— Vamos, Jungkook. —decía su mejor amigo, Taehyung. — Sólo una noche, nada más unas cuantas cervezas y es todo; y después nos vamos al departamento. No seas malo, dí que sí, ¿sí? —le miraba con cara de perrito y Jeon detestaba que hiciera eso.
— ¡Taehyung!, sabes que tengo que despertarme muy temprano mañana. Iré a visitar a mi abuela, recuerda que soy el único que la visita últimamente. —era inútil gastar las palabras con Taehyung; fuese lo que fuese que le dijera él no entendería.
— ¡Hace mucho que no salimos juntos!, sólo vamos a comer y al cine. Y todo por tus estudios. —hacía demasiadas muecas.
— No seas así, Tae. Sabes que me importa mucho terminar mis estudios, si no, ¿de qué viviré? Aparte no sólo sales conmigo, también estás con tu novio y yo haciendo mal tercio ahí.
— Puedes vivir de tus rentas. —sonrió.
— ¿Cuáles rentas? —dijo deteniéndose y lo miró.
— Es un decir. Y salgo con ustedes porque no pienso dejarte amargado en el departamento. Te saco para que te diviertas y todo eso que nunca haces. —rió.
— Tonto. Anda que llegaremos tarde al cine. —caminaban por las calles de la ciudad como niños que nunca habían salido, bueno, al menos Jungkook se sentía así; pero mínimo se estaba divirtiendo un poco.
— ¡Wow! Mira a ese chico, es lindo. —Jungkook volteó hacia el frente y vio que el susodicho estaba con otros chicos, el contrario lo miró y sonrió. Se veía hermoso. — Háblale, se nota que le gustaste.
— Vamos Taehyung, si apenas me acaba de mirar.
— Amor a primera vista, corazón. —siguieron caminando y de pronto el celular de Jeon comenzó a sonar.
— ¿Hola? —preguntó desconociendo el número.
— ¿Sí? ¿Hablo con el joven Jeon?
— Sí, discúlpeme un momento. —tapó el micrófono. — Taehyung, compra los boletos, en un momento te alcanzo. —regresó a la conversación. — Sí, soy yo, diga.
— Soy la doctora Jisoo, del hospital Miracle. Lamento informarle que su abuela ha fallecido hoy por causas naturales. Tiene que venir a reconocer el cadáver e informar a sus familiares más cercanos. Mi más sentido pésame, joven. —El pelinegro estaba paralizado. ¿Su abuela? Dios, hace unos cuantos minutos estaba hablando sobre ella y de repente... No lo podía creer. Sin más qué pensar rompió en llanto.
— ¡Jungkook!, ¿qué tienes? —preguntaba Taehyung yendo hacia él.
— Mi... abuela... —lo abrazó fuertemente. —Tengo que ir al hospital. —se encontraba cerca, iría corriendo. —Tengo que ir. —Taehyung pronunciaba varias palabras, pero Jungkook no podía pensar en nada más que en su abuela. Lo soltó inmediatamente y corrió hacia la calle.
— ¡Jungkook! ¡Espera! ¡Jungkook! —las lágrimas le cegaban la vista, volteó a su derecha y ahí estaba el chico, mirándole confundido. Y cuando miró hacia atrás, Taehyung gritó algunas palabras. Volvió su vista al frente y fue cuando todo pasó.
La vista nublada por las lágrimas se oscureció por completo cuando sintió un gran impacto en su cuerpo. Fue un gran golpe en su costado derecho, y de pronto estaba en el aire, y segundos más tarde en el suelo. Escuchaba muy a lo lejos los gritos de Taehyung, pero no entendía nada. Cada vez se hacían más y más lejanos hasta que todo quedó en silencio. Se levantó rápidamente y vio su cuerpo tendido en la calle. Dios, ¿había muerto? Estaba mirándose completamente desconcertado. ¿Qué había pasado? Recordó todo muy rápido; su abuela. Llegó una ambulancia por él y se llevaron su cuerpo. Vio cómo lo hacían y repentinamente éste lo tomó de nuevo.
No podía abrir los ojos. Quería hacerlo, pero no podía. Sus pies, sus manos, sus dedos. Nada en su cuerpo respondía. "¡A urgencias, rápido!" escuchaba a una mujer decir. Sentía que recorría algo cerca de su pierna, estaba perdiendo mucha sangre.
Al fin había abierto los ojos, pero todo estaba en penumbras. A lo lejos veía una tenue luz, y sin pensarlo dos veces caminó hacia ella.
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❝Embarazado de un ángel❞ | Jikook Adapt.
Fanficㅤ❝Caminaba entre las sombras de la oscuridad. Y él era mi única luz para poder salir de toda esa soledad, y de pronto... Desperté. Abrí mis ojos y me cegaban las luces del quirófano por completo. Guíe mi mano hasta mi abdomen, cada día crecía más y...