Timidamente

El motero

Emma Brooks. Tímida, soñadora, simpatica, con un buen corazón i con una grande sonrisa... pero, si le provocan toda su timidez desaparece. Una chica normal, eso es lo que ella pensaba.

Siempre había tenido muchos fichajes de chicos que le gustaban y que rondaban por su cabeza o que cotilleaba con su mejor amiga. Pero su manca de coraje y valentía le impedía acercarse a ellos.

Pero, ¿esto cambiaria? ¿un chico le cambiaria la vida? ¿Emma encontraría su amor?

Anda, haz click en “leer” y empieza la novela, que se que te mueres por leerla

Capitulo 1

Me desperté simplemente por la vocecita de mi padre diciéndome “Emma, despierta ya!” “Emma!” (y así varias veces...aumentado cada vez más la voz, claro).

Optando para hacer caso a mi padre me levante perezosamente y fui al baño. Bien, hoy empezaba otro de mis días de secundaria. ¿Qué dia era? Os preguntareis. LUNES.  Uno de ortos odiosos lunes.

Frustrada, me puse unos jeans tejanos apretados y un sudadera negra con mis converse. Mi cabello castaño/rubio me lo dejé caer por la espalda. Amy, mi mejor amiga, se enojaría  porque llegaba tarde a pasarla a buscar.

—Adiós papa!—le dije mientras cerraba la puerta y me encontraba con una Amy muy enojada…—Lo siento, lo siento, lo siento…- le dije haciendo un puchero

—Está bien, deja ya de disculparte.

—¿Qué hora es?

—Mmm… ni idea. No tengo reloj…

—OH-OH — exclamamos  al unisón—A correr!!!

Empezamos a correr, el instituto estaba cerca, pero tenias que subir un larga subida, y… llegábamos tarde. En medio de la subida una moto seguía nuestro  paso, poco a poco.  Miré hacia ella y observé el conductor. Una sonrisa burlona apareció en su rostro. Que guapo era, por Dios. ¿Quién era? Espera. ¿Qué estoy diciendo? Se esta burlando de nosotras.

¿ Quien coño era? No lo conocía. Al darme cuenta que su sonrisa de diversión seguía en su cara, le enseñe el dedo del medio. ¿Quién se creía que era? Se estaba riendo de nosotras.

Decidida giré la cara hacia delante, dejando de mirar al idiota de la moto y… ¡PAM! Mierda, no. Me había chocado con una farola…Auch. Caí de culo en el suelo y me quede allí. Levanté la vista, Amy se dio cuenta y vino corriendo hacía mi. De reojo pude ver que el de la moto seguía allí, y ahora se estaba riéndo de mi con fuertes carcajadas. Oh no, que mal había salido… le insulto con el dedo y segundos después, tropiezo! Como comenzaba el maldito lunes!  Me levanté fingiendo que no me había pasado nada y comencé a caminar. En realidad me dolía mucho la cabeza, seguramente me saldría un chichón.

El motero se río una vez más y me dijo adiós con la mano con cara burlona, se giró y se esfumó en dejar de mirarme.

—¿Qué fue eso? ¿Estas bien? ¿Te duele?—me pregunto rápidamente Amy

— Si, si estoy bien. Maldita farola en el medio.

— Bueno ahora ya tenemos una escusa que decirle a la de Biolagia para que nos deja entrar en clase…—dijo Amy. La fulminé con la mirada y me miró excusándose

—¿Que? Es verdad no? Te has caído torpemente y te has hecho un chichon en la cabeza, que, por cierto, ahora lo tienes morado—dijo diciendo lo ultimo riéndose

—JA JA muy graciosa

Mi instituto era muy  pequeño, estaba en un pueblo pequeño y el instituto eran barracones blancos con un patio con hierba que te llegaba hasta las rodillas… No había ni enfermería… así que no podría curarme el golpe.

La de Biología nos dejó entrar sin problemas porque contamos lo de mi golpe i lo entendió. Cuando se lo conté delante de todos los compañeros, todos empezaron a reir de mi caída. Roja como un tomate, me senté en mi sitio rápidamente.

Las clases terminaron.

 Por la tarde fui a hándbol. Si, yo hacía hándbol. Pero no me sentía muy cómoda haciéndolo ya que iba con otras compañeras que eran un año mayor que yo… Yo y Amy (ella también lo practicaba) estábamos un poco apartadas… Entonces os preguntareis: ¿Si no te sientes bien porque lo haces? Lo sé, lo sé, es de tontos. Pero el deporte me gustaba.

A las 8 y cuarto, yo y Amy salíamos de hándbol…

De repente me acordé de esta mañana, del chico de la moto…

Te gustó, eh? Era muy guapo…

¿Que dices?  Si se puso a reir de mi…que idiota y…

…que guapo…

¡Callaté! Además, no lo volveré a ver en mi vida, ¿no?

—Amy …—le dije. Habíamos estado todo el camino en silencio, cada una pensado en sus cosas. Un silencio agradable

— ¿Si?

—¿Te has fijado en el chico de la moto de esta mañana?

—¿Cuál? —Seguramente no se acordava, pero bueno…

— El que se estaba riendo de nosotras… cuando corriamos

—Mmm…oh si, creo que si. ¿Qué le pasa?

—Ah, no se…. ¿no lo encontraste guapo?—le pregunté poco a poco

—No me fijé, tenia el casco.— Dijo distraidamnete—Pero seguramente era de aquellos chulillos y idiotas que se lian con la primera que pasa  ¿no crees?—Me preguntó ahora con toda su atención

—Ah… pues…si …claro. Claro que si—dije no muy segura.

Anne no se enamoraba muy fácilmente. Ella era morena y menuda,y todavía su cuerpo se estaba desarrollando. A veces ella estaba un poco triste por eso, porque había gente que se lo decía y le hacía sentir mal. No me gustaba que la gente le dijera esas cosas. Le venia de genética. Pero estoy segura que de aquí un año será alta, preciosa y esbelta.

—¡Em! — me gritó y me sobresalté

—¿Qué?

—¿Me estabas escuchando?—me preguntó

—Ehem… si claro! —le die— ¿Qué decias?

—¡No me escuchabas!—dijo  con voz  enojada— Decia  que, a que venia la pregunta sobre el motero…—dijo insinuándome algo

—Nada, curiosidad…

SI, claro… esto no te lo crees ni tu!

¿Quieres callarte voz interior que no te dije que intervinieras?

—Ah vale—dijo Amy—Pensaba que te gustaba

—Nooo… que va! —dije  demasiado rapido—¿Cómo podría gustarme un chico que ni siquiera lo conozco y que no lo veré jamás?—dije, intentándome convencer a mi misma—Además, se ha reído de mi…

—Vale. Si tu lo dices…—dijo ella— Bueno, Em, nos vemos mañana! Y no llegues tarde!!—me dio un beso y camino hacía su casa, que se encontraba cerca de la mía.

Cuando llegué a casa cené y me fui a dormir. Hoy me había cansado mucho en hándbol y estaba agotada. De repente, me vino una imagen en la cabeza…. El motero. Yo era demasiado enamoradiza y romántica…

Tienes que olvidarlo, Emma. No lo veré más ¿no?

¿O si?