El Pasado de Raquel

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Ella creció en un lugar muy humilde, sus padres trabajaban, pasaba la mayor parte del tiempo sola en casa, también jugando con niñas y algunos niños en el alrededor de su casa.

Como niños al fin hacían sus inventos, travesuras que no pensaban en las consecuencias, algunas se resolvieron antes que llegaran los padres, otras no y recibían sus castigos.

Pero algunas de esas chiquilladas todavía le afectan mucho al día de hoy, atormentándose en ocasiones, pero en otros momentos disfruta lo que hace y se siente muy feliz.

Sabes que cuando los niños duermen al lado de sus padres, ven situaciones que no entienden y lo que hacen es imitarlas sanamente, para ellos eso es un juego de papi y mami.

Así fue creciendo en ese ambiente, además de verlo en sus padres, también lo veía en las adolescentes de la barriada, niñas de corta edad que ya andaban teniendo relaciones sexuales por dinero.

Lo que ella veía a diario era esa juventud vistiendo prácticamente desnuda, realizando bailes muy sensuales y siempre tenían dinero; que era lo que más le faltaba y deseaba ella.

A Raquel le gustaba estar junta a sus amigas, escuchar sus historias, lo que hicieron la noche anterior, si salieron con señores mayores, bailaron, tomaron alcohol, entre otras cosas.

Esos señores salían con las amigas de Raquel y le daban dinero a cambio de sexo, ellas llegaban con joyas, celulares de marca, y por eso ella quería salir a divertirse igual para obtener todos esos beneficios.

Con lo que veía en casa durante las noches, más las historias de las amigas; cuando ella jugaba con otras niñas hacían las mismas travesuras, lo malo si así puede llamarse, es que lo hacía con niñas del mismo sexo, se tocaban sus partes íntimas, se besaban entre otras cosas.

Eso se volvió un hábito, deseaba que sus padres fueran al trabajo para buscar sus amigas y continuar realizando todas esas travesuras, le encantaba.

Luego al juego se integraron algunos varones, pero las niñas decían que sus padres se darían cuenta si no son señoritas, entonces uno de los niños le explicó que hay otras formas de hacerlo sin perder la virginidad.

Ella no quería hacerlo, sentía mucho miedo y se negó, pero entre todas las amiguitas la sujetaron fuertemente y la sentaron sobre uno de los niños que estaba desnudo; cosas de muchacho.

Así comenzó otra etapa más en su joven vida, ni siquiera había cumplido la mayoría de edad y ya tenía algo de experiencia en tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo como opuesto.

Apenas era una niña y no sabía lo que hacía, solo era jugando a papi y mami; aún seguía siendo virgen que era lo que más le importaba.

Sus padres son cristianos, le inculcaron la religión desde pequeña, la llevaban siempre a la iglesia, por eso había podido sobrellevar un poco lo sucedido.

Así pasaron los años y Raquel había quedado algo frustrada de su niñez, no hacía amistad con nadie, siempre estaba al margen de todo, se sentía inferior a las demás personas y con miedo al ser rechazada por la sociedad.

Su vida era estudiar, ayudar a su madre en el hogar, predicar con sus padres en la ciudad, casa por casa, y regresar a su hogar para hacer la cena.

En la escuela cuando se reunía con las compañeras de clases, éstas hablaban de sus parejas, los lugares que visitaron, que hacían, etc. Raquel no opinaba nada sobre el tema, no tenía novio, ni amigos, pero si hablaba de la biblia.

Raquel sentía que era fea, que nadie se fijaría en ella, que volverían abusar de su confianza; sentía vergüenza cada vez que sus compañeras hablaban de novios y le preguntaban si ya tenía pareja, y su respuesta era siempre la misma.

Sin Vida PropiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora