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Estaba en mi casa pintando y esperando a mi novio ya que había salido a comprar comida.
Tomé un frasco de pintura y una brocha y comencé a pintar en la gran manta que estaba pegada a la pared.
(...)
Tan concentrada estaba que pegue un pequeño grito cuando sentí unas enormes manos en mi cintura. Me giré y ví a Zion con una gran sonrisa.
- soy yo Boo - dijo riendo.
- lo sé pero me asustaste - dije dejando la pintura en el suelo.
- ven vamos a comer - tomó mi mano para salir corriendo hasta la cocina.
Llegamos y me encontré con una caja de pizza y unos palitos de queso junto con unos rollos de canela. No lo pensé dos veces y corrí hacia la mesita para abrir todo. Zion sólo soltó una carcajada y se unió a mí comiendo pizza. Tomé una rebanada de la mencionada pizza y se la empecé a dar en la boca a Zion, como si fuera un bebé.
Después él tomó otra rebanada pero la orilla la puso en su boca haciendo que quedara el piquito de la pizza para mí, no lo dude y comencé a comer como lo hacía. Al final quedó la orilla y nos la acabamos poco a poco hasta que nuestras respiraciones se mezclaran.
Terminé de masticar la orilla y Zion sólo me vió raro a causa de que no hubo un beso, no dije nada hasta que mi hermosa boca soltara un "¿Y si te como a tí?" Zion no lo dudó y me empezó a besar algo desesperado pero tierno. Fuimos avanzando hasta que me pegó con la puerta del refrigerador haciendo que mis piernas se enredaran en su torso mientras él me seguía besando.
Llegamos al sofá y Zion se quitó su playera mostrando su abdomen algo marcado pero no tanto ( aún así es perfecto).
Y así fue como pasamos una noche de diversión y cariño entre los dos.
