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Dustin Mars siempre tenia problemas al levantarse en la mañana,no importaba si era algún evento especial, la boda de algún familiar, el funeral de alguien cercano, a Dustin simplemente le pasaban pequeñas series de eventos desafortunados que ocasionaban su tardanza en cualquier momento.

Es un chico hiperactivo de ya ahora 15 años, mide unos 154cm lo cual es un complejo que lo ha acompañado básicamente una gran parte de su vida. Ademas en la mayoría de los grupos de sus amigos varones el siempre era el "enano". Y como no sentirse "enano" estando al lado de su mejor amigo Tommy philis, era un deportista nato, un chico muy educado, amable y este media unos 190cm lo cual era algo que Dustin siempre ha envidiado de el (aparte de que Tommy era un "Don perfección").

A pesar de sus gigantescas diferencias eran muy cercanos. A Tommy siempre le ha picado un poco la torpeza y la fácil forma que tiene Dustin para distraerse, pero el ya estaba acostumbrado, sabia de antemano que esos "malos hábitos" no se irían ni siquiera en un día tan importante como hoy.

- Ugh, vamos contesta- Dijo Tommy desesperado viendo como la quinta llamada al celular de Dustin se perdía.

Hoy era la inauguración del arcade de juegos que Dustin tenia meses hablándole a Tommy. A el le gustaba la idea, pero el no es un chico que salga mucho de su casa, lo hacia mas por la felicidad de Dustin, podías ver como brillaban sus ojos cada vez que hablaba de aquel lugar, y que mas podría hacer es su mejor amigo después de todo así que accedió a ir con el el día que abrieran.

Dustin por su parte, con un cepillo de dientes en la boca, una toalla en la cabeza y su cuerpo lleno de jabón sale torpemente del baño tratando de no caerse como es de costumbre apoyándose de su mesa de noche para así alcanzar su celular y ver las repetidas llamadas de su amigo.

- Rayos me matara- Dijo haciendo un gesto triste mientras daba pequeños saltos por la presión

Al momento de decir esto miro por su ventana y vio que era lo suficientemente temprano para aun poder seguir apreciando una luna la cual estaba hermosamente llena, se quedo así unos cuantos minutos cuando de repente suena su celular nuevamente y este cae en razón y lo toma.

- Tommy..... losiento, losiento, losiento!.- Dijo en tono triste pero chistoso

- Estabas mirando la luna de nuevo cierto?- suspiro al final de su oración moviendo la cabeza de un lado a otro

- Ahmm... tal vez- soltó una pequeña risa por los nervios.

Algo que deben saber de Dustin, es que el desde muy corta edad tiene un cierto "apego" hacia la luna. Su forma, su esencia, su belleza lo hipnotiza cada vez que la ve, el no podría describir que siente cuando ve la luna, pero solo sabe que es algo único que solo el puede tener.

- Pues baja, te conozco así que vine aquí mucho mas temprano.

- Ay je, losiento soy un desastre, solo dame tres minutos- Dijo sin esperar respuesta de su amigo mientras colgaba el teléfono.

A Tommy no le quedaba mas que esperar a su amigo así que se acomodo un poco en el asiento piloto de su auto. Miro hacia su alrededor y apreciaba su entorno. Tommy no era una persona supersticiosa, el no creía en nada de eso pero hoy se podría decir que por primera vez sintió algo "diferente".

El pudo sentir unas malas vibras las cuales le golpeaban todos sus sentidos cuando sintió la presencia de un hombre con una capucha que acababa de pasar justo al lado de su auto. El hombre iba con un paso rápido y para Tommy le fue imposible ver su cara, simplemente ignoro esas vibras justo como ignoraba todo lo que no entendía y vio como su amigo bajaba lo mas rápido que podía las escaleras.

DARKALITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora