Makoto había quedado de llamarlo, no esperaba que lo hiciera ni bien sus pies tocaran Tokio, pero ya casi serían las diez de la noche, y a Sousuke le dio por sentir cierta inquietud.
Se descubrió a sí mismo mirando su celular apenas terminado su turno en la cocina, lo mismo al salir de la ducha.
"Estúpido", se reprendió tomando el celular para llamar él a Makoto. La llamada entrante lo sorprendió. También aquella sensación en su pecho.
–Hola, Sousuke, ¿estas ocupado? –Makoto lo saludó tímidamente, hablando bajito.
—No, ya no. De hecho, iba a llamarte. ¿Cómo estuvo tu viaje? —escuchó un gran suspiro.
—Agotador. Por lo general no me cuesta dormir cuando viajo, pero esta vez no pude. Dormía sólo por momentos.
—Debe ser por los nervios.
—Sí, eso pensé. Lo bueno fue que papá vino para ayudarnos a instalarnos del todo. Faltaba más de lo que pensamos. El departamento de Haru quedó casi listo, el mío falta un poco, pero ya estábamos cansados.
—Yo pensé que vivirías con Nanase.
—Lo pensamos también, pero dijimos que era mejor si cada uno tenía su espacio. Pero vivimos muy cerca. Disculpa un momento, cubriré a Haru, se quedó rendido en el sofá... Listo.
—¿Por qué no te recuestas tú también? —dijo mientras se sentaba en su cama para empezar a vestirse.
—Sí, en eso estoy —otro suspiro—. Creo que tomé demasiado café para contrarrestar el sueño —lo escuchó reír por un breve instante antes de bostezar—. Lo siento. ¿Cómo estuvo tu día?
—Bastante normal. Mañana tengo cita con el doctor.
—¡¿En serio?! —se emocionó en un murmullo—. ¿Puedo llamarte para saber cómo te fue?
—Sí puedes —escuchó ronquidos en el fondo. Sonrió con burla— ¿Ese es Nanase?
—¿Qué...? Ah, los ronquidos, No —rio—, Haru no ronca. Es papá, quedó agotado también. Le dije que durmiera en la cama, pero se durmió en el futón.
—Es porque sabe que tú también estas cansado.
—Sí lo estoy... —otro bostezo—. Ojalá no hubiera tomado tanto café.
—Puedes intentar con leche...
—¿Mmm?
—Te ayudará a conciliar el sueño.
—...¿Hoy?
—Sí —sonrió debido a la voz adormecida.
—Mjm.
—Makoto, te estas durmiendo. Cuelga ya.
—... mmm —Sousuke rió por lo bajo.
—Descansa.
Se quedó unos segundos con el celular pegado a la oreja, escuchando la respiración pausada y los ronquidos de fondo.
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Sousuke se preparaba para ir a trotar, está vez se retrasó un poco. Ya casi serian las nueve y al le gustaba salir antes de que el sol empiece a calentar.
Al tomar su chaqueta, la lucecita azul de su teléfono, que indicaba la llegada de un mensaje, llamó su atención.
Makoto: Lo siento mucho Sousuke, anoche me quedé dormido y no pude despedirme. ¿A que hora es tu cita con el doctor? ¿A qué hora puedo llamarte?