Capítulo 1

9.2K 674 206
                                    

"¿Qué te pondrás El?" le pregunté a mi amiga mientras tomaba una de las perchas de su armario apoyando el vestido de lentejuelas que colgaba de ella sobre mi cuerpo y mirándome al espejo.

"El vestido azul sin espalda. ¡Espero que esta fiesta sea como todos dicen!" Ella me respondió emocionada, pero tenía mi cabeza completamente enfocada por lo que nos podría ocurrir. Tenía el deseo de poder decir si asistir o no, pero cuando del Estado se trataba no puedes simplemente decirles que no. Podrían enviarte a la cárcel o vaya saber a qué castigos te sometan por no obedecer las leyes.

La ley, para solucionar la cantidad de secuestros que se llevaban a cabo en las calles de Londres se decidió hacer al final de cada año la fiesta más grande a la que asistirías en tu vida. La convocatoria estaba sólo abierta para las mujeres que ese año cumplieron 18. Los hombres podrían acceder a cualquier edad. Deberías saber que no concurren porque si: asisten para comprar a las jovenes. Todas nosotras somos vendidas y si al finalizar la fiesta nadie está interesado en ti te subastan o te llevan a un prostíbulo. No hay ninguna forma de escapar, ni lo intentes, ya estas marcada. Lo único que te queda es rogar y suplicar porque te elija alguien decente.

"¿Qué ocurre?" Eleanor rió y me quitó de  mis pensamientos.

"Um, nada, creo que me pondré el vestido negro," dije. Cuanto más discreta sea, mejor. Menos atención no deseada.

Seguimos hablando de temas que me ayudaron a distraerme. Ele había tomado clases de maquillaje, y yo era como su conejillo de indias cuando de eso se trataba. 

El delineador y la sombra negra hacían brillar aún más mis ojos grises. El tiempo pasó rápido. Salimos por la puerta de madera barnizada de su apartamente dirigiéndonos a donde se encontraba su auto. Desbloqueamos las puertas, el motor rugió y partimos rumbo a nuestro destino.

Encendí el stereo y sonó Arabella y la cantabamos y tarareabamos al unísono. La guitarra eléctrica y la voz de Alex Turner retumbando en el auto.

Llegamos, oficialmente estamos a pasos de nuestro futuro, del destino. La fila avanzaba rápido y en cuestión de 15 minutos - y soportando a las personas que se hacían las distraídas o saludaban a un conocido y se metían en la fila - estabamos frente a una mesa donde te tatuaban (si, te tatuaban) el código con el que te podrían comprar. Luego de algunas protestas y maldiciones por la aguja atravesando mi piel, entré, junto con Eleanor, una chica muy nerviosa que casi lloraba por compañía y mi muñeca con HQR15JC90Ya tu tiempo comenzó Kirsten, no mires a nadie a los ojos, mi mente me suplicaba. Me chocaba con las personas a mi alrededor en un intento por no hacer contacto visual. Todo con tal de no insinuar nada a nadie.

Me sentía mareada, la música flotando en el aire camino a mis oídos, los latidos de mi corazón cada vez más fuertes. Tú puedes hacerlo, saldrás de aquí ilesa.

Perseguida, esa era la palabra. Una presa siendo acechada. Un tipo de pelo marrón y ojos oscuros me tomó por detrás camino a los baños. Comencé a gritar por ayuda, pero todos sólo observaban y reían. Así eran estas fiestas, nadie podría hacer nada por ti. Nos metimos en uno de los cubículos. Mis ojos derramando lágrimas.

"Callate." Sonrió y me mostro lo que llevaba en su bolsillo. Una Glock 18. Me tapé lo boca y mis ojos se abrieron en súplica. "Ahora si quieres salir con vida - y un nuevo dueño - sigueme, y por favor, no me hagas hacer algo que me desagrade." Me guiñó su ojo derecho.

Nos dirijimos a lo que parecía ser la salida de emergencia. Mis ojos se cegaron con tanta luz. Era un corredor que terminaba con una escalera llevandote a quién sabe donde, probablemente la parte trasera del edificio. Ahora o nunca. Corrí, corrí y corrí hacia allí, mi única salida, bajé dos pisos hasta que me choqué con alguien que fumaba un cigarrillo, ya que no estaba permitido hacerlo dentro del club. 

Me agarró de las muñecas con una sola mano y me tapó la boca. Me hizo un gesto para callarme. Sabía que estas fiestas eran peligrosas pero no tanto. Intenté esconderme y arrastrarme hacia un rincón. Tapandome yo misma la boca para no gritar del miedo. Él apareció. Mis ojos volvieron a aguarse cuando divisé su figura. 

Estaba esperando que el chico con el que me topé no me delatara o al menos lo distrayera por un tiempo, lo suficiente para escabullirme en algun lugar. Hablaste demasiado pronto, Kirsten, mi mente me gritó cuando pisé un vaso roto y el vidrio crujió. Las miradas dirigiendose a mí. Me levanté y me eché a correr de nuevo a la fiesta. Empujé a la gente en mi camino, en un intento desesperado por escapar. Una de esas personas era Eleanor que me tomó del vestido.

"¿Por qué huyes?" Me miraba desconcertada.

"No hay tiempo de explicarte Ele, por favor, corre." Estaba desesperada, miraba a mis alrededores por cualquier rastro del chico de ojos verdes de aura oscura.

"Pero ya he encontrado a mi dueño, bueno, él me encontró a mí." Dijo sonriendome y atrás de ella apareció un muchacho.

Seguí sin que me importaran los gritos de mi mejor amiga. Estoy acorralada. Llegue a una de las esquinas del club. Me encontró. La desesperación se apoderó de mi cuerpo. Maldición.

"Oh vamos nena, no soy tan malo como crees." Dijo caminando hacia mí. Me tomó de la muñeca donde estaba el código, la dobló y la escaneó con su celular. Intenté removerme de su agarre, pero mis piernas se habían debilitado, temblaban. Su ojos me penetraban. Luego de clickear y asegurarse de que había terminado con el aparato me miró y me hizo un gesto en dirección a la salida. 

"¿Qué esperas? Camina. Eres mía."

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 10, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

the code [harry styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora