Mi vida no puede estar peor[EDITANDO]

🥀Episodio 1🥀

Marinette tras pensarlo múltiples de veces, al fin decidió declarar su amor por Adrien, esta vez estaba segura de si misma, no se echaría para atrás, ¿Pero si la rechazaba?,¿la hermosa chica de mechones azules podría soportarlo?.

La azabache estaba en un profundo sueño, hasta que se despierta por los rayos de luz que traspasan la ventana y le pegaban en su rostro.

— Uhm — Se quejó Marinette y abrió sus ojos lentamente.

Se paró de su cama y se dirigió hacia el baño para prepararse para ir al bachillerato, además hoy sería el día que ella se lo diría. Raramente la joven se había despertado temprano, más de lo normal, eso era algo bueno.

— ¡Estoy lista! — Dijo para ella misma y bajó hasta dónde estaba su madre — Hola mamá — La mayor se sorprendió al ver que su hija estaba despierta tan temprano.

— Hola hija, mira toma tu desayuno — Decidió ignorar el hecho de que la de mechones azules se había despertado temprano.

— Gracias mamá, te quiero mucho — Le dió un beso en la mejilla a su madre y empezó a comer.

En cuanto la azabache término de desayunar se despidió y se fue a él bachillerato.

— ¡Hola Alya! — Al llegar lo primero que hizo fue saludar a su mejor amiga, Alya.

— Hola Marinette — Le sonrió la morena.

— ¡Mari!, ¿lo harás hoy verdad? — Llegó una chica de cabellos dorados junto con otra de cabellera morada.

— ¡Si claro! Miren, e incluso le preparé unos chocolates a Adrien. — Suspiró enamorada.

— Estoy segura de que el aceptará, que el te corresponde, eres genial Marinette — Dijo Alya alzando su pulgar.

— Oh vale, me halagas Alya, apenas salgamos al receso se lo diré — Las cuatro chicas se dirigieron a su respectiva aula.

Las clases trascurrieron normales, aburridas como lo son todas las clases.

— ¡Es ahora o nunca Marinette! — Exclamó Alix.

— Si ya dejen de hacer tanto alboroto, ¡Me ponen aún más nerviosa! — Respondió a lo que dijo la de cabellos rosados. Alya sólo chasco.

— Tik tak, Marinette, osea linda no tienes todo el día — La morena empujó a Marinette en dirección a Adrien.

— Oh, Hola Marinette — Le sonrió Adrien a Marinette dejando a esta casi en el suelo por un desmayo.

— ¡Hey! A-Adrien — Lo saludo con la mano sin poder evitar tartamudear.

— ¿Necesitabas algo? — preguntó el rubio alzando una ceja.

— Bueno, y-yo, yo quería decirte algo — La azabache sin darse cuenta había empezado a jugar con sus dedos.

— Claro, dime, estoy para escucharte, después de todo eres mi amiga — Al escuchar eso la azabache sintió cómo si le hubieran dado un fuerte golpe en el pecho.

— Es que... — La azabache tragó saliva y Suspiró de forma pesada.

— Dime.

— Mira Adrien, no sé lo que sientas, pero no voy a poder seguir viviendo sin decirtelo — las  amigas de la chica la observaban desde detrás de un muro — Adrien tú me gustas, yo me enamoré de ti, yo te amo — Lo había dicho al fin, después de tanto tiempo.

—...— El de ojos esmeralda se quedó paralizado, jamás se imaginaba que su amiga lo veía de esa forma, pero el la debía rechazar, el no podía estar con ella sin amarla, el amaba a ladybug, únicamente a ella. — Mira Mari, yo de verdad lo siento, pero yo amo a alguien más, sólo te veo cómo a una amiga — la miró con lástima.

— Y-yo comprendo, esta bien, no puedo obligarte a amarme — Se dió la vuelta dándole la espalda a su compañero de curso y sin pensarlo empezó a correr.

— ¿¡Marinette!? — Alya preocupada se acercó a Marinette que estaba sentada en una banca.

— Estoy bien, estoy bien — Decía secándose las lágrimas, respiraba pesadamente, se sentía realmente mal.

— No, no lo estás — Su grupo de amigas la abrazaron fuertemente, mientras que la azabache sólo sollozaba y nuevamente empezó a llorar, estaba muy dolida no podía negarlo.

— ¿No te sientes mal por tu amiga? — Le preguntó su pequeño kwami a su dueño.

— Claro que si, pero la veo sólo como a una amiga, no podía mentirle, hubiese sido peor, Plagg yo amo a Ladybug. — El rubio se sentía mal por la azabache pero no podía hacer nada al respecto.

Continuará...

¡hey! Espero que todos estén muy bien, como pueden ver, estoy editando cada capítulo de esta historia, por si notan algunos cambios raros más adelante, sin más que decir, ¡Adios mis criaturitas del señor!