🥀 Episodio 3🥀

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Me quiero morir.

Marinette se repetía esto incontables de veces.

La azabache se enrolló en sus sábanas y empezó nuevamente a llorar, hasta así quedarse dormida.

Al día siguiente se despertó sin ánimo alguno, aún así decidió ir a estudiar, haría lo que a sus padres les haría feliz si siguieran a su lado.

— ¿Marinette, ¿Porqué no te quedas mejor?. — Sugirió su kwami pero su portadora la ignoró por completo.

Tomó sus cosas y se fué directamente al bachillerato.

— ¡Mari!. — Su mejor amiga corrió a abrazarla, Marinette trataba de zafarse de su abrazo pero su intento fué nulo.

— ¿Estás mal por Adrien?. — Ante las palabras de Alya ella arrugó la cara indicando que estaba molesta, ¿Porqué estaría así por un estúpido?.

— Si, claro. — La pronunciación de las palabras se le dificultaba, su voz se quebraba cuando hablaba.

— Ay amiga. — Volvió a abrazarla.

La azabache correspondió a su abrazo y la abrazó fuertemente, empezando a llorar en su hombro, con mucha fuerza.

— ¿Segura que es por él?, Marinette, no creo que eso te haya afectado tanto, puedes confiar en mí. — Tenía razón, Marinette siempre podía confiar en ella, es su mejor amiga.

— Está bien, te diré. — Tragó saliva, y al mismo tiempo se secaba sus lágrimas que no paraban de salir. — Alya... Mis padres...ellos... — Su voz se quebró. — Ellos murieron. — Dijo finalmente para romper en llanto nuevamente.

—...— Su mejor amiga se había quedado paralizada. No sabía que decir ante a la situación, solo abrazó de nuevo a su mejor amiga. — Lo siento mucho Marinette.

— ¿Marinette?. — La miraba desde lejos Adrien, preguntándose si estaba llorando por el.

— Y creí que tú amiga ya te había superado. — Dijo riendo el Kwami de aquél chico.

Después de clases Marinette se fué a su casa sin despedirse de nadie, no tenía ánimos de hacerlo

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Después de clases Marinette se fué a su casa sin despedirse de nadie, no tenía ánimos de hacerlo.

— Marinette, si sigues así puedes padecer de depresión. — Marinette la ignoró, ignoraba a todo el mundo.

— Estoy bien. — Dijo una hora después de que su pequeña amiga hablara.

Definitivamente no estaba bien, ella lo sabía, y su compañera también. No estaba cerca de estar bien.

— Voy a dormir. — Dijo para si misma y se fué a recostar en su cama. Se iba a acomodar pero escuchó un estruendo que provenía del piso de abajo, la chica pensó que era una rata así que no se preocupó. Pero los ruidos eran muy fuertes, y era poco probable de que fuera una rata o un ratón.

— ¿Vamos a ver?. — Preguntó su kwami.

— Si, vamos. — asintió Marinette y bajó llevándose una gran sorpresa. — ¿¡Pero qué!?. — Abrió sus ojos como platos, estaban robando la panadería, la panadería de sus padres. — No lo voy a permitir. — la ojiazul tomó un bate y los amenazó.

— Tranquila nena. — Se re lamió los labios uno de los ladrones. — Solo tomaremos unas cositas.

— Además, aunque quieras no nos podrás hacer daño nunca. — Sacó una pistola y apuntó a esta, haciendo que bajara el bate y pusiera las manos arriba.

— Por ser tan rebelde te castigaremos pequeña. — Dijo mientras se acercaba a Marinette provocando un escalofrío en ella.

— ¿Q-que pie-piensas hacer?. — Tartamudeaba Marinette, la de piel clara había empezado a temblar, era inevitable.

— Te aseguro de qué te va a encantar. — Bajaba su pantalón.

Marinette miraba a los tres ladrones con horror, su mente se puso en blanco, haciendo que fuera inofensiva. Los ladrones aprovecharon la situación y abusaron de ella.

— Hasta luego, gracias por la grandiosa despedida. — Decía sádicamente y salieron los tres de la panadería.

Marinette se quedó tirada en el suelo desnuda, sudada, sus muslos estaban temblado, todo su cuerpo lo hacía.

— ¿Marinette que era?. — La pequeña al ver a Marinette en el suelo quedó horrorizada. — ¿¡MARINETTE!?.

Continuará...

Mi vida no puede estar peor[EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora