Epílogo

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Primero que nada quiero agradecerles a todas esas personas que me apoyaron en el proyecto y que me comentaron y votaron en todo lo que hice. Son lo mejor que puede pedir una escritora. Muchas gracias, ahora lean. 

Dos semanas después.

La calle está tan vacía como a principio del verano, no se ve mucha gente ni tampoco se escuchan muchos ruidos de autos. Lo único que puedo escuchar son las voces en mi cabeza que no paran de hablar y de preguntarme qué estás haciendo pero trato de no escucharlas y concentrarme en lo que pasó hace una semana nada más.

Cuando decidí terminar la relación que llevaba con Luke lo primero que hice fue ir a la casa de él a explicarle la situación. Tal vez estaba equivocada y no era que no me quisiera solo que estuviera pasando un mal momento o cualquier otra excusa. Era en lo único que pensaba en esos momentos.

Pero no, me arrepiento totalmente de haber ido ese día a la puerta de su casa porque no solo me fui llorando, si no que me fui vacía, herida, usada y desechada como basura.

En el momento en que toqué la puerta, esta se abrió. Raro, porque la puerta por lo general se queda cerrada por seguridad, aunque en el barrio no pasara nada, siempre estaban cerradas. Lo primero que se me vino a la cabeza fue que hubiera un ladrón o alguien no deseado dentro. Pero me armé de valor y entré.

La sala estaba como siempre, al igual que la cocina. No parecía haber rastros de su familia por ningún lado. Tampoco estaba Alison, su hermana.

Subí las escaleras y empecé a escuchar ruidos de su habitación. Algo miedosa me acerque pero cuando me quise dar cuenta no eran ruidos a golpes ni mucho menos, eran gemidos y jadeos que provenían de la habitación.

Coloqué una mano en mi boca y me acerqué más hasta ver por el agujero de la cerradura a mi novio sobre otra chica, que gracias a un jadeo de Luke me di cuenta que era Maddison.

Me alejé de la puerta con una mano en el pecho y la otra sobre mi boca, reteniendo los interminables sollozos que salían por allí. Caminé sin hacer ruido hacía las escaleras y bajé por ellas, me sentía como un muerto viviente, no quería ya ni saber lo que podía llegar a pasar con nadie ni con nada.

Eres estúpida. Eres tan ingenua, Carrie, era obvio que nunca se hubiera fijado en ti, solo lo hizo por lástima.

Las voces no me dejaban de atormentar a cada paso que daba y sentía como las piernas me empezaban a fallar.

- ¡Hey, Carrie! - escuché la voz de un chico llamarme. No era Luke pero no me detuve, sentía que si lo hacía caería en el frío piso de la vereda. - ¡Carrie! 

Ashton.

Frené en la vereda y dejé que me alcanzara.

- Dios, Carrie, pensé que no me habías escu... ¿Por qué lloras? - sonó preocupado. No podía verlo, sabía que me diría la verdad o un te lo dije y sabía que no podía verlo a los ojos después de lo que pasó en la playa. - Contéstame. - pasó sus manos por mis brazos y los acarició.

- Me lo di-dijis-ste, A-Ashton. - me las arreglé para hablar. Tenía los ojos cerrados y sollozaba con angustia. Sus brazos no alcanzaron a rodearme porque me había caído al suelo.

- Carrie, por favor, escuchame. Vamos a mi casa y te compramos helado, ¿bien? - sonrió y yo lo hice también mientras me paraba. Me pasó una mano por la cintura y yo pasé una mano por la suya. Así llegamos hasta su apartamento.

letters ★ lrh & afiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora