VERDUGO.

Capitulo II

"¿Que es lo que está pasando?" Se preguntó el pequeño niño.
No tenía muy claro el como había llegado a ese lugar al cual el hombre de la máscara lo había llevado.
Pero se encontraba ahí.
Sentado en un sillón de cuero frente a una pequeña mesa de cristal en la que se encontraba un plato con fruta picada y un vaso de agua.
Paredes viejas de concreto cubrían su minúscula existencia.
Una radio empolvada emitía una canción que había escuchado antes en su hogar. Pero no sabía el nombre.
Estaba solo y asustado.

Se estremeció cuando escuchó pisadas al otro lado de la puerta de acero y luego pudo ver cómo está se abría dando paso al intruso.

—Niño, se que tienes muchas preguntas. Así que estaré aquí por una hora haciéndote compañía y explicándote que es lo que pasa.— Dijo el hombre tomando asiento al lado del infante, quien permanecía callado. —Bien, primero que nada déjame presentarme. Soy Ren Jhona. Y a partir de hoy seré tu maestro — Ren dirigió su mirada llena de egocentrismo hacia el pequeño y levantó una ceja cuando notó que este no le prestaba la atención que según el merecía —¿Y tú cómo te llamas diminuta bolsa de mocos?— preguntó indignado, con ese tono "elegante" que solía usar.

>No le digas<

—Y-yo...

>Te hará daño<

Ren puso su mano en el hombro del niño causando una reacción de sobresalto en el. Al ver esto le deejo ver una tierna sonrisa (por que si, los asesinos pueden ser muy tiernos) y le dijo —Puedes confiar en mi, créeme.

>Claro que no<

—Me lla-llamo Ge...

Por supuesto que no confiaba en él. Era pequeño pero no estúpido. Por eso lo eligieron.

—En la ciudad de Cadrina la gente sobrevive como puede.— Comenzó a decir Jhona.
—Asistiendo a trabajos aburridos para poder llevar la comida hasta su mesa y satisfacer los deseos egoístas de los pequeños hijos.
Contadas son las personas a las que realmente les gusta lo que hacen con sus vidas. — Dijo esto último acompañado de una fuerte exhalación. —La existencia de la mayoría es aburrida y rutinaria pero verazmente segura.
Pero como todo en el mundo, Cadrina tiene un lado oscuro.
En algunas partes de la cuidad las estadísticas del crimen aumentaban, y alguien tenía que hacerse cargo.
Obviamente estaba la policía. No se puede asegurar que el cuerpo policial es malo, o que no hacían su trabajo. Pero en las sombras de Cadrina, la policía no es suficiente.—Se aclaró la garganta y miro fijamente al Ge
—Pasando desapercibida, una organización fue fundada. Algo como una mafia que se encargaba de mantener el orden en su territorio: el noreste de la cuidad.

Se hacen llamar Koronna y su trabajo es adueñarse de todo lo que pueden, eliminando cualquier obstáculo que se les presente.
Ansían el poder, el dinero, el territorio. En la cuidad Cadrina solo hay lugar para un grupo de criminales, y son ellos. Por eso eliminan al resto. —Era un poco extraño el como Jhona hablaba de aquel grupo como si no fuese perteneciente a el.
—Investigan las vidas de la población, y condenan a quienes consideran una amenaza o alguien con más poder que ellos. Los matan, y si tienen una "mercancía" —Dijo haciendo comillas con los dedos — que consideren de utilidad, se la llevan. Si no, la exterminan.

Eso fue lo qué pasó contigo, pequeño Ge. —Dio una palmada en la espalda del niño —Tus padres fueron asesinados y tú, tras ser previamente estudiando, has sido reclutado. El tiempo y tu esfuerzo decidirían a qué categoría serás asignado.
Por que en Koronna la gente es clasificada según sus habilidades.
Están los informantes, o mensajeros, quienes se encargan de traer y manejar la información y hacer los pequeños mandados que dicta el jefe.
Después los francotiradores; luego los guardias, expertos en pelea a mano limpia; después están los verdugos, asesinos profesionales a sangre fría, dominan la lucha cuerpo a cuerpo y las armas; y al final los maestros, quienes antiguamente fueron verdugos pero ahora se dedican a enseñar el arte del asesinato. Y en la cima de todo se encuentra el jefe.—

Al principio Ren trataba de hablar de una forma sencilla, ya que estaba conversando con un niño de cuatro años.
Pero no era necesario que cambiara su leguaje, por que Ge era muy inteligente. Y Ren lo sabía, así como también conocía su verdadero nombre, ya que un informante le dio su información.

—Te aseguro que tú podrías ser lo que quieras. Sobre todo un verdugo excelente. —