Una tarde cualquiera camino por la ciudad, hace bastante calor así que decido ir al parque; mientras lo hago observo a las personas todas mirando su celular, no puedo saludar nadie que cruce por mi lado.
No me queda de otra que mirar los letreros en los diferentes negocios, también los especiales que se muestran en las tiendas y pensar como le quedaría a mi esposa esas zapatillas, vestido o quizás en la sala aquel juego de muebles.
Continúo mi camino cuando me llama alguien para ofrecerme forros de celulares, lentes de sol, le digo en otro momento, ahora mismo voy hacer una diligencia y tengo el tiempo encima.
Más adelante me encuentro con vendedores ambulantes los cuales me ofrecen naranjas, manzanas, dulces, cigarrillos, papitas, etc. No les pongo atención y sigo mi camino, hasta llegar al parque; aquí un limpiabotas se acerca a mí, pero se da cuenta que tengo sandalias puestas, por lo que no me dice nada y se retira.
Ya en el parque, camino lentamente observando el lugar, hay muchas personas y debo escoger qué zona ubicar para acomodarme. En un asiento hay una pareja de enamorados, ahí no puedo ir, interrumpiría los planes que están haciendo, se nota que la conversación es muy discreta.
En otro banco hay varios señores riendo a carcajadas, no creo sea buena idea sentarse cerca, dirán que voy escuchar sobre que ríen. Continuo caminando, hay varios niños correteando, debo tener cuidado no vayan tropezar conmigo y caerse.
Hay otras personas que vienen y van a la heladería, solo cruzan el parque de un extremo a otro, parejas abrazadas, niños con la ropa sucia de helado o catchup de algún hot dog. Tampoco faltan los enfermos mentales, que van bancos por banco pidiendo algo de dinero para comer; aunque todos sabemos que es para comprar vicios.
Alcanzo a ver que la pareja de enamorados se pone de pies y comienzan a caminar, se alejan lentamente, abrazados y sonriendo del parque; aprovecho la oportunidad y me dirijo hacia el banco que está vacío y solo. Ahora si podré sentarme, meditar, tomar un poco de aire fresco, mientras sigo observando lo que ocurre en el parque.
Una chica se para frente a mí, me quedo mirándola dudoso
⎯El señor le bendiga⎯me dice⎯mientras me entrega un papel con un pasaje bíblico impreso
⎯Amén⎯respondo⎯gracias
⎯¿Me puedo sentar a su lado?⎯me pregunta ella⎯
⎯Por supuesto⎯le dije⎯
⎯Mi nombre es Raquel⎯dijo⎯mientras tendía su mano
⎯Soy Gabriel⎯respondí⎯
⎯El final está cerca⎯decía⎯arrepiéntete antes que sea tarde
Así inició ella su predicación que se tomó más de 30 minutos, desde como Dios creó el mundo, hasta su destrucción. Pero no terminó ahí la charla, después vinieron las preguntas y respuestas, algunas de ellas no llenaban mis expectativas.
Al darse cuenta que yo siempre tenía dudas sonrió y dijo:
⎯Te invito a mi iglesia⎯con una sonrisa entre sus labios⎯el pastor aclarará tus dudas
⎯No, gracias⎯le dije⎯soy católico
⎯No importa⎯dijo⎯es sin compromisos
⎯Lo sé⎯dije⎯pero no me sentiría cómodo
⎯Hay que buscar de Dios⎯continuó⎯
⎯Estoy de acuerdo⎯respondí
La charla se alargó por horas, al punto que la invité a comer un helado, ella aceptó. Fuimos hasta a la heladería unos cuantos metros del parque, no hubo que caminar demasiado.
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Sin Vida Propia
Cerita PendekLa historia de una joven que le pasan los años y aún no sabe quien es, pero mucho menos lo que desea. Vive para los demás, su pasión los "like" en las redes