Abro los ojos. Es otro día.
- ¡June!
Oh, bueno. En realidad no es otro otro día, sino que...
- ¡Rápido!
Hoy te mudas.
-Ya voy mamá. -Bajas de la escalera desanimada con una caja en brazos.
Al parecer no estás muy emocionada por la repentina mudanza. Lo he notado desde hace ya varios días...y también lo sé porque leía mientras escribías en tu diario. "...Mamá está insoportable. Su menopausia no pudo llegar a ser más irritante. El viernes nos mudamos. Es frustrante. No me cambiará de escuela, éso es lo único bueno. Pero tendré nuevos vecinos, y aborrezco eso. Es ¡Aghh!..."
A veces me río de lo ridículos que pueden ser los humanos. ¿O eres sólo tú? No, no lo creo. Hablar con un objeto inanimado de seguro que debe ser manía de varias personas.
No quiero saber como fui en mi anterior vida.
-Sube rápido.
Dejas la caja en el camión, y un señor cierra el enrollable detrás de ti. Te sigo. No me queda de otra. Es lo único que puedo hacer. Seguirte, acompañarte, "cuidarte", "protegerte". Ya sabes...cosas que odio.
-Ya está. -Avisas a tu madre detrás del cinturón de seguridad del auto.
Yo estoy a tu lado...ignorándote.
A veces me pregunto que pasaría si me pudieras escuchar. Ver y escuchar. ¿Te asustarías?, dímelo, porque yo no lo sé ya que ni siquiera sé cómo soy físicamente...oh cierto, no puedes oírme.
Es una de las cosas que odio de esto.
La soledad. Estar solo. Sentirme abandonado tanto física como psicológicamente. Es un castigo para una ex persona que de seguro fue feliz en su pasado.
Se podría decir que ésa es una -y la principal- de las razones por la cuál te odio.
Soy invisible.
Para ti. Para las personas. Para todos. Para el mundo.
Pero no soy el único.
Es una triste condena por acciones malas. Y no, no existe el infierno para los humanos que cometieron errores. Existen castigos que nos matan antes que cualquier cosa.
Lo que hacemos. Eso es un vil reto para seres como nosotros.
Ser guardianes.
Es horrible, para todos...talvez no por igual. No todos tenemos a los mismos humanos, ni nos tocan los de nuestro agrado.
Ése es otro reto. Y a mí me tocó estar contigo. Una...humana adolescente: vulgar e insufrible.
¡¿Qué quieren que haga contigo June?! Hubiera preferido cualquier otra tortura en el mundo antes que ser guardián. No es lindo, ¿sabes?
O al menos no contigo.
- ¡¡Avanza idiota!! -Jade grita por la ventana.
Sí. Talvez tu madre si éste en la menopausia, pero no es la primera vez que escucho gritos así en la carretera por algún "idiota" que es lento.
Te volteo a ver. Estás dormida ¿en serio?. ¿No tienes a nadie con quién divertirte?. No tienes hermanos ni padre. Sí, sí...que pena; pero no me importa.
¿Acaso no tienes algún amigo imaginario? ¿Con el que puedas jugar y conversar? Está bien que ya tengas catorce pero... ¡¿Tan poca imaginación tienes que no te creas a alguien?! ¿ni siquiera una zanahoria?. Nunca llegarás a ninguna parte así, niña. Mujer de poca imaginación y con carencia de físico atractivo.
No eres bonita. No, no lo eres. Talvez tus amigas te digan lo contrario pero yo sé que mienten...a parte de que sus guardianes me cuentan lo que en realidad ellas piensan de ti.
La gente es así. Engañosa e hipócrita. Y he aceptado que no tengo fe en muchas cosas, por no decir en ninguna.
No la tengo desde que me condenaron.
- ¿Cuánto falta? -preguntas adormilada.
Tu voz es algo nasal y ronca. ¿Cuánto ha pasado? Una hora.
Las luces alumbran la ciudad y se inmovilizan destellantes en la inmensa oscuridad de algunos edificios ya cerrados. Tú ignoras esto. Te fulmino.
Cuanto daría yo por vivir sólo un minuto más de mi vida este día, o cualquier otro...nada...eso es lo que tengo.
-Llegamos.
Sé que para ti el viaje a sido largo; y es que los humanos pierden el tiempo pensando demasiado las cosas. Y tú por el contrario, sí pierdes el tiempo, pero lo haces al pensar en absolutamente nada. Por eso la sociedad no progresa. Tienen el cerebro vacío.
- ¿Puedo ir a mi cuarto?
Estás cansada, lo sé. Hoy tuviste clase de Educación Física y bueno...eres un asco en subir la soga. Tus delgaduchos brazitos no pudieron con eso.
-Última puerta a la izquierda. -Señaló tu madre.
Subes las escaleras trotando y yo...no quiero, así que las subo de dos en dos. La puerta está abierta y hay un pedazo de madera colgando de ésta arriba y al centro. "JJ" dice la inscripción. Desgraciadamente sé lo que significa. Jesy June...Brooks Flowing, pero ¿a quién le importa tu apellido?.
Pasas a la habitación y ¡Guau! es linda, ¿tú la pediste?. "- ¿Quién más?", de seguro me habrías preguntado con tu inquietante sarcasmo. Eres una insoportable niña.
Y lo peor es que te conozco. Desde que reprobaste el segundo exámen de matemáticas por dormirte a mitad de la prueba, hasta cuando te va a venir tu período.
Es raro.
- ¡Aaaah! -gritas con voz gruesa y cansada contra la almohada al dejarte caer en el colchón.
Examino tu nueva alcoba. Sí, es agradable. El tono madera en las paredes le da un tono rústico y acogedor, combinando con el claro del techo desnivelado. Sólo hay una ventana y el cuarto es pequeño.
Por alguna estúpida razón creí que tu madre se daría cuenta de que había estado criando y teniendo dos hijos al mismo tiempo, y habría puesto una segunda cama; porque técnicamente soy como su hijo. ¡Torpes ilusiones!
Soy invisible, ¿recuerdas?.
Un guardián invisible. Osea...solamente un guardián.
Esto apesta.
-Ughf. -Te levantas de mala gana y te comienzas a desvestir.
Primero el polo, luego el pantalón; te volteas en busca de algo en la pequeña maleta que llevabas contigo, seguramente una pijama. Acierto. Te vistes con un holgado gris de dos piernas, te quitas el brasier y te pones una polera azul marino. Y no, si me preguntaras ahora que siento al verte semi o desnuda, simplemente diría que nada. No sé si te quedaría claro que soy un guardián...tú guardián, y te tengo que obligatoriamente seguir a todas partes. Es una regla irrompible.
-Haaah. -Suspiras alto por el cansancio.
Abres los cobertores de la cama y te escondes en las sábanas. Volteas hacía la pared, pero te quedas en la orilla. Es una forma muy peculiar de quedarte dormida la tuya; siempre amaneces del lado del muro, todo el tiempo preguntándote cómo llegaste ahí. Pues no es muy difícil de responder ya que das muchas vueltas en la cama por la noche.
Es horrible, pues me traspasas ya que no existo, y una vez caí del colchón por asustarme con tú rostro en frente del mío, caí en el piso preguntándome mientras te miraba el cabello desde abajo: ¿Cómo es que puedes traspasarme a mí, pero yo no al piso? Fue frustrante.
-Buenas noches ma. -Suspiras rendida con la cabeza en la almohada y los ojos cerrados.
Te quedas dormida.

ESTÁS LEYENDO
Guardián
Teen FictionSi hablas, no te escucharé. Si ríes, no sonreiré. Si lloras, no te consolaré. Si te lastiman, no te defenderé. Si me ves... ¡Já! No, suerte con eso. No soy sensible. No soy humano. Arruinaste mi agonía y por eso te odio JJ. Y para que tengas una pés...