Recuerdame tú, de la vida
Ese sentido que nefasto
y perdido, por tus desgracias,
De quien jamás te viviera.
De llamada, la medianoche,
Y tu existencia ahora frágil,
Y la mía, que aún impotente,
De esa estaca ahora clavada.
A tu lado solo un suspiro,
De solo oír esos reclamos,
Del dolor que siento, callo,
¡Que suficiente ya es la pena!
Yo perplejo y estupido,
Iluso de mi de ese dolor,
Que en sabanas de llanto,
Nos ahogo toda esa alegría.
Tú llorando y yo pensaba,
Que cuando las lagrimas
De ese pesar, ya no quedarán,
Seguiría a tu lado mi amor.
Ahora, quién al fin pudiera,
De nos pesadilla, deshacerse,
Y así de una vez, tú revivieres,
Y esa sonrisa en mis pupilas.
