Huye rápido y vete lejos

Capítulo 3. Confidente

Su rostro estaba demasiado cerca para que no notara que abrí un poco mi boca por lo acelerada que era mi respiración, mi pecho golpea con fuerza el costado de su cuerpo que se encontraba mas cercano a mi, pero moví mi rostro hacia el lado contrario del suyo, aun así su aroma me mareaba un poco, no me deja pensar bien, sentía que en cualquier momento el peso de mi cuerpo le iba a ganar a mis piernas y caería encima de él. Suavemente puso sus brazos a ambos lados de mi cuerpo dejándome aprisionado por completo, rodeado del poder que tenía en este momento sobre mi, pues si gritaba o huía de allí tendría que lidiar con las preguntas de mi padre – c-creo q...-

-Sh...- me puso su índice en los labios callando mis palabras y poniendo aun mas rosa mis mejillas – oye....ya casi se van a ir- ahora pareciera que quisiera apoyar su oído contra la puerta en la que estaba apoyado, pero eso no lo iba a lograr si no se encontraba aún mas cerca de lo que estaba, peligrosamente cerca. Esta vez apoyo todo su costado derecho en mi cuerpo podía sentir su pierna meterse entre las mías y su boca aun mas cerca a la piel de mi cuello, intente moverme pero no lo logré. Intenté cerrar los ojos y concentrarme en las voces que se encontraban afuera, sentía como el sudor recorría mi rostro y la saliva recorría ruidosa por mi garganta seca- ya se fueron- dijo abriendo la puerta atrás de mi, sin antes avisarme y poder salir de aquel trance en el que me tenia apropósito, como sabia iba a caer al piso agotado como si hubiera corrido una maratón – no es para tanto – sonrió pícaro mientras se ponía sus lentes oscuros y llamaba un par de sus escoltas para llevarnos, lo mire con odio mientras me levantaba el suelo. Mi cabeza daba vueltas, me alcance a marear un poco pero de nuevo su cuerpo estaba allí para sostenerme

-¡YA DEJA DE JUGAR!- le dije en un grito ahogado mientras me alejaba con brusquedad de él

-¿Quien está jugando? – dijo serio mientras me tomaba de la barbilla y me veía a los ojos con firmeza. Respondí con una palmada en aquella mano que me sostenía alejándola de mi- había olvidado lo terco y obstinado que eres – volvió a sonreír mientras salíamos por la puerta de atrás. Estas eran el tipo de cosas que odiaba, autos y ropa ostentosos y...guardaespaldas, entre de mala gana al auto – ahora ¿a donde vamos señorito?- me dijo con aquella voz fuerte que me hacia perder el hilo de mis pensamientos.

-Vamos a la heladería del centro por favor- no me dirigí a él sino al conductor

-Me imagino que esta vez no vas por un helado... no es un día lluvioso- aquellas palabras me recorrieron la columna vertebral hasta dejarme erizados los bellos del cuello. Guarde el silencio para evitar decir algo que me incriminara, algo que sabia hacer muy bien TOP además de vigilar y custodiarme por no decir acosarme, era saber cuando estoy mintiendo sin siquiera hablarle.

-AQUÍ ES- dije señalando la heladería a una cuadra de distancia, aquella frase salió mas emocionada de lo que quisiera – por...favor me puede dejar aquí, seguiré caminando- baje la voz e intente no ver a TOP para que no leyera mis gestos. Al parar salí rápido del auto y me dirige a la heladería esperando que nadie me viera allí y que nadie me siguiera. Ya habían pasado casi 3 semanas desde que no llovía, tenia que saber algo de él. Vi a la misma anciana que me conocía atendiendo algo ocupada, era un día caluroso- s-se...s-señora...d-disculpe- intente llamar su atención – por favor...señora- era inútil estaba demasiado ocupada – es...¡URGENTE!- mi grito rompió con el ambiente de descontrol del lugar y logre llamar su atención

-Ah eres tú... eres igual de impaciente que tu amigo- dijo la señora acercándose a él

-¿Mi amigo?-le pregunté sorprendido

-Si, él dejo esta nota para ti- tomé algo tembloroso el pequeño pedazo de papel

"No había esperado con tantas ansias que una pequeña gota callera del cielo, que irónico que sea mas triste un soleado día de verano, tan lejos de ti. Todavía tengo la esperanza de volverte a ver Llámame quiero saber de ti"