La panadería y la herbolaria

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Holii! La cosa es que empece la historia de cero, en realidad no tanto... porque el primer cap. esta casi igual a diferencia que le cambie el nombre a la protagonista.

Bueno, eso es todo y perdón si el primer capítulo es muy largo, de todos formas léanlo y si quieren comenten, que así me animan a actualizar seguido y además que creo que va a ser un muy bue fic ;) deseenme suerte!

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En cuanto voy llegando al bosque, el aire con aroma a pino me resulta muy confortable y en especial, libre. La razón por la cual no debe haber casi nadie vigilando la cerca es porque hoy es la cosecha del Cuarto Vasallaje de los Juegos del Hambre o más bien, los Centésimos Juegos del Hambre. Pienso en ello y los pelos de la nuca se me paran de punta; en estos días los rumores se extendieron sorprendentemente. He escuchado cada barbaridad; desde algunos locos que dicen que el Capitolio lo festejara bombardeando un distrito o que se armara una arena que tenga la mitad del tamaño del país y meterán ahí a todos los adolescentes... hasta aquellos que afirman que el Capitolio detendrá los juegos debido a que se debe considerar esta fecha una festividad.

Veo que la cerca no esta electrificada en este momento, y verifico que nadie vigile el lugar. Luego corro y me arrastro por el pequeño espacio para el tamaño de un carpincho que hay al ras del piso. Cuando termino de pasar, no lo pienso ni un segundo y corro hacía el bosque.

Al cabo de un rato, le permito a mis piernas caminar. "¿Y si escapó? Tengo todo un bosque delante mío, y sé como sobrevivir", pero aquel era un pensamiento de Katniss... "Nunca haría algo así... tengo dos hermanos de los cuales cuidar, y a diferencia de mí abuela, no me interesa huir".

Llego hasta un tronco caído, y de la abertura que tiene este saco el arco y el carcaj de flechas familiar. Mi paso alrededor de los árboles se vuelve silencioso, pero no logro concentrarme..."Prefiero pelear. No soy la luchadora que era ella, pero algo grande se que puedo lograr". Desde chica, que para mi futuro sueño con ir al distrito Trece y pelear por la liberación de los distritos, o al menos era así desde que las cosas cambiaron...

No tenía razón para estar cazando ahí, sí no lo necesito. Me daba lastima lo que hago porque no somos pobres; pero lo hago por instinto... y el bien común: vendo en el Quemador la carne a aquellos que veo sufrir de hambre como si fuera baratijas. La gente me conoce por ahí, y me agradece con tanta felicidad que me hace querer dedicarme a la solidaridad.

El simple sonido de un pajarito me produce una sonrisa en el rostro. Me agacho de a poco y tomo una pequeña piedra. Lo oí al frente, así que lanzo el objeto en mi mano hacia el costado. Más de un pajarito huye, elevó el arco con la flecha ya preparada, pero al lanzadla yo misma desvió el arma hacía la derecha.

"¿Por qué no me di cuenta?". Eran sinsajos. Jamás mataría a uno, los adoro, además me encanta silbar junto a ellos. Peeta me contó que cuando la libertad de los distritos termino, el Capitolio muto unas bacterias que solo atacan a los sinsajos y hicieron que se esparcieran en su época de reproducción, dejándolos como una especie en extinción.

No sé cuanto tiempo estuve, pero me acosté en el piso a entretenerme al complicarles a los pájaros seguirme el ritmo cuando silbo, pero como siempre, me ganan. Antes de irme, cerré los ojos al ver a uno aletear moviendo sus hermosas alas blancas y negras y escuchándolos cantar, recordé la imagen de esa bella mujer que también aleteaba: cambiando de blanco a negro y provocando que la audiencia se quedara boquiabierta, comenzando una rebelión...

Le dediqué un tiempo a liberar a un conejo ya muerto de su trampa y guardar mi armamento. Corrí de vuelta al distrito. En cuanto ya estaba dentro, me dirigí a la panadería.

Un Nuevo Sinsajo en los Centésimos Juegos del Hambre- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora