Hace una hora nosotros también estaríamos fuera sino fuera por el castigo.—Nos vemos luego, chica expansión — habló caminando a la salida, dejándome confundida
¿Me acaba de llamar "chica expansión"?
Y por inercia llevé una de mis manos a mi oreja, donde justamente tenía una expansión.
Sonreí.
Algo que a muchos les daría miedo por la sonrisa tan psicópata que tengo.
Pero, no me importó.
Me tomó en cuenta, y eso me hacía feliz.
—Nos vemos, Daniel — murmuré con una sonrisa ladina para después emprender el viaje a mi casa.
El día inicio para la mierda, pero acabo con una de las mejores experiencias que pude haber tenido a lo largo de mis años de universidad.
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¡Hola!
La historia se encuentra teniendo algunos cambios, quizás sean algo notorios para los antiguos lectores. Esto se debe a que releí todo lo que había escrito y me dio pena ajena lo que estaba escrito.
Con intenciones de que los nuevos lectores disfruten de esta historia, espero que los cambios sean de su agrado.
xoxo.
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He is Bloo
FanfictionBloo no era alguien que tuviera una mala reputación en la universidad,, pero Paulina debió rechazar la ayuda de aquel chico lindo que llegó en un momento de debilidad. Bloo era la definición de lo ilegal, locura y hermosura enfermiza. ¿Buscas proble...